Paul Gilbert “The Dio Álbum” (Music Theories Recording / Mascot Label Group, 2023)

Cuando llego a mis manos este álbum recién salidito del horno, siempre gracias a mi amigo José pavón obvio, pensé que era uno más de los tantos homenajes al señor mata dragón, que hubo, hay y obviamente, habrá, desde que la maldita enfermedad que empieza con C, se lo llevo a la inmortalidad (para mí, ya ganada en vida).

El pasado 7 de abril del presente año, este formidable músico lanzo al mercado la placa “The Dio Álbum”, a través de la firma Music Theories Recording / Mascot Label Group. 

Algunos de ellos, formidables, otros más de lo mismo y algunos, sin pena ni gloria en el éter de la existencia, no así este originalísimo “tributo” de este eximio maestro de las seis cuerdas.

La lista de canciones a versionar abarca toda la carrera del pequeño gigante, desde Rainbow, pasando por Sabbath, hasta su carrera solista, sin duda, una muy notable elección. 

Pero la originalidad aquí consta en el propio Gilbert, con sus mágicos dedos suplantando de alguna manera la voz del inmortal cantante en las pistas.

Por eso cuando le di play a “Neon Knigths”, y lo tenemos a Paul prácticamente haciendo “hablar “a las seis cuerdas, no salía de mi sorpresa y admiración.

De hecho, la mayoría del álbum transcurre metiendo entre arreglo y punteo, sus influencias, de jazz e incluso Funky, tal es el caso de “Man On The Silver Mountain”.

Las versiones que quizá más nos llamarían la atención son “Hly Diver” y “Heaven And Hell”, donde más se nota que es una pista instrumental, más allá de la magia de Paul. 

Creo que es un álbum bastante agradable para el amante de la virtuosidad, el talento y el feeling de Gilbert, pero quizá no lo sea para el más tradicionalista en el sentido de la palabra, quizá sea un disco de transición en la carrera solista de este probo guitarrista, quizá para él, fue la mejor manera de rendirle homenaje a uno de los mejores vocalistas que piso la faz de la tierra, de una manera muy personal e incluso diferente, pero que el trabajo suena bien a Paul Gilbert, es una fija, más cuando él mismo se encarga de todos los instrumentos, menos de los tambores que corren por cuenta de Bill Ray, conocido músico de la costa oeste de Estados Unidos.

También, es una buena oportunidad para los que no lo conocen, hagan los deberes hacia atrás en la carrera de Paul Gilbert, desde Racer X (grupo donde también estuvo Scott Travis, aporreador de Judas Priest, desde hace más de 30 años) hasta Mr. Big e incluso su periplo en solitario.

Me hubiera encantado una versión de “We Rock”, uno de los himnos infaltables para mí en una lista de reproducción, pero vale la pena darle una odia a este notable y novedoso trabajo, como ya dije, gustará a todo amante de las 6 cuerdas y quizá también al más tradicional, pero hasta ahí.