Cathedral – “La belleza de los riffs lentos”

¡Amigas! ¡Amigos! Bienvenidos una vez más a esta reunión de consorcio metalera, donde trataré de describir con mis palabras distintas sensaciones causadas en mi persona por diversas agrupaciones, que gracias a mi longeva existencia he podido conocer y disfrutar en este alocado reducto que bien hemos dado el nombre de Escrito Sagrado.

Los invitados de hoy, Cathedral.

Capítulo I – “La belleza de los riffs lentos”

Mientras pensaba sobre qué agrupación dedicar este Escrito, sentado frente al teclado con un sensación térmica de 97 grados a la sombra y 400% de humedad,  situación que hace todo movimiento que uno pretendiese hacer, sea mucho más lento, más achanchado, ahí, en ese mismo momento fué que tuve una revelación. ¿El día hace que uno realice todo más lento? !No se hable más, sale Cathedral a la cancha, que caracho!

Corría el año 1990 y este viejete, por entonces un jovencete, tomaba clases queriendo ser algo que nunca iba a conseguir, ser guitarrista. Y en una de esas infructuosas clases, charlando de música con el gran guitarrista que oficiaba de profesor, quien me recomendó dos excelentes discos de dos grandes bandas. Uno fue “Vulgar Display Of Power”, de Pantera, cosa que ya comente en el escrito de los texanos, aunque muy por arriba y el otro fue “Forest Of Equilibrium” de Cathedral. Y con los dos dió en el clavo. Dos discazos de dos bandazas. Aplausos para el Sr Martín Knye, mi profesor, tan enorme como guitarrista, (LZ2, Kamikaze, KZ4, Magiar), como persona. Además claro, de ser el protagonista de las recomendaciones.

Y así fue que me topé con esta fundamental banda británica, cuyo primer disco es uno de mis preferidos, está en mi top 10 incluyendo todos los géneros, eh! Pero no puedo desandar tanto como quisiera el desarrollo de mi comentario porque estaría invadiendo espacio de la Zona Retro, y nada más alejado en mi intención que hacer enfadar al Capitán Alzamora. Por eso comienzo contando que Cathedral se formó en 1989 como iniciativa de Lee Dorrian, quien había abandonado Napalm Death disconforme con el rumbo que estaban tomando. Y junto a Mark Griffiths, Gary Jennings y Adam Lehman,  le dieron vida a “La banda más lenta del mundo”, tal cual se lo habían propuesto. Luego de dos demos, “In Memorium”- 1990, y “Demo #2” – 1991, llegaba el disco debut. 

Adam Lehan, guitarra; Mark Griffiths, bajo; Mike Smail, batería; Lee Dorrian, voz; Gary Jennings, guitarra, editaban “Forest Of Equilibrium” – 1991. Lo que puedo decir de este disco es que es perfecto. Nada para reprochar, todo para destacar. Hay lentitud, velocidad, clima, buen gusto, maldad, pesadez, en síntesis, una gema única e inigualable en su género. Temas para destacar? Todos. Del primero al último. Con riffs de guitarra  y fills de batería tan majestuosos como lentos. Como ejemplo basta y sobra con escuchar el comienzo de “Serpent Eve”. ¡Épico! Y no me explayo más por lo mencionado anteriormente. Aunque me gustaría agregar que al momento de mandarle play, arranca la intro y a los pocos segundos se escucha una flauta que se hace dueña del protagonismo, sembrando  mis dudas, que se fueron disipando con el correr del tema, tal es así que cuando vuelve la flautita al cierre del disco, me terminó de redondear lo bien elegida que estuvo en ambas oportunidades. ¡Discazo atemporal!

