Plaguestorm – “Purifying fire” (Noble Demon, 2021)

Desde Bahía Blanca, Buenos Aires, Sebastián Pastor invoca a un “Fuego Purificador” que prenda en nuestra conciencia para disminuir la destrucción que el humano genera en el planeta.

Con una portada sublime a cargo de Artmorfate, que nos muestra al cuarto jinete del apocalipsis incinerando la civilización, nos podemos dar una idea a qué apunta su segundo larga duración.

 Notas melancólicas nos traen remordimiento en “Evolution Towards the Edge”, y cabalgan a ritmo de Death Melódico durante poco más de cinco minutos. El trabajo vocal del sueco Mikael Sehlin calza perfecto, no solo por la guturalidad característica del género o sus matices de voces limpias, sino también por lo desgarrado y sentido de sus gritos, que ponen a flor de piel la temática del álbum.

“Back to zero” nos recuerda un poco al punto medio de bandas como In Flames o Dark Tranquillity, con ataque y melodía en su punto justo, estribillos pegadizos y un solo demoledor a cargo de Diego Martínez.

“Purifying fire” carga con el peso y el nombre del disco, porque tiene con qué, de hecho lo tiene todo. Arreglos orquestales, cambios de ritmo, melodía, agresividad y emotividad, buenos riffs, buenos solos, ¡y a Mikael que se canta todo!

A un tiempo más lento, “Never learn” continúa mostrando versatilidad en las voces, con un solo de guitarra lleno de sentimiento a cargo de Pablo Román; mientras que “You against the world” va generando un in crescendo que llegará hasta unos violentos blast beats.

Tenemos más melodeth clásico en “Close to nowhere” y un poco de oscuridad en “No Farewell”. Una balada con hermosos pasajes de guitarra que ponen un poco de aire fresco en la densidad agobiante que se respira durante los seis minutos que dura la pieza.

Las guitarras se abren paso cargadas de furia y gancho en “Blind and weak”, que continúa en la línea del sonido escandinavo, mezclando distintas épocas en una canción homogénea. No faltarán arreglos, solos, o los vaivenes emocionales a los que ya nos han acostumbrado.

Llegando al final nos encontramos con la canción más larga del trabajo: “Burning paradise”. Nueve minutos y medio a esta altura podrían resultar cansadores, aunque Plaguestorm se las ingenia para salir ileso y mantenernos alerta a base de variación sin salirse de la fórmula. Unos finos arpegios de guitarras acústicas dan las primeras pinceladas a la obra, pero al minuto serán bañados por un baldazo de ira eléctrica. Distintos ritmos nos van a llevar a la mitad del tema, donde volverán las acústicas con arreglos climáticos y la pasión se transformará en un solo de guitarra que ascenderá a una superficie caótica que nos muestra y resume el todo. Las notas del último minuto invitan a la reflexión, revelando el futuro, y el augurio no parece alentador…

Más allá de los clichés clásicos del género, de la carga de violencia dosificada con melodía y armonía, podemos percibir un aura disarmónica detrás de todo esto. Un clima oscuro y desgarrador que no está en sintonía con lo que nos rodea, y ese parece ser precisamente el mensaje que transmite la música; más allá de las letras. Un buen punto a favor que tiene este “Purifying fire”, porque presenta el objetivo bajo una red que une todo el concepto. 

La edición que nos ha llegado cuenta con un bonus track del tema homónimo en versión orquestada, cerrando un álbum compacto que araña la hora de duración. Aunque no parecía tarea fácil, esta nueva entrega ha superado a la anterior. Pequeños detalles de concepto general, o perillas, lo dan a entender. En cuanto al gusto personal, solo me quedé con ganas de escuchar a un baterista poniendo su toque, aunque dicho esto, el trabajo de programación es óptimo.

Plaguestorm es:

Sebastián Pastor (Guitarras, Bajo, Programación y teclados)

Músicos invitados:

Mikael Sehlin (Voces), Diego Martínez (Solos de Guitarra en tracks 2, 3, 6, 7, 8 & 9), Pablo Román (Solos de Guitarra en tracks 1, 4, 5 & 9) y Sebastián Núñez Szymanski (Arreglos orquestales en “Purifying Fire”).