La banda finlandesa de Black Metal pisó suelo Argento por primera vez. Si bien la mitad de sus músicos (Spellgoth y Shatraug) ya habían venido con su otra banda, los míticos Horna, allá por el año 2019; la propuesta de Sargeist suele tomar otros colores (oscuros, claro está)
El lugar elegido fue el Marquee Session Live, situado en la calle Scalabrini Ortiz 666 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Y parecerá mentira, pero no lo es. La altura es exactamente la indicada para este tipo de eventos, al igual que el horario, que fue algo levemente más tarde de lo habitual. Aunque con esto a favor debo contar que lamentablemente llegué cuando la banda inicial, Nokken terminaba su show. Los siguientes en subir a escena (o bajar, ya que el lugar cuenta con un puente lateral por donde ingresan los músicos) fueron los locales Polución Social, quienes sufrieron algunos desperfectos técnicos, pero fueron acomodando muy bien su sonido con el correr de los temas.
Áditus en cambio mantuvo su oscuridad de Black Metal ritualístico como si fuese un mantra sónico que atrapaba a los asistentes, quienes dicho sea de paso comenzaron a llenar el recinto cerca del final de su show.
Minutos antes de lo anunciado Sargeist salía a escena, cosa que perjudicó a algunos especuladores que habían calculado llegar justo a tiempo, perdiéndose así el infernal inicio con «Let the Devil In», el tema que le pone nombre a uno de sus trabajos más vitoreados. También hay que decir que hace muy pocos meses editaron su sexto álbum de larga duración, del cual extrajeron las canciones «An Eternal Dream Beyond the Accursed Portent» y «Flame Within Flame» para luego volver a pasar por su trabajo del año 2010 con «Empire of Suffering», «A Spell…» o la hipnótica «Twilight Breath of Satan».
«Satanic Black Devotion» nos trasladaba hacia los inicios de Sargeist, siendo esta una de las piezas más coreadas y pogueadas de la noche. Inclusive actuó como un portal, abriendo espacios para llevarnos a otros momentos más crudos de su carrera, y volver a recordarnos que los fineses venían con disco nuevo bajo el brazo, poniendo fin a sus oscuras descargas con «To The Mistress of Blackest Magic».
Una noche cargada de tremolo picking de guitarra, pero con mucho clima y melodía. Una noche cargada de blast beats de batería y vociferaciones infernales, pero increíblemente Sargeist se las ingenia para que todo en conjunto suene agradable. El lugar respondió muy bien, acústicamente hablando, como así también respondió un público que se retiró conforme por haber estado escuchando las melodías del abismo durante una hora.
Gracias Ramón y Macabra Producciones por la invitación a una fiesta más del Metal blasfemo; esas fiestas para pocos (aunque con lugar lleno) para los que disfrutan mucho. Ojalá se repita.