Esta banda estadounidense se viene abriendo camino a paso firme con lanzamientos que han dejado a más de uno con la boca abierta. Hoy estamos ante un quinto trabajo discográfico que le saca brillo a su propuesta (también a sus máscaras). Han transitado los caminos más oscuros del Black Metal, fusionándolo con mucho Avant-Garde de temáticas anticristianas, cuestiones filosóficas y bastante futurismo. La banda está conformada por tres músicos principales: Zachary Ezrin (Voces, guitarras y Orquestaciones), Steve Blanco (Bajo, teclados y voces), y Kenny Grohowski (Batería). No es detalle menor el tema de los invitados, ya que por un lado debo decir que hay muchísimo de Jazz fusión en Imperial Triumphant. ¿Recuerdan que el guitarrista Alex Skolnick (Testament) se ha dedicado durante muchos años a tocar Jazz con un power trio? Bueno… resultó ser el indicado para meter sus solos aquí. Y por el otro lado también hay que decir que esta música tiene un alto grado de bizarreada experimental, así que me parece más que atinado meter también a un musico de Mr.Bungle, como el guitarrista Trey Spruance. Nos son los únicos invitados, también llamaron gente para que meta algunos instrumentos de viento, pero se los comentaré más adelante.
El disco arranca con «Chump Change», y me vino a la mente la sensación de estar en una prueba de sonido de un recital; «A ver, probame los toms» (?)… Hasta que cae un vendaval cacofónico, donde cada instrumento parece ir por su lado. Pero resulta que todo está entrelazado de una forma complejamente simple… ¿Pero qué es lo que estoy diciendo? Que tenemos casi ocho minutos en un inicio que puede amenazar de tómalo o déjalo. ¿Esto es Metal ennegrecido transformado en un Avant-Garde de Jazz fusión, o será a la inversa? Quienes hayan escuchado sus trabajos anteriores quizás no se sorprendan, ya que en esta nueva entrega continúan por la senda marcada, pero ampliando aún más sus horizontes. Hay baterías que sonarán a tantos estilos que podemos hasta meter géneros como la Salsa. Las guitarras técnicamente progresivas irán desde el Thrash al Death Metal, pero sobre todo nos recordarán al viejo y querido King Crimson. Las voces monstruosas tal vez sea lo menos remarcable de la banda, aunque tienen sus matices y sus porqué, por ejemplo, en la pista siguiente «Metrovertigo», toman forma de posesión diabólica, que se mixtura muy bien con la densidad que se transmite desde las guitarras, las cuales parecen flotar como espectros durante los seis enfermizos minutos. Hay varios hilos conductores con el Black Metal; la introducción cinematográfica escalofriante de «Tower of Glory, City of Shame» es un buen ejemplo, aunque sería simplista y arriesgado tildar a Imperial Triumphant como sólo música de dicho género. Estos Newyorquinos no pertenecen a ningún lado. Sus composiciones se encuentran en un limbo de tortura y agonía que puede escapar a la comprensión de los seres vivos. No es fácil de describirlos, es obvio que hay Metal oscuro, «Merkurius Gilded» así nos lo muestra. ¿Pero que dirían ustedes, si en una canción sumamente siniestra se les ocurriese meter a un saxofonísta melo-meloso como Kenny G?. Aunque no lo crean, esto ocurre. Cualquier cosa puede pasar en Imperial Triumphant, y lo peor (o lo mejor) es que funciona a la perfección.
Hay tantas cosas para remarcar que podría hacerse algo tedioso describirlo (como la música misma) ya que, si no estás acostumbrado a navegar en aguas turbulentas, no habrá pastilla que te salve en este viaje), pero la batería sería algo para no dejar afuera. Tan sólo el inicio de «Death on a Highway» será más que suficiente para entender que estamos hablando de un disco con músicos sobresalientes. Obviamente hay mucho de Jazz, y no solo desde la batería. «In the Pleasure of their Company» también nos lo recuerda con instrumentos de viento que van transformando la pista instrumental en una delicia (o tortura) sónica, hasta llegar a algo totalmente progresivo con bajos y guitarras que despliegan virtuosismo por doquier, que se contraponen al desquicio ambiental de «Bezumnaya». Es difícil también elegir una pista sobre otra, pero quien me conoce sabrá que soy un fanático de los canadienses Voivod; y si en la última canción invitan a vociferar a Snake (de dicha agrupación), entenderán que con este detalle ya me compraron. Cierran así el trabajo con mucho de lo que han desplegado a lo largo de su carrera, y también nos lo muestran en un video oficial de difusión que resulta ser tan bizarro, como lo es todo en Imperial Triumphant. Un disco sumamente interesante, para no dejar pasar, porque si te gustan las cosas raras este podría estar entre tus favoritos del año.