Dejamos pasar un tiempito para que corran los discos cosecha 2024 mientras aún reseñábamos los rezagados del 2023, pero creo que ya es hora (aparte mi colega Pablo Coulomme puso semáforo en verde con el flamante disco de Saxon).
Como anillo al dedo me cae el trabajo número quince en la discografía de la veterana banda de culto, Master. Para quien no conozca dicha agrupación estadounidense, le cuento que el líder del proyecto (el bajista y vocalista Paul Speckmann) se encontraba dentro de aquel puñado de músicos que comenzaba a despegarse del Thrash Metal de los 80s, para encausar su música dentro de lo más extremo, incorporando así los elementos de un estilo que sería apodado como Death Metal. Lamentablemente no pudieron concretar la edición de su primer trabajo sino hasta el año 1990, quedando por detrás de bandas como Death o Possessed.
Más allá de algunos muy leves intervalos, Mr. Speckmann no ha bajado los brazos. Hoy se encuentra acompañado por un nuevo integrante tras los parches, el checo Lord Izual; y desde hace unos veinte años o más, también lo acompaña en las seis cuerdas Alex Nejezchleba (otro checo. De paso recordamos que Master se ha reubicado en la República Checa desde hace un tiempo). Juntos dieron forma a “Saints Dispelled”, una obra que arranca sin preámbulos y va directo al grano. Death Metal vieja escuela con sonido acorde a los tiempos que corren, de bases sencillas y efectivas que pasan de “Destruction in June” a “Walk in the Footsteps of Doom” donde muestran un costado más tirado al Crossover Punk (sin alejarse demasiado del género), y de ahí disparan a “Saints Dispelled” donde prevalece la esencia del Thrash Metal en sus guitarras.
La estela del Death primigenio se hace presente en “Minds Under Pressure”, y nos sirve para recordar que bandas como Sodom, Venom o Motorhead (más atrás) fueron de vital importancia para la formación de los primeros embriones de la muerte.
“Find Your Life” mezcla un poco todo lo citado, pero lo hace tras la presencia de unas guitarras de melodías circenses que a mi gusto restan seriedad a la cosa. Otras piezas como “Marred and Diseased” dejan escapar ese tufito rockeron añejo, mientras que en “The Wiseman” apuntan a algo más modernoso, ya que entre las bases punketas abren lugar para un poco de groove, e inclusive contiene un par de solos de guitarra (también de bajo) que le agregan más variedad al combo. Aunque no se alejarán demasiado más del concepto en “The Wizard of Evil”, donde la batería no da respiro entre doble bombos constantes y skank beats del más clásico Death Metal vieja escuela.
Esta nueva entrega de Master representa un paso más en la batalla. Una batalla que solo se pierde al bajar los brazos, y es algo que por suerte no está en los planes de Speckmann. Su voz aún suena intensa y continúa transmitiendo el sentir de un tramo del género que tanto supo innovar en el milenio pasado, y que Paul lo mantuvo dentro de los límites que el creyó eran los más puros. Por ende, no encontraremos en esta nueva entrega mucha originalidad, ni descargas de virtuosismo; sino una cantidad de canciones que fluyen de manera directa sin más que ofrecernos algo de nostalgia y sana diversión para un reducido y selecto público.