Wolves in Winter “The Calling Quiet” (Argonauta Records, 2023)

Los lobos de invierno del Reino Unido formados en 2022 nos presentan su disco debut. Los caminos que utiliza la banda para llegar a destino son carreteras muy transitadas, pero por lo general de manera inconexa. Lo bueno de este trabajo es que ellos logran andar esos caminos y juntarlos en una carretera ancha y poco frecuentada; logrando matices bastante personales en una obra que suena pesada, Sabbathica, grungera, metálica, melancólica y a su vez muy fresca, a pesar de utilizar condimentos tan básico/clásicos. Antes que nada, debemos remarcar que estamos ante un primer álbum que vagamente se podría encasillar dentro del Post-Doom/Post-Rock, pero que trae muchísimo más para disfrutar… y lo digo en serio.

El clima Sabático se percibe al instante en la pieza que abre el trabajo, “The Cords That Ends the Pain”. Un riffeo doombeta deja espacios para que se luzca el bajo, dando también lugar a algunas aceleradas y frenadas que pueden parecer algo brutas en una primera escucha, pero que asimilaremos con la suma de escuchas. La oscuridad envuelve la casi totalidad del disco. Canciones como “Nemesis” cuentan con riffs sencillos pero magníficos, que nos recuerdan a una mezcla del viejo Paradise Lost y el Soundgarden más doombeta. Y si tocamos la velocidad, exigiendo al oído y a la memoria, podremos encontrar unos arreglitos de guitarras que parecen manoteados a My Dying Bride. Las voces también se vuelven uno de los puntos más fuertes de la banda con sus hermosas armonizaciones. Resaltándose en canciones tristes como “Pastime for Helots”, donde notaremos truquitos de transición que podrían sonar a cliché en cualquier otra banda, pero acá no nos importa porque estos muchachos nos mantienen hipnotizados todo el tiempo. Por más bajo que caigan, o por más violento que sea el cambio, Wolves in Winter siempre conserva el formato cancionero de fácil escucha a pesar de la larga duración de sus temas. Las agujas no logran llegar al rojo en ninguno de los dos aspectos (claro está que hablamos para gente acostumbrada a escuchar extremos) y eso genera un clima homogéneo en el cual el audio de cada instrumento pone el peso fuerte en el resultado final.

La banda pasa de composiciones pesadas y abrasivas como “Promised Harvest” a otras como “Oceans” donde los latiguillos vocales (salvando las gravedades) me hacen pensar que canciones como esta hubiesen quedado muy bien en Type o Negative. No sé si soy yo o qué, pero no puedo dejar de sentir un espectro Newyorquino flotando aquí, inclusive llegué a pensar en Life of Agony. Mientras que “Calling the Quiet” juega con nuestros sentimientos al máximo desde las melodías de guitarra que se te clavan en el pecho. 

El encargado de las perillas fue Chris Fielding, conocido por trabajar con bandas tales como Napalm Death, Hooded Menace, Primordial, Electric Wizard o Power Quest, entre otras. Esto no es detalle menor en un trabajo que es básicamente de Doom, pero no de Doom tradicional. Aunque tiene su ondita Sludge, Wolves in Winter te despista en cada tema. Podemos llegar a percibir algunas vibras que van desde Tool al Metallica de Load, de Anathema a Danzig, Type o Negative a Soundgarden, o de Pallbearer a Alice In Chains; con trabajos vocales para destacar, tanto por la sensibilidad de expresión en las pronunciaciones, como por las armonías y capas de sutileza que se van fundiendo en clima con las guitarras; las cuales disparan notas sencillísimas, pero perfectas. Todo está en su lugar y aparece en su momento justo, generando pequeñas explosiones y cambios rítmicos que hacen al color brillante del quinteto. Un primer paso, sumamente firme, de unos personajes que vienen transitando en la oscuridad del under hace varios años, y que con este nuevo proyecto alinearon cuestiones técnicas, compositivas y sentimentales de una manera muy eficiente.

Wolves in Winter son: Jake (Voz), Izak (Bajo), Adam (Batería), Wayne y Enzo (Guitarras).