¡Amigas! ¡Amigos! Bienvenidos una vez más a este intríngulis musical donde intentare describir con palabras las distintas sensaciones causadas en mí persona por diversas agrupaciones que han acariciado mis tímpanos con sus melodías, en este páramo que simpáticamente hemos dado en llamar Escrito Sagrado.
El invitado de hoy, el tan talentoso como polémico “Count Grishnackh”, Mr. Varg Vikernes y su oscuro engendro musical, Burzum.
“El fuego ilumina las oscuras melodías”
Este no es un escrito más, es de los más difíciles de escribir desde que comencé con esta hermosa sección. Donde tendré que cuidar meticulosamente las palabras a escribir. ¿Por qué? Por varios motivos, entre ellos hay asesinatos, quema de iglesias, cárcel y repudio en las redes, al punto de casi no poder contar una historia sin que esto genere un conflicto, como si por el solo hecho de citar algo referido a la humanidad de Vikernes quisiese decir que uno comparte sus actos. Imaginen si esto ocurriera con cada uno de los acontecimientos del pasado, no podría escribirse ningún libro de historia sobre hechos repugnantes y repudiables que han ocurrido. Y aunque ni siquiera hace falta aclarar que no comparto ninguna acción llevada adelante por el Conde en su lejana adolescencia, si aprecio y me considero un fiel seguidor de todo lo que a su música refiere.
Dicho esto, abróchense los cinturones, pónganse el chaleco anti balas, agarren un buen matafuegos, y a comenzar el viaje, amigas/os! La historia de Burzum nos lleva a comienzos de los ’90, cuando el Conde decide dar vida a un nuevo proyecto musical, haciéndose cargo el mismo de grabar la guitarra, el bajo, la batería y las voces. Ubiquémonos en la época y así podemos tomar real dimensión, más allá de gustos musicales, del talento de Vikernes en crear la música y poder plasmarlo en cinta.
Así fue que luego de lanzar tres demos, “Demo I”, “Demo II” – 1991, y “Burzum” – 1992, (de solo dos temas), llegaría el primer larga duración, (con algunas canciones que ya habían sido registradas en el Demo II), y editado por el sello del todavía amigo suyo, (Øystein Aarseth, Euronymous), Deathlike Silence. Crudo y fundamental, es el que muestra el camino a seguir de lo que sería el “nuevo” Black Metal. “Feeble Screams From Forest Unknow”, “Black Spell Of Destruction”, “War”, (con la participación de Euronymous en guitarra), “A Lost Forgotten Sad Spirit”, los temas que se destacan en esta obra.
“Aske” – 1993, es el siguiente paso, en forma de EP, de poco más de 20 minutos de duración. Sigue la línea de su antecesor. Guitarras filosas y voces desgarradas. “Det Som Engang Var” – 1993 sale poco tiempo después del demo en el que sería el último disco antes del episodio por el cual hasta hoy se lo reconoce. El disco en si me gusta mucho más que el anterior y me entusiasmaba el futuro de este nuevo género, oscuro, gélido y difícil de escuchar, ubicándonos en época, por supuesto. Poco tiempo después llegaría el episodio que marcaría a el momento más violento en el famoso “Inner Circle” Noruego, con el asesinato de Euronymous a manos de Grishnackh, por el que fue condenado a 21 años de prisión, pena máxima otorgada en toda la historia de Noruega, agregándole los cargos por la quema de iglesias.
Antes de su reclusión editó “Hvis Lyset Tar Oss’” – 1994, disco de tan solo 4 canciones pero de casi 40 minutos duración. Grabado unos años antes, es una obra excelente, considerada por muchos, me incluyo, como el mejor disco de Burzum. Si no lo escucharon, háganlo. “Filosofem” – 1996, es el último antes de su detención para pagar sus actos. Un muy buen disco a pesar del pésimo audio, sobre todo en la voz. Se dice que fue a propósito que tenga ese audio, aunque nadie sabe los motivos, que no importa cuales fueran, disminuyeron notablemente el resultado final de un disco lleno de buenas canciones y buenas ideas. Menos una. La producción.
A pesar del encierro, Vikernes no dejaría de componer y editar música. Con los escasos medios que obviamente poseía, se las arregló para grabar el disco “Dauði Baldrs” – 1997, un disco completamente distinto, orquestal, bien alejado del Black Metal. No es de mis favoritos, es un estilo que a mí no me complace en lo más mínimo, pero que no me animo a tildar de malo porque las composiciones están bien logradas. “Hliðskjálf” – 1999, sigue los pasos del anterior, lo cual lleva a que mi interés decaiga notablemente con este disco decididamente “ambiental”.
