Este sería algo así, como el décimo trabajo de los californianos pioneros, y reyes del Metal Gore. Remarco el «algo así», ya que si bien a pesar de contar con varios Split, Demos, o Eps (como muchísimas bandas estilan a hacer dentro del género), esta sería la décima producción de estudio de larga duración, si incluimos una re-grabación en el 2015 de su placa icónica del ´98, titulada «Gore Metal», y un disco de covers del 2005 lanzado bajo el nombre de «Garbage Daze Re-Regurgitated», creo yo en clara alusión al viejo Ep de covers editado por Metallica en el ´87, con el título de «Garage Days Re-Revisited».
Por más de tres décadas se la han pasado salpicando sangre a diestra y siniestra. Es innegable que los Exhumed están notablemente influenciados por los ingleses Carcass, pero aun así, y más allá de la exagerada evidencia de esto, ellos han logrado sembrar (de cadáveres) su camino, reclutando un buen número de fanáticos alrededor del globo. Inclusive algunos fanáticos que no pudieron aceptar los cambios drásticos de Carcass, han preferido seguir más de cerca a Exhumed que a los citados ingleses. Esto no quiere decir que Exhumed no haya coqueteado con otros ritmos, porque es cierto que también tuvieron alguna dosis de Death and Roll, aunque claramente no han llegado a extremos como los que sí había llegado Carcass en el álbum Swansong.
Sus portadas también han pasado por varias facetas. Desde aberrantes triperíos, o imágenes al estilo del viejo Napalm Death, hasta el dibujo tipo comic, como vienen mostrando hace ya algunos años.
«A los muertos» le cantan, pero Exhumed está vivo, y vuelve a desenterrar viejas recetas que se ponen de manifiesto desde el inicio de esta nueva entrega, con «Putrescine and Cadaverine». Al extremo del cual Carcass no llegó a animarse del todo a volver en sus últimas placas, es donde Exhumed decide marcar el punto de partida. Blast asesinos, riffs que parecen plagiados a Bill Steer y un montón de sonidos pútridos gorgoteantes se tiran en la primera mano. Como quién tira el ancho de espada en una jugada de truco sin explicaciones ni vueltas. ¿Para qué mentir? Esto se acaba acá, sin vueltas. Así podría cerrar esta reseña, pero el trabajo está entretenido, así que demos de vuelta.
Si a todo lo que vengo remarcando le agregamos una pizca de Cannibal Corpse y Slayer, nos dará el tono de temas como «Drained of Color» o «Lurid, Shocking, and Vile». Mientras que otros como «Carbonized», «Rank and Defiled» o «Undertaking the Overkilled», pueden llegar a recordarnos por leves momentos a bandas como Napalm Death, Terrorizer, y capaz hasta Morbid Angel. Claro está que con un aroma pútrido a los de Liverpool. Tanto las partes extremas, como las melodías de guitarra nos llevarán siempre a la fuente. Una fuente de la que beben sangre y nos la escupen en la cara. Voces guturales rabiosas, y otras cargadas de growls monstruosos se intercalan entre los solos de «Necrotica», castigándonos de un modo ultraviolento, al igual que «No Headstone Unturned», que tratará de distraernos con riffs gancheros, esperando el momento justo para desmembrar nuestros oídos a mazazos. En este estado no podremos distinguir si antes del final del tema hay un homenaje a la época gloriosa de Iron Maiden, o es que nuestra masa encefálica chorreante ya capta cualquier cosa. Como sea… «Defecated» también nos sonará a guiño con algunos acordes, pero esta vez a la primera etapa del Death de Cuck Schuldiner. Claro que la imagen se tornará borrosa al poco tiempo, y pasará a enroscarnos con otros matices. Entre tanto blast beat y cortes lacerantes, dejaran espacio para meter solos épicos y melódicos. Por ende, se transformará en una pieza de las más variadas dentro del álbum. Pero en ningún momento llegarán a despegarse del todo de la brutalidad; ni siquiera en el último suspiro de «Disgusted», donde aún sobra energía para molernos a golpes. Sónicamente hablando.
Un trabajo muy bien logrado, con un audio preciso y muy legible que no desentona para nada con lo que la banda ofrece. A pesar de la carga extrema reinante, y del clima vieja escuela, esta nueva entrega cuenta también con aspectos bastante melódicos y riffs entretenidos, que interactúan muy bien con el bajo y la batería, que por demás está decir que es demencial. No hay sorpresa, más allá de traernos un poco de buena nostalgia, pero hay que poner el pulgar para arriba. El que sea que nos hayan dejado sin arrancar.