Me voy a sacar la mala onda de una y después les cuento lo bueno. ¿Otro disco en vivo era necesario? Lo anterior que sacaron había sido un disco en vivo, así que ya estamos por la docena, más o menos, si hablamos solo de lanzamientos oficiales. Por otro lado, creo que hubiese sido mejor hacerlo en formato DVD, ya que esta última gira fue de lo mejor que la banda ofreció visualmente en toda su carrera. Por ahora, al menos, no hay noticias de que vaya a salir en otro formato, así que a conformarse con el audio en Cd o Vinilo (doble y triple respectivamente) el cual, dicho sea de paso, tiene una portada horripilante. ¿Dónde quedaron las tapas de Maiden que fascinaban a chicos y grandes, Heavys, no Heavys o metaleros/as? Tenemos una imagen armada por computadora, colorinche, con desproporciones, fueguitos, disparos innecesarios y un Eddie con cara de alfajor Jorgito de fruta aplastado.
Pido perdón, no soy digno (pero la tapa apesta) Maiden es Maiden y acá van mis reverencias:
Si dije que hubiese sido bueno una edición en DVD (o algo visual) fue porque de las doce veces que vi a la Doncella en vivo, esta última gira fue la que más me gustó en ese aspecto. El escenario se transformó, prácticamente, en una obra de teatro donde aparecieron: un avión a tamaño real, un Icaro gigante asediado por Bruce con lanzallamas, Eddies varios y montones de cosas que no vienen al caso porque hoy solo nos toca hablar del audio.
El discurso clásico de Churchill eleva la adrenalina, es ahora, estamos en el punto de partida… Bien a punto. Estalla todo, nos imaginamos a «H» corriendo, nos transporta al momento donde el cielo nos cubría amenazante como en la portada de «Brave New World». Suenan las guitarras, «Aces High» nos dispara con el Spitfire en vuelo, Bruce corre, notamos que se está esforzando (no es un tema fácil de cantar), aun así creemos escuchar un leve autotune.
«Where Eagles Dare» es para total festejo, y escucharlo a tres guitarras no es cosa de todos los días. Murray se luce con un solo colgado en una estirada genial. Nicko está encendido, está amando tocar este tema, créanme que se nota. Esta canción me hizo olvidar las pavadas que escribí al principio.
No pueden faltar los cásicos como «Two Minutes» o «The Trooper», con «The Clansman» en medio haciéndoles frente y muy bien plantado.
«Revelations» me hace fruncir el ceño por el audio de la audiencia, suena muy raro, pero semejante obra maestra no va a ser empañada por ese detalle.
En “For The Greater Good Of God” tenemos partes de teclados que aportan otros matices; pegadito va «The Wickerman», donde destaca el bajo y nos manda al descanso con «Sign of the Cross», un tema que puede parecer largo con sus once minutos de duración y una mezcla que no logra transmitir lo que al menos para mí fue el momento más épico del show.
«Flight of Icarus», «Fear Of The Dark» (con las teclas sonando más separadas que de costumbre), «The Number Of The Beast» o «Iron Maiden» son clásicos que siempre van a estar bien y levantan la noche dejándonos sedientos para los bises. En este caso tenemos «The Evil That Men Do», donde la gente aparece y desaparece de la mezcla de una forma antinatural; «Hallowed Be Thy Name» y «Run To The Hills» para el cierre.
Iron Maiden es la banda más grande del Heavy Metal y lo tienen bien ganado. Este «Legacy of the Beast Tour 2018/9» nos mostró el porqué. ¿Lo representa esta grabación en México? De seguro muchos dirán que lo que presenciaron en vivo fue mejor y tal vez sea cierto. Aquí el sonido es bueno, la batería de Nicko y su performance es de mención aparte, tal vez lo más llamativo del álbum. El bajo de Steve obviamente se escucha, pero de una manera menos aguda que en otras ocasiones. Las guitarras estan presentes, pero sin llegar a destacar sobremanera. Algunos solos descollan y sobre todo los de Murray. En cuanto a la sensación de disco en vivo se siente bien, pero podemos notar varias fallas con el audio del público, y no es poca cosa hablando de un disco «en vivo». ¡Bruce Dickinson es el puto amo! Es el Sr. frontman, pero en algunos momentos se evidencia el paso del tiempo en su voz.
Sin más, agradezco a estos seis (seis seis) por tantos hermosos momentos. Sea como sea, Up the Irons!