Criminal – “Sacrificio” (Metal Blade, 2021)

Hablar de esta banda originada en Chile es retrotraerse a los 90s, cuando desde Headbangers Ball en MTV (conducido por el también chileno Alfredo Lewin) nos deleitábamos durante un par de horas semanales a la espera de que aparezcan buenos videos para rellenar nuestros Vhs. Calculo que gran parte (como yo) conoció a la banda vecina, liderada por Anton, a través de ese programa. El líder en cuestión había dado sus primeros pasos en la música con la banda Pentagram, y luego en el año 1991 formaría la que hoy nos ocupa. Logrando editar con esta, nueve álbumes de estudio; y como habrán notado, no es poca cosa el sello encargado de hacerlo. También cabe destacar que, en este nuevo milenio, el blondo cantante y guitarrista logró cosechar sus buenos frutos; al menos dándose el lujo de formar parte en agrupaciones de renombre como Brujería o Lock Up, donde participan músicos con alto pedigree.

Si mal no recuerdo visitaron nuestro país en dos oportunidades. Tuve el agrado de verlos en Cemento, acompañando la vuelta de Exodus con su cantante original en un show a medio llenar, donde transmitieron una muy buena energía. Pero aun así debemos admitir que nunca llegaron (al menos en Argentina) a concentrar y concretar un buen caudal de público. Por ende, sus lanzamientos solo se han movido un poco en el Under.  

Comencé esta reseña con recuerdos de época, porque eso también es lo que transmiten desde la portada. Como si fuese que desde el vamos han dejado las cartas sobre la mesa.

Abre la placa “Live on Your Knees”, recreando riffs clásicos de los 90s, pasando por bases violentas (blast beats incluidos), a gancheras. Tanto en este como en los siguientes “Caged” y “The Whale”, se harán evidentes los momentos al estilo Sepultura o Napalm Death de hace unos veinticinco años atrás. Así será la línea general del disco, que aparte de compilar la carrera discográfica de Criminal, nos llevará a pensar que Max Cavalera o Shane Embury fueron responsables en muchas de las composiciones… pero no. 

Hay dos canciones cantadas en castellano, “Zona de sacrificio” y “Sistema criminal”.  Esto es algo que siempre me ha chocado un poco. O sea, tener una canción en otro idioma le aporta algo de rareza, ok, hasta ahí estamos bien. Pero con dos o más, la cosa “a mi gusto” resta, porque rompe el esquema conceptual del trabajo (no hablamos de bandas que juegan todo el tiempo con esto a propósito), y lo digo inclusive pensando en discos que amo, como “Maza” de Lethal. ¿Cuánto más le hubiera sumado el decidirse por un idioma, en vez de que esto parezca un compilado? Dudo que ellos hoy no se pregunten lo mismo.

En medio de los dos temas en castellano tenemos tres bombas que continúan por la línea agresiva con bases a puro machaque y baterías que se lucen. Algunos solos de guitarra, buenos puentes y coros al estilo pandilla, o inclusive algunas voces limpias.   

En “Zealots” podemos notar la voz a punto de quebrarse por el despotrico constante, cargando de más agresividad a una pieza que te sacude por poco más de dos minutos y medio. Mientras que “Age of Distrust” Groovea rozando lo progresivo hasta dar con golpes sistemáticos de ultra violencia. Y siendo yo un gran fanático de Voivod (al igual que Anton) no puedo dejar de remarcar que en el medio de la canción han puesto un gran guiño a los canadienses. 

“Hunter and the Prey” sigue mostrando un poco de la rabia Criminal, dejando alguna pequeña sorpresa para el final con “Ego Killer”. Un tiempo más pausado gobierna estos últimos tres minutos, que tal vez contengan el mejor solo de guitarra del álbum y unos coros que lo elevan en onda. 

Han entregado un trabajo de excelente manufactura, creando un disco muy balanceado, donde podemos destacar principalmente la labor del baterista Danilo Estrella, las efectivas guitarras de Sergio Klein y Anton Reisenegger (quíen continúa cantando con la agresividad creíble y necesaria), dejando para lo último al bajista Dan Biggin, quien no aporta mucho, pero ahí está. Aquellos fanáticos del Thrash noventoide con toques de Groove y Death-Grind podrán disfrutar de un disco sólido que, por momentos, parece sacado de aquella época y remezclado hoy, donde no encontrarán mucho más para descubrir.