Stabbing Westward – “Chasing Ghosts” (COP International, 2022)

La explosión de la música industrial de mediados a finales de los 80s dio nacimiento a varias bandas que lograron sobresalir en la década siguiente, Una de ellas (aunque sin llegar a codearse del todo con las de primera línea) fue la que hoy nos ocupa, quienes eran agrupados del lado más glamoroso de la balanza. Olvídense del Hair Metal o el Hard Rock, me estoy refiriendo al pulido de su sonido, al cuidado de una imagen y estética que podría encajar del lado gótico alternativo, más que del lado corrosivo y lacerante del industrial apocalíptico. Esto no quita que Stabbing Westward posea elementos de crudeza desgarradora, pero siempre se notaron desde el lado de la tristeza, más que del de la ira.  

No es una banda a la que recurra demasiado, pero si puedo decir que sus primeros tres trabajos fueron de mi agrado. Hoy vuelven a sonar con mucho de aquellos días, desde un quinto álbum que se hizo esperar. Separaciones y reuniones, que para el oyente se graficarán desde un trabajo que se transporta en el tiempo. Un tiempo lejano donde ellos nos mostraban el futuro. Un futuro que llegó, y en el que parecen haber despertado tras estar más de 20 años en criogenia.

“I Am Nothing” es el título de la pieza que abre el álbum. En ella se encierra el concepto de la banda. Esas palabras son como su declaración de principios, y serán acompañados por una música oscura que se mueve con gancho desde los estribillos pegadizos, hasta “Damaged Goods”. Los toques industriales se apoderan de esta, recordándonos por algunos momentos a Nine Inch Nails, pero la siguiente “Cold” cuenta con una vibra más Popera. Y no faltarán las baladas ambientales con carga emocional como “Push” o “Crawl”, para rodear los momentos machacosos gancheros de “Wasteland”, o los increscendos hiteros liderados por sintetizadores electrizantes, como en “Control Z”.

Un buen mix de claroscuros serán disparados desde “Dead & Gone”, donde las máquinas toman el control y la humanidad se manifiesta poniendo el sentimiento por las líneas vocales. Aunque debemos admitir que se encuentran bastante manoseadas (sintéticamente hablando), y esto nos pone frente a una dicotomía entre lo adrede o lo necesario. Lo raro es que, a pesar del ayudín, la voz de Christopher Hall suena intacta, como hace décadas atrás. Por ende, se me hace algo molesto e innecesario tanto autotune… en fin.  

“Ghost” cuenta con buenos balances de climas y explosiones que se contraponen al corte final “The End”, ya que este se encuentra inmerso en una atmósfera cargada de tristeza, que lo vuelve casi cinematográfico.   

Este nuevo trabajo es un festejo retro, con todas las características que supieron moldear en los 90s. Incluso lograron reunir a sus viejos perillistas, como el productor John Fryer y Tom Baker, quienes reconstruyeron la esencia sónica de la banda trayéndola al hoy. Se hace muy llamativo el hecho de que haya transcurrido tanto tiempo entre “Chasing Ghosts” y sus trabajos anteriores. Simplemente parece un lapso casi inexistente si saltamos de un disco a otro. Quienes se encantaron en su momento con la mezcla alterno-popera de música industrial; con las melodías sombrías, o con la voz única del proyecto, sepan que aquí volverán a encontrar todo eso. Lo único que podría hacerles un poquito de ruido es la plastificación de la humanidad en este nuevo Stabbing Westward, aunque por otro lado resulte lógico si nos atenemos al concepto de la música.

Stabbing Westward son: Christopher Hall (Voz), Walter Flakus (Teclados y Sintetizadores), Carlton Bost (Bajo y Guitarras), Bobby Amaro (Batería).