Alemania viene desparramando bandas de Black Metal de primer nivel. Hoy nos toca reseñar el tercer trabajo de Thron. Si lo tuyo es el equilibrio entre melodía y agresividad, oscuridad y brillo, abrochate el cinturón porque recorrerás unos bellos paisajes fríos a toda velocidad, con curvas peligrosas, llenos de subidas y bajadas que te mantendrán alerta durante todo el viaje. ¿Te imaginás cruzar a Dissection con Tribulation? Bueno, a disfrutarlo…
“The Prophet” abre el álbum a toda máquina con un excelente trabajo de guitarras. A trémolo y blast van llegando a un intervalo fantasmagórico y climático que sirve de antesala a melodías de vals vikingo. Esto nos recuerda a Jon Nödtveidt en mediados de los 90s; y continúa la estela en “To Dust”. Las guitarras nos transportan a aquel caballo negro y su jinete con guadaña cabalgando sobre la nieve. Algunos tramos se vuelven pegadizos pero conservan la oscuridad, voy a tener que citar a Tribulation, aunque aún no quería hacerlo…
“Nothingness” Continúa por la misma senda llevando todo a un medio tiempo, donde leves teclados aclimatan la canción antes de entrar al caos. Los instrumentos son muy legibles, y se encuentran en un buen balance entre crudo y moderno. También podemos identificar claramente las palabras respetando las voces del género.
“Hosanna in the Highest” era el más indicado para nombrar a los suecos de Tribulation, pero no pude aguantarme. Aquí el Black Melódico adquiere características góticas, inclusive podemos notar pronunciaciones y arreglos de guitarras que nos recordarán a “Down Below” de los ya citados. Pero también habrá pequeños espacios de Death Metal oscurecido.
Luego de un pasaje climático de dos minutos, “Epitome”, pasamos al tema más largo del disco: “The Reverence”. La melodía en las guitarras lo lleva a un punto épico, y cargado de sentimiento va desenvolviéndose minuto a minuto con sutiles teclados de fondo que le aportan clima. Arpegios de guitarra, baterías a doble bombo, cortes, gancho y solos rellenan perfectamente los 8 minutos y algunos segundos que dura la pieza.
“The Valley of the Blind” comienza a buen ritmo con notas bastante oscuras que actúan de introducción al Black melódico característico. La cosa va y viene, dejándonos por momentos percibir un poco de Thrash ennegrecido.
“Den of Iniquity” continúa con las notas oscuras, buenos riffs, arpegios climáticos, algunos detalles corales, carga pesada y violencia en medida equilibrada. Preparándonos y dejándonos un poco de movimiento ganchero para el final con “Into Disarray”. La melodía en las guitarras vuelve a hacer de las suyas y hace muy entretenida la propuesta.
Sin ser “Pilgrim” un disco que desborde en originalidad, podemos encontrar que de todas maneras logró formar su personalidad. Como remarqué antes, tenemos aquí mucho de bandas suecas como Dissection y Tribulation. Es notorio, sí, pero tampoco es algo tan común mezclar estas dos de manera tan equilibrada. Claro que si nos ponemos exquisitos podríamos nombrar algunos otros detalles que nos harían acordar a otras bandas como Naglfar, Necrophobic o Watain. Hay un poco de todo eso en estos alemanes, pero aun así suena suyo y creíble. Disco a disco han subido la vara y en este 2021 se la han dejado bastante alta para ellos mismos. Si logran pasar al siguiente nivel, o inventar otro, ¡agárrense!
No sé si vale la pena nombrar a sus músicos con esos apodos trambólicos, pero acá van:
SAMCA (Voz), SXIII (Bajo), ZIV (batería), PVIII (Guitarra) y TVII (Guitarra).