Admito que nunca fui un fan acérrimo de Pearl Jam, y esto lo digo porque me cuesta salir de sus tres primeras placas, esas mismas que en su época me pasaron por al lado sin moverme un pelo. Voy con esto a que no hay nostalgia para mí. Con los años me fui inmiscuyendo, prestándole oído, entendiendo, y pude llegar a disfrutar de esos que les marco, aun escuchándolos fuera de su tiempo. Parte de Yield (1998) también me atrajo, pero los discos siguientes se me hacen una pasta algo monótona y no puedo sentir interés. Sé que con este comentario puedo estar ganando enemigos, pero lo intenté y no hubo caso.

Este año arrancaron con un single: “Dance of the Clairvoyants” y me descolocó. Se habían ido al carajo? Sonaba retro, sonaba moderno, sonaba con onda. Provocador, innovador…
“Who Ever Said” da un movido inicio a la placa con riffs y rasgueos que ahora sí nos recuerdan a Pearl Jam. Un sonido casi crudo y a la vez elegante, con una producción brillante. Hay video también, o algo así (Official Visualizer), que debemos citar porque en las imágenes podemos apreciar a El Chaltén en la Provincia de Santa Cruz, de nuestra hermosa Patagonia Argentina.
“Superblood Wolfmoon” juega el mismo papel y es como si no hubiese transcurrido el tiempo con sus discos anteriores.
Luego de la rareza que nombraba al pricipio (“Dance…”), llega “Quick Escape”, donde el Bajo conciso de Ament va jugando con los golpes de batería de Cameron, creando un clima de groove con aroma a Zeppelin donde entra y sale la guitarra, y la voz de Vedder acompaña impoluta dando pie a unos coros muy efectivos.
“Alright” puede traerte paz y relajación, o puede darte ganas de apretar FF.
“Seven O’Clock” pone la emoción a flor de piel no solo por el mensaje, sino porque te transporta, inclusive, a esa era dorada de los de Seattle. Uno de los puntos más altos del disco también puede estar en una canción tranquila, por qué no?.
“Never Destination” y “Take The Long Way” se ponen algo más Rockeros y nos devuelven a la primera parte de “Gigaton”.
“Buckle Up” resulta como una canción de cuna, a partir de acá se acabó el disco Rockero.
“Comes Then Goes” es una guitarra acústica rasgada con un sentimiento y fuerza pocas veces percibido en esta música. Algo tendrá que ver el ánimo y el dolor que parece transmitir metafóricamente hacia su amigo Chris Cornell? Es probable.
Al final tenemos dos piezas lentas, al clásico estilo Vedder de color naturaleza. Algo que viene sucediendo en los últimos álbumes.
Puedo decir que tuvo sus momentos, que me ha gustado un poco más que placas anteriores. Pero lejos quedó de aquellos primeros tres discos que nombré al principio. No me ha transformado en un fan, pero si vos si lo eras vas a disfrutar este. Eddie Vedder sigue siendo un tipo genial y canta como siempre… Eso no es poco.
Pearl Jam son: Jeff Ament (Bajo), Stone Gossard (Guitarra), Eddie Vedder (Voz), Mike McCready (Guitarra) y Matt Cameron (Batería)