Si en alguna otra ocasión he citado a Tobias Forge y Ghost, como uno de los responsables en traer a esta época un revival de la musica de los 70s; estos ingleses se lo han tomodo tan a pecho que no han dejado detalle afuera. De hecho, ya que nombre a Ghost, podríamos poner a cantar a algún papa Emeritus, y esta placa podría llegar a pasar como álbum de Ghost.
Tenemos aquí un sonido cercano por emulación de época, con algunos teclados, melodías y armonías de guitarras dobladas más que características.
Aún así Wytch Hazel conmueve y compra, está tan bien formado que nos engaña y nos lo hace parecer único (un poco lo son).
Si nos ponemos exquisitos en la búsqueda de influencias encontraríamos muchísimas, como Thin Lizzy con toques AOR o la NWOBHM de los 70s. Pero esto obviamente es un tributo, tan fresco y llevadero que se vuelve genial.
El viaje comienza con “He is the fight”, donde de entrada notamos la alución al cristianismo. Todo esto llevado sin ataduras a un plano medieval con guitarras sencillas y efectivas, acompañadas por una batería imponente y la voz cálida de Colin Hendra, que pude llegar a hacer cantar hasta al roquero más satánico.
“Spirit and fire” es cancionero nivel hit, inclusive deja entrever algunas guitarras acústicas. Tenemos melodías y coros exquisitos con el toque de epicidad justo.
“I am redeemed” sigue desperdigando genialidad en sus guitarras hasta casi desaparecer en el estribillo, siendo suplantadas por unas teclas de Hammond, que aunque bajan el tiempo elevan la majestuosidad. Un compendio de virtuosidad compositiva sin exagerar en tecnicismo, haciendo hincapié en la canción. Me contengo para no sonar exagerado… me redimo… esto es genial.
“Archangel” nos va llevando hasta decantar en un rock popero, donde la melodía es llevada por las armonías vocales.
“Dry bones” apunta a algo más sencillo y climático, pero no faltan las melodías en las guitarras. Para sorpresa tenemos algunos gritos agudos al mejor estilo Heavy clásico. Épico!
“Sonata” actúa como preludio sinfónico para “I will not” y, otra vez, tenemos un tema sensacional cargado de melodías, coros guitarras dobladas, solos, ritmo pegadizo y todo lo mejor del Heavy Rock añejo.
En “Reap the harvest” la marcha funebre da inicio; un piano, una atmosféra cargada de doom, increscendos épicos matizados por una estela de Jethro Tull y un final de piel de gallina. Ya no sé cuantos momentos altísimos lleva el album, pero este es otro.
El folk medieval se apodera de “The crown” con un toque al estilo Kansas, mientras que al final recogen lo sembrado con “Ancient of days”. Un cierre esperable, sin sorpresas, para un álbum que te obligará a que lo vuelvas a escuchar, y cada vez que lo hagas se irá haciendo más y más disfrutable.
Wytch Hazel son: Colin Hendra (Guitarra y Voz), Jack Spencer (Batería), Alex Haslam (Guitarra), Andy Shackleton (Bajo).
Músico invitado: David Hendra (Cello en tracks 3, 6, 8, 9).