Hace un par de años, uno de sus guitarristas (Pat O’Brien) fue arrestado luego de una situación bastante bizarra. Irrumpió en la casa de un vecino, atacándolo, y luego se le plantó a la policía armado con un cuchillo. Al mismo tiempo su casa ardía en llamas. Grandes explosiones avivaban el fuego. Esta contenía un arsenal bélico importante, incluyendo hasta dos lanzallamas.
La banda se vio forzada a buscar un reemplazante, siendo Erik Rutan (productor de los últimos discos de Cannibal Corpse; también guitarrista de Hate Eternal, y ex Morbid Angel) el dignísimo elegido.
Quince discos y poco más de treinta años de carrera no es poca cosa, más aún cuando la banda nunca paró de girar. Los fanáticos del género sabemos lo que significa Cannibal Corpse para este, y entendemos la postura de mantenerse fiel a lo suyo. Por ende, cada vez que sale un álbum nuevo, detalles más, detalles menos, intuimos a qué nos vamos a enfrentar. Dudo que alguien a esta altura pretenda cambios drásticos en la propuesta. Sería como un arma de doble filo, y las consecuencias podrían ser fatales. Así que no se preocupen porque lo que tenemos aquí es un poco más de su clásica fórmula con el agregado de este nuevo compañero que antes citaba, quién realmente aporta un aire fresco a los detalles.
“Murderous Rampage” abre este nuevo trabajo. Y si de abrir se trata, acá no esperen cortes delicados a bisturí quirúrgico. Tendremos baños de sangre a cuchillazo frenético. Letras obvias, con una composición y un sonido que continúa en progresión a sus últimos trabajos.
El siguiente “Necrogenic Resurrection” fue presentado con un video cinematográfico cargado de asesinatos símil película gore. Musicalmente agresivo, con unos riffs destacables y George escupiendo furioso al micrófono. Algo que tiene de bueno en cuanto a la percepción del audio es precisamente la voz. Podemos sentir de una forma muy natural que el cogotudo esta ahí gritándonos al oído. Casi que asusta…
“Inhumane Harvest” también cuenta con video apuntado a película gore, donde muestran secuestro, cortes, tripas y extirpación en primer plano; en lo que parece ser una red de tráfico de órganos. Las bases van metiéndonos en clima, denso y de atmósfera pesada, va mutando a medida que el terror avanza.
“Condemnation Contagion” continúa el sendero denso. A medio tempo nos deja prestar más atención al trabajo de armonía de las guitarras, y permite que resalte Paul Mazurkiewicz golpeando los cascos de la batería.
“Surround, Kill, Devour” presenta un toque casi progresivo desde las cuerdas y un estribillo de lo más pegadizo. Esto tal vez sea lo que más descoloca en la placa. Para bien o para mal respiramos otra cosa. Algunos dirán Napalm Death u otros podrán arriesgar un Thrash festivo. Lo cierto es que lo podemos bailar de forma jocosa, o arengar desde un pogo imaginario.
Uno de los tres temas compuestos íntegramente por Erik Rutan es “Ritual Annihilation”, y si bien no despega demasiado del formato Cannibal Corpse, podemos sentir aquí una presencia espectral de un Morbid Angel.
Mucho más groovero, “Follow the Blood” muestra distintas partes dentro de una misma canción, y es para destacar tanto el solo de guitarra, como los dedos del bajista Alex Webster que se pasean por el diapasón dando cátedra, algo que dicho sea de paso no es tan corriente como en otros trabajos.
“Bound and Burned” es un poco más movida que “Slowly Sawn”, pero ambas encierran el formato Cannibal de cambios de estructuras y buenos solos de guitarras.
“Overtorture” es el último aporte compositivo de Rutan. Siendo aún esta la pieza más corta del álbum, podemos tildarla de imprescindible por todo lo que agrega en sus casi dos minutos y medio. Estamos ya sobre el final del disco y esto no es poca cosa. Directo, sin enrosques ni vueltas, golpea de lleno en la herida. Mientras que “Cerements of the Flayed” vuelve a bajar revoluciones, yendo y viniendo por los caminos que ya conocemos.
Para redondear podría decir que han subido un escaloncito de lo que venían haciendo, en una escalera larga, donde un escalón no hace demasiada diferencia; pero no deja de ser algo positivo.
La portada, como es costumbre, a cargo de Vince Locke, también aporta otro puntito en relación a las portadas insulsas que venía haciendo.
Cannibal Corpse es: Alex Webster (Bajo), Paul Mazurkiewicz (Batería), George “Corpsegrinder” Fisher (Voz), Rob Barrett y Erik Rutan (Guitarras)