Los siguientes años dieron lugar a ediciones recopilatorias como lo fueron “Anthology” – 2002, “Draugen – Rarities” – 2005, (el más atractivo de los tres, porque incluye su primer demo, canciones en versiones de su primera grabación y alguna que otra rareza, que nos lleva a los primeros y buenos años de Burzum), “Anthology” – 2008. Pero fue con “Belus” – 2010, que Burzum volvió a editar un disco a la altura y en la vena de su ennegrecida y polémica historia. Volvieron las guitarras chillonas y esa voz áspera y dolida. Un muy buen disco, con sonido Black pero en tiempo más calmo, con un muy buen ritmo pegadizo, y toques de voces limpias que le dan un aura épica a las composiciones. No me pongo colorado al expresar que el Sr Vikernes está entre los músicos más talentosos e influyentes de la escena extrema.
Aunque la velocidad le deja su lugar preponderante a las melodías y climas con una atmosfera cruda, el Black Metal está ahí, pero lo mejor es que Burzum está ahí, presente, de pie ante nosotros, como si nada hubiese pasado o afectado su objetivo. “Belu’s Dod”, “Kaimadalthas’ Nedstigning”, “Sverddans”, (mi preferido), son los temas que se destacan apenas un poco por sobre el resto, en un disco tan parejo como bueno. Y llegamos al disco por el que me senté a escribir estas líneas, acompañado por un buen número de mosquitos que me miran mientras me baño en repelente, y me tomo un rico café.
“Fallen” – 2011, nos recibe con su magnífica portada, (a decir verdad, la mayoría de las portadas que acompañan la música creada por Vikernes, son muy buenas, incluso la de esos dos discos que no están dentro de mis preferidos pero tienen unas ilustraciones muy logradas), y una intro, “Fra Verdenstreet”, donde una voz calma nos susurra mientras vientos nórdicos soplan de fondo, y nos preparan para lo que vendrá, que es “Jeg Faller” y debo decir que es uno de mis preferidos de toda la discografía de Burzum, y hasta diría que esta entre mis cinco favoritas. Rápida y filosa, pero con un estribillo hermoso a voces limpias, que son recibidas por un coro maravilloso. El nuevo camino que Varg transita le queda muy bien, porque acá también hay oscuridad, pero en un combo perfecto con la agudeza de las guitarras y la gelidez del ambiente. Una canción perfecta para abrir un disco que pinta bien.
“Valen”, es la siguiente obra. Un tema largo, característica del disco, y también de Burzum, que ya nos ha regalado canciones de extensa duración. Aunque sostiene el riff a lo largo de la canción no es para nada monótona, porque tiene matices que hacen que este tema sea otro punto alto, como la parte cantada casi al final del tema. “Vanvidd”, llega con toda la fuerza y nos pega un cachetazo. Más de dos minutos palo y palo, para caer luego en un clima a medio tiempo que nos envuelve en su aura. El final, otra vez al palo, nos deja tambaleando, pero sabiendo que estamos escuchando un discazo!
“Enhver til Sitt”, trae un poco de calma con un riff de guitarra que nos hace creer que estamos por escuchar un poco de doom, pero nada más alejado de la realidad. Una canción distinta, con
buenos climas, hipnótica por momentos, con un final que se va yendo, lentamente. “Budstikken”, nos acerca al final de esta magnífica obra. Una buena intro nos sumerge en un buen ritmo de batería acompañando la frenética guitarra que no para de quejarse, mientras Varg nos susurra. El tema nunca gana en velocidad, pero si en cambios tanto de ritmo como en las voces, que Mr. Vikernes le gusta manejar y que tan bien le sale. Susurra, nos canta a voz limpia y nos grita con la misma facilidad y eficacia. Otro muy buen tema.
El final del disco está a cargo de “Til Hel Og Tilbake Igjen”, un instrumental lleno de sonidos acompañados de una base simple de toms de batería que le dan un aire todavía más intenso al clima que nos quiere transmitir el artista. Hermoso final para un enorme disco de Burzum. Vuelvo a decir, el principal responsable compositivo de esta genial y fundamental banda de Metal extremo, es tan polémico como talentoso. Hay grupos que la fama que los rodea, por el motivo que sea, supera el nivel artístico, que suele ser pobre, no es el caso de Burzum, que la fama que lo rodea, (pesada, dura), es inferior al enorme talento de Varg Vikernes. De eso, no tengo ningún tipo de dudas. Disfruten su obra, lo demás, ya fue juzgado.
Hasta aquí llegamos, compañeros de este camino a través de un bosque tan oscuro como brillante.
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Nos leemos en la próxima salida. ¿Dónde? ¡Acá, por supuesto! ¡En los Escritos Sagrados de Yunque!