Arranquemos por la grieta causada por su portada, a cargo de Z. Bielak. La cual voy a defender, porque a pesar de ser un bizarro corazón de verduras con un fondo blanco, se me hace bastante original para unos ingleses que en sus inicios nos han sorprendido con sus aberrantes collages de partes humanas. Hoy eso no impresionaría a nadie. Sin embargo, ellos se la ingenian para seguir fastidiando a la gente, esta vez desde la simpleza de unos morrones… yo los aplaudo. Para apoyar a este artista les voy a citar solo un par de excelentes portadas camaleónicas que ha realizado, siempre adaptándose al proyecto en cuestión; como por ejemplo: “Prequelle” de Ghost, “The Wild Hunt” de Watain, “Age of Excuse” de Mgla, o la última de Possessed.
La mayoría sabrá que Carcass comenzó practicando un Death-Grind cochino, y que fueron perfeccionándose al punto de lograr una precisión quirúrgica entre melodía y fuerza, llegando a ponerse bastante rockeros antes de su separación en el ´96.
Su regreso se dio hace poco más de diez años y desde ahí no han parado de tocar. Su álbum debut en esta segunda etapa fue “Surgical Steel”, editado en 2013. Un trabajo bien recibido por sus fans, donde mostraron una vuelta a lo que los había llevado al punto más alto de su carrera.
Luego de un EP editado el año pasado (Despicable), el cual había pasado sin pena ni gloria; nos sorprenden con su séptimo larga duración en este 2021.
Detalle no menor es que estos señores son vegetarianos, así que, si quieren tomar la portada como una doble provocación, háganlo, pero permítanme decirles que inclusive eso le suma credibilidad a su propuesta.
El primer plato es de los pimientos que le dan nombre al trabajo. Los aderezos de los ingleses realzan el sabor de su vieja fórmula, y nos conducen a “Dance of IXTAB (Psychopomp & Circumstance March No.1 in B”, que fusiona un poco de su anterior larga duración con una notable influencia del Swansong ´96.
A marca con palillos inicia “Eleanor Rigor Mortis”, dando paso a solos de guitarra feroces que cortan en un medio tempo típico, con arreglos melódicos y la vociferación intacta de Jeff. El tema gusta, pero no apasiona. Es un buen entre para “Under the Scalpel Blade”, que contiene mucha más variación desde las bases, incorporando un solo rockerísimo y algunos momentos que nos transportarán directamente a “Heartwork”.
En “The Devil Rides Out” nos harán recordar su amor por el Blues, con pequeños detalles en el comienzo. Las pronunciaciones de Jeff se tornan sumamente expresivas, al punto que no solo entenderemos cada palabra, sino que hasta podemos imaginar los gestos de su cara al escupirlas. Steer aporta algunas vociferaciones y mucha armonía desde las guitarras (algo me trajo a la mente la portada de Powerslave), con baterías que van moviéndose desde patrones rítmicos cargados de fills, hasta llegar al blast en un bizarro final sin desperdicio.
“Flesh Ripping Sonic Torment Limited” inicia con guitarras acústicas y golpes a lo Sepultura de la era Arise. Es el tema más largo del disco con casi diez minutos de duración. El cambio de situaciones dentro de la canción lo salvan de hacerlo sentir extenso.
“Kelly’s Meat Emporium” parece venir del pasado, pero aun suena vanguardista, tal vez por el aporte de las guitarras arábigas que matizan la pudrición. Un corte casi progresivo con buena mezcla desde las voces de Jeff y Steer, que cortan de lleno para dejarnos con la introducción melódica de “In God We Trust”. Este pasará a tajantes guitarras con riffs asesinos y muy buenos solos, donde tendremos también algún espacio climático para que puedan seguir luciéndose hasta los aplausos. Remarco aplausos, porque es realmente lo que sucede. Han grabado aplausos rítmicos, lo cual en otro contexto hubiese sonado ridículo.
“Wake Up and Smell the Carcass / Caveat Emptor” No tiene tiempo de pisar a fondo el ascelerador, porque nos irá llevando por una montaña de sensaciones, con mucho para disfrutar. Un derroche técnico para cerrar el trabajo con “The Scythe’s Remorseless Swing”, cargado de especias noventoides clásicas para realzar el sabor de los morrones.
Torn Arteries no es un plato que se come rápido, como su anterior Surgical Steel. Aquí debemos masticar y tragar con calma, porque hay mucho para disfrutar, y de hacerlo a las apuradas podría caerte pesado. Tenemos para digerir una especie de híbrido entre sus tres placas de los 90s, con el clásico modus operandi al que nos han acostumbrado, lleno de guiños para el viejo fan (inclusive desde el título de un par de canciones), agregándole condimentos que aún los hacen sonar frescos.
Carcass son: Jeff Walker (Bajo y Voz), Bill Steer (Guitarra y Coros), Daniel Wilding (Batería) y Tom Draper (Guitarra).