Los proyectos de una sola persona, generalmente, no suelen llamar demasiado mi atención. Obviamente, para componer y grabar todos los instrumentos de un álbum se necesitará mucho conocimiento y creatividad. Pero yo crecí acostumbrándome a disfrutar la música a la vieja usanza; aprendiendo sobre los matices y colores que distintos músicos pueden aportar en una obra. Tal vez, algunas bandas que amaba, como Annihilator (sólo por citar alguna, aunque fuera de género) sean un groso ejemplo. Indudable es la habilidad de Jeff Waters en esa banda, pero yo al menos, extraño los detalles que distintos músicos aportaban en sus discos antes de convertirse en la banda del yo hago todo. Aún sabiendo que cada uno de los detalles ejecutados por los otros músicos salían de la cabeza de Jeff. No sé si me explico.
Saor significa libre, sin restricciones, y ahora esto me suena como un cállate la boca, apuntando a lo que escribí recién, gracias a mi cerebro cúbico. En fin… La mente maestra detrás de este proyecto, es la del escocés Andrew Marshall, quién se ha encargado de grabar todos los instrumentos en este quinto trabajo, a excepción de la batería que quedó a cargo de Dylan Watson, y algunas voces femeninas por Sophie Marshall. Desde la hermosa portada creada por Anaïs Mulgrew, notaremos claramente a que estilo de música apuntan (o apunta). Los fanáticos de Borknagar hasta Amorphis pueden llegar a sentirse en su salsa.
Historia y mitología se funden desde el inicio de esta nueva entrega en “Call of the Carnyx”, que hace referencia al antiguo cuerno de guerra celta. Melódicas guitarras se mezclan con pasajes paganos entre Shofares, voces limpias y leves detalles ásperos, para quitarle el mote de instrumental a los primeros siete minutos. El crepitar del fuego se siente en “Fallen”, donde las lenguas incandescentes danzan al ritmo de las guitarras, hipnotizándonos. La batería decora con doble bombo y total elegancia las melodías ancestrales, que presentan geniales detalles de sintes y gaitas. Mientras que “The Ancient Ones” por momentos viaja un poco hacia el pasado de Saor, donde el Black Metal tiene más presencia. Aunque son muchísimos los matices incorporados dentro de esta canción, a tal punto que parecen distintos temas encastrados en uno. Desde tresillos de Heavy Metal, hasta blast beats y Death melódico, que se amalgaman durante casi ocho minutos para dar paso a la pieza más larga, con ocho minutos y medio de duración. “Aurora”, que también cuenta con muchos momentos y distintos climas, acercándose un poco más a lo folclórico. La mayoría de los minutos en las canciones son ocupados por instrumentos, casi hasta parecer piezas instrumentales, si no fuese porque en algún momento irrumpieron los guturales o los cantos de monjes. El punto de la cuestión es crear atmósferas, no hay duda. Inclusive los solos de guitarra aparecerán de manera sencilla (pero efectiva), para no perder el eje en el concepto que Andrew Marshall ha creado en esta nueva entrega.
“Beyond the Wall” se divide en dos partes. Una se enfoca en mixturar en Death melódico en formato canción con notas sentimentales y voces fuertes, mientras que, de la mitad del tema hasta el final, continúan con el mismo patrón instrumental que trabajaron durante todo el disco. Esto es algo que puede llegar a resultar monótono, pero se las ingenian para entretenernos a base de buenas melodías. El track final es el que lleva el nombre de la placa, “Origins”. Han presentado un hermoso video de dicho tema, donde muestran un poco de su archipiélago, filmado en una calidad sublime. Puede parecer raro que hayan dejado este tema al final, ya que es una pieza muy representativa del todo en Saor, y encima cuenta con partes pegadizas. Pero es verdad que levanta la onda cuando ya comenzaba a estancarse. También hay que decir que tiene una duración similar al tema anterior, y que está armado de una manera muy parecida, con una parte donde aparecen las voces, y otra totalmente instrumental. Factor por el cual volveré a pensar si no hubiese sido mejor intercalar alguna posición. Son pequeños detalles que a mi gusto personal hacen que este trabajo no llegue competir entre los mejores del año, pero sin dudas estamos ante un muy buen álbum. Las atmósferas son un punto a favor, llenando de paisajes sonoros los cuarenta y un minutos de duración, donde se nota la influencia del Heavy Metal clásico con buenas melodías de guitarras y unos riffs que se adhieren mejor que en anteriores entregas.