¡Amigas! ¡Amigos! Bienvenidos una vez más a esta agradable sección donde trataré de describir las distintas sensaciones causadas en mi persona por las diversas agrupaciones que han sabido llegar a mi corazón metálico con su música, en este emprendimiento palabrero que hemos bautizado Escrito Sagrado.
Hoy daremos continuidad con la segunda parte del relato iniciado la semana pasada de esta fundamental banda, que en sus comienzos supo mostrar el camino a una innumerable cantidad de agrupaciones que, de una u otra manera, siguió sus pasos.
Los invitados de hoy, Venom “En El Nombre Del Black”, Capítulo II.
Como ya había adelantado anteriormente, las cosas en el seno de la banda no estaban nada bien entre Cronos y el resto, lo que provocó la salida del rubio guitarrista y seguiría en forma solitaria formando una banda a la que muy originalmente bautizaría “Mantas”, tomando un camino completamente distinto al de Venom, estética, lírica y musicalmente en las antípodas del maligno trio. En lo personal este nuevo proyecto no me gusto ni un poquito y así lo deje pasar de largo, al igual que el resto de los humanos, ya que pasó desapercibido tanto en su nacimiento como en su retorno en los 2000. Pero siguiendo con Venom…
Al bueno de Mantas lo reemplazarían Mike H y Jim C. Con ellos también vino un cambio de imagen, no tan drástico pero si evidente musicalmente seguían sonando pesados y bien Heavy. Obviamente cada cambio de integrante conlleva un cambio musical, porque el que entra es distinto al que se fue. Así fue que “Calm Before The Storm” –en el año 1987 veía la luz. Un disco que a mí me gusto bastante más que el anterior, (y así fue como me gane el repudio de los lectores. Que va a ser, simpáticos lectores, es mi percepción). Igualmente esta formación duraría lo que una flatulencia dentro de un canasto de mimbre. “Black X-Mas”, “Metal Punk”, ”Calm Before The Storm”, “Fire”, “Kraking Up”, los temas destacados de este buen álbum.
A pesar de lo que yo pensaba sobre este disco, la calma lejos estaba en el seno de la banda, tan así era que para la siguiente edición cambiaría rotundamente su formación. Afuera Mike H, Jim C y el gran Cronos, (que seguiría camino con su nueva banda, a la que también muy originalmente bautizaría “Cronos”, pero al contrario de su antiguo compañero, en lo musical seguía el camino del Metal bien pesado, pero con una imagen más amigable), en sus lugares entrarían Al Barnes, guitarra, Tony Dolan, bajo y voz, y Mantas, obviamente en guitarra. “Prime Evil” – 1989 es el resultado de esta unión. Un disco que a mí, no me gustó tanto y encendió las alarmas sobre el futuro de la banda. Pesado, si, tanto como su monotonía.
Y le agrego la no muy efectiva versión de “Megalomania”, de Black Sabbath, que bien podría no haber estado y hacernos un favor. “Parasite”, “Skeletal Dance”, “Skool Daze”, los temas que apenas asoman la cabeza sobre los demás en un disco que la verdad, escuche muy poco a lo largo de mi existencia. “Temples Of Ice” – 1991 vería la luz y con incertidumbre me adentre en su música. De entrada fui abofeteado por un sonido notablemente superior al del disco anterior, y sumándole a un buen tema de apertura, me llenaron mi oscura alma de optimismo para lo que seguiría. Mantas, parece haber encontrado la inspiración de antaño y nos regala buenas canciones, borrando de un plumazo no solo el disco anterior, si no su aburrida etapa solista, (siempre en mi percepción, por supuesto).
“Tribes”, “Even In Heaven”, “In Memory Of (Paul Miller 1964-90), (muy buen tema!), “Play Time”, “Arachnid”, “Temples Of Ice”, los temas destacados de un álbum notablemente superior a su predesesor, aunque hay dos cosas que tengo que decir, una, el intento fallido de cover, tiraron “Speed King” de Deep Purple y aunque salió mejor parada que la versión del tema de Sabbath, no suena lograda, le resta al resultado final del disco, y dos, disculpen, no me aguanto más, Dolan no me cierra por ningún lado, no me gusta su performance en la voz ni un poco, no así con el bajo, que lo hace bien. Son gustos, que va a ser, sepan entender.
Posteriormente, “The Waste Land” – 1992 nos sorprendería con la inclusión de un quinto miembro, V.X.S. en teclados, y el reemplazo de Barnes, por Steve White en guitarra. Otro buen disco, que no lo sabíamos aún, pero estábamos ante lo que sería su último lanzamiento, ya que Venom entraría en reposo, (breve, pero reposo al fin), a partir de la disminución y repercusión de sus lanzamientos. Yo creo que en gran medida a causa que sus discos, a pesar de ser correctos, carecieron de clásicos como sus primeras ediciones, y cargaban con esa enorme carga. Cosas que a veces pasan con nuestra querida música. “Cursed”, “Riddle Of Steel”, “Need To Kill”, “Kissing The Beast”, “Wolverine”, los destacados.
Poco tiempo después, como dije unas líneas arriba, Venom pondría punto final a esta etapa, que musicalmente no fue para nada mala, pero las cosas se dieron así, y una de las más influyentes agrupaciones del Metal extremo pasaba a retiro. Y así aprovecho yo también para poner fin a esta segunda parte, dejando para el final la vuelta de la formación clásica, y la nueva pelea de la
formación clásica, y el conflictuado y para mi ridículo presente, donde podemos encontrar dos versiones casi iguales del viejo y glorioso Venom. Mi pensamiento sobre esto último, en el próximo y final capítulo.
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