Urne – «Serpent & Spirit» (Candlelight Records, 2021).

El Sludge no es un género que sea muy reseñado por estos lares, pero el primer trabajo de larga duración de estos ingleses tiene mucha tela para cortar. De hecho, hasta suena arriesgado encasillarlos dentro de un sólo género. Si hablamos de bandas emergentes que sepan combinar atmósfera con poderío, Urne tiene que ser citada. Era menester que este power trío tenga sus líneas en la página antes de que se nos vaya el año. Porque… ¡Alto debut!

Un inicio victorioso de guitarras épicas para el homónimo «Serpent & Spirit» conjugan clima melancólico y violencia. Esto transcurrirá durante casi nueve minutos, yendo y viniendo de distintas situaciones. Todo muy marcado por la batería (hasta un blast sobre el final), y las voces que pasan de ser limpias, con mucha carga emocional, a vociferaciones ultra rabiosas.  

«The Palace of Devils & Wolves» entra en segundo lugar (el puesto que suelen ganar los temas de difusión, así que lógicamente este viene con video clip oficial), a fórmula de machaques pegadizos con un bajo marcando cual pared entre bombos galopantes. Lleno de gritos que parecen romper la garganta de Joe, con un muy buen solo de guitarra cayendo en el momento indicado. Las cosas van tomando sus posiciones, cubriéndose unas a otras, avanzando y llevándose todo por delante.  

En «Memorial» vuelven a jugar con las bases de notas clásicas, y cuando comienza a hacerse predecible te cambian el enfoque. Un tema super ganchero a pesar de ser instrumental y tener una duración de más de ocho minutos. Obviamente hay espacios para que se luzcan las guitarras, donde podremos sentir un aire a Megadeth y hasta Death, por algunos segundos… Hay que poner algo de imaginación tal vez, pero ahí están.  

El hechizante «Moon & Sky» toma para sí un clima Doombeta moderno, y no me sonrojaría al decir que en parte me hizo pensar en el Sr. Ozzy Osbourne. Mientras que «Desolate Heart» se vuelve agresivo y progresivo desde las cuerdas. Una canción que coquetea con el Thrash más radical, que poco a poco se transforma y toma posesión de momentos para abstraerse con dramatismo, pudiendo recordarnos a Mastodon. 

«Envy the Dead» tiene dos minutos y medio para ir del headbanging estilo Metalcore, a los estribillos Stoner. Pasando de estar bien arriba a «Memorial: Sing Me to Rest», que cae en un pozo de melancolía, aportando más variación al trabajo. Profundo, tajante y envolvente hasta llegar a la demencia. 

Guitarras españolas abren los ocho minutos finales de «A Tomb So Frail», que hace un giro drástico machacando a diestra y siniestra. Otra vez tendremos ese toque característico que pasa de ira a clima oscuro muy bien trabajado desde las bases. Si hay que buscarle el pelo al huevo, encontraremos que la batería puede llegar a sonar monótona; no por ser reiterativa en cuanto a la ejecución, sino más bien porque su sonido está todo el tiempo al taco, y se me hace que trabajando la caja de otras maneras hubiese acompañado mejor las partes climáticas… En fin, esto es sólo un pequeño detalle. 

Un disco muy bien equilibrado, en una variación constante, pero sin perder la línea. Pesado, cargado de machaques y momentos atmosféricos que encuentran espacios justos para volverse progresivos, mostrar detalles de Heavy Doom, y todo esto como si fuese tocado por gente que alguna vez practicó el Hardcore de Nueva York. Cuando escribo progresivo no me refiero a algo super técnico, sino más bien a la forma de encarar las progresiones desde las bases. Que, sin ser estas de difícil ejecución e inclusive jugar desde lo trillado, te mantendrán alerta y expectante todo el tiempo.  

Urne se nota real… efusivo, sentido, con odio y sufrido. Se notan las ganas, se transmiten las ideas, y se espera con ansias un futuro material de los tres londinenses.

Urne son: Joe Nally (Bajo y Voz), Angus Neyra (Guitarras) y Richard Harris (Batería).