Para dar el siguiente paso de esta lenta aplanadora, vendrían cambios, Griffiths y Smail dejan la banda, y entra Mark Wharton en batería, siendo el propio Jennings quien se encargaría de las partes del bajo. “The Eternal Mirror” – 1993, segunda entrega de los de Coventry, abandonando un poco tal vez ese aspecto bien doom, bien lento y adentrándose en ritmos un tanto más stoner, pero siempre con la pesadez y la densidad sonora bien presente. Y que en “Ride” encuentra al clásico por excelencia. ¡Mi tema preferido de toda la discografía! Con un comienzo es excelente, aguanten que lo pongo de vuelta y seguimos con esto. Además del ya citado, “Enter The Worms”, parece que vuelve la lentitud, pero no, “Midnight Mountain”, como para confirmar los nuevos ritmos, y a bailar muchachillos, “Fountain Of Innocence”, que buen tema, “Ashes You Leave”, “Phantasmagoria”, los destacados de otro grandísimo disco.  

Luego Leo Smee, ingresa en el bajo quedando ahora solo Jennings en guitarra y sale Adam Lehman, también Wharton deja su puesto y su lugar lo toma Brian Dixon. Con esta formación sale “The Carnival Bizarre” – 1995. Como nos tiene acostumbrados, las portadas son un verdadero placer, arte puro y originalidad. El disco se mueve en las mismas aguas del espejo etéreo. Un comienzo contundente nos despeja las dudas, si es que las había, sobre la contundencia de la nueva formación. “Vampire Sun”, “Hopkins, (The Witchfinder General)”. ¡Temazo! “Utopian Blaster”, con la colaboración del Maestro del riff; Mr Tony Iommi, “Intertias Cave”, “Fangalactic Supergoria”, “Electric Grave”, los destacados de otra gran entrega. Tres grandes discos, llenos de buenas ideas y muy buenos temas. 

Para la próxima entrega la formación se mantiene. Con una muy linda intro, seguida de un trompazo de lleno en la nariz nos recibe “Supernatural Birth Machine” – 1996, en un comienzo más que prometedor, para lo que se avecina como otro gran disco. Para mí siempre fue motivo de entusiasmo acceder a una nueva entrega de Cathedral, banda que me gusta mucho y que siempre ofreció buenas canciones sin abandonar el estilo. Tal vez variando un poco, pero siempre ahí, en el doom/stoner. “Cybertron 71 / Eternal Countdown”, hermosa intro, “Urko’s Conquest”. ¡Ttemazo, el mejor del disco! “Stained Glass Horizon”, con un tufillo a Black Sabbath en el riff, “Nightmare Castle”, “Suicide Asteroid”, “Magnetic Hole”, los elegidos de este ejemplar.

“Caravan Beyond Redemption” – 1998, era el siguiente paso y a esta altura ya se habían transformado en unos claros referentes del género, innovando con sonidos, ritmos y otras cosillas que sinceramente, en otra banda por ahí no me adaptaría, que se yo, imaginarme a Slayer con flauta? Raro…, pero que en Cathedral quedaba bien. Siempre todo lo que probaban quedaba bien. Como por ejemplo el final del primer tema de este álbum, que viene en claro y pesado ritmo stoner, para desembocar en una calma digna de otro estilo y que acá encaja a la perfección. ¡Enorme mérito! “Voodoo Fire”, intro de kermese, una voz intimidante y enseguida la explosión. Y ese final. Temazo! “The Unnatural World”, el tema del disco, con un gran estribillo y una marcha que te arruina la cervical!, “Satanikus Robotikus”, “Captain Clegg”, por ese parate en el medio, justo de “esas” cosas que explicaba más arriba, “The Caravan”, una pieza en el tono de “Planet Caravan” de Black Sabbath, pero sin letra. ¡Hermosa!, “Revolution”, “The Omega Man”, “Dust Of Paradise”, las canciones elegidas de este grandioso quinto disco. Con el cual decimos hasta luego, porque…

Hasta aquí llegamos compañeros, este aletargado primer viaje a través del bosque del equilibrio entre el Doom y Stoner ha llegado a su fin. Pueden dejar comentarios y sugerencias en las redes sociales del portal, sea en la publicación o historia. Nos leemos en la próxima salida. ¿Dónde? ¡Acá, por supuesto! ¡En los Escritos Sagrados de Yunque!