Recuerdo allá por principios de los años 90 (1993 para ser más exacto), en una de esas madrugadas escuchando la Heavy Rock & Pop, con el Ruso Verea contando una triste historia sobre un chico que se había suicidado. Luego de esto pasó un tema de un demo de una banda amiga de este. Bueno, Zoofilia es la agrupación en cuestión y también recuerdo que su nombre me llamó la atención, así como la triste historia.
Hoy, 29 años después, con 3 discos y un DVD ya editados, mucha agua pasó bajo el puente (como alcohol por nuestros cuerpos…), nos llega su cuarto trabajo de estudio: Sangradas Escrituras. Una pretenciosa obra conceptual sobre la historia de la humanidad, atravesada por temáticas como la opresión, guerras, contaminación, el poder de los medios de comunicación, la manipulación de la justicia (Lawfare?) y el sometimiento de unos sobre otros entre diversas cuestiones. Todo contado desde una perspectiva critica, bíblico-religiosa y en clave conspiranoica. Sin dudas toda una declaración de principios.
La primera impresión que tengo del disco es por supuesto su genial arte de tapa: una pintura al óleo realizada por su cantante Hernán Alzamora, que también hay que decir escribió todas las letras, las cuales son una parte fundamental de la obra. Como podemos observar tenemos al hombre Universal de Leonardo Da Vinci, escoltado por una serpiente de siete cabezas. Y si le prestamos la debida atención (como este trabajo merece) encontraremos numerosas simbologías que guardan una estrecha relación con las letras de la placa. Si, al mejor estilo de las tapas de Hermética. Algo más que interesante sin dudas y que vale la pena destacar.
Si tengo que describir la música diría que es una amalgama de Thrash, Death, y Heavy Clásico, condimentado con unos toques de Black Metal. O sea, metemos todo en una coctelera (metálica por supuesto) y obtenemos una aleación bien pesada, contundente y filosa. Y dotada de un fuerte carácter e identidad propia. Para ser más específicos podemos encontrar reminiscencias a bandas como Dissection, Mayhem, o el primer In Flames, pasando por otras como Napalm Death o Slayer. En fin, la lista sería larga. Pero lo importante es, como acabo de decir: poseen una identidad propia que los define. Lejos están de ser un rip off de tal o cual.
Los nombres de los temas están compuestos por silogismos que ayudan a dar forma al concepto de la historia. Elegir algún tema por sobre otro no sería justo ya que estos conforman un todo donde no hace falta enumerar las partes.
Para destacar el trabajo de los dos violeros: Julián Castro y Silvestre Vega, escupiendo riffs uno atrás del otro e intercambiándose los solos (limpios y melódicos) de manera frenética. Sin dudas dos hachas dispuestas a arrancarte la cabeza. Fabio Guzmán, el Batero, castiga su instrumento de forma incansable a ritmo de blasts beat, doble pedal y el infaltable skank (el tupa tupa clásico), formando una sólida base con el bajista Marcelo Parolo.
Estamos ante un trabajo de composición sumamente ambicioso y complejo, con estructuras cambiantes y bases que no se repiten, y que como todo buen disco u obra literaria deberá ser escuchado (y o leído) en reiteradas ocasiones para ir desocultando sus diversas capas de sentido, tanto en lo musical como en sus liricas. Insisto, se necesitan varias escuchas para que surta el efecto deseado, cosa que por supuesto son varios puntos a favor.
Otro aspecto a subrayar es que se trata de una banda independiente, que hace todo a puro sacrificio y voluntad sin apoyo de una discográfica. Acá no hay instrumentos de mentira ni autotune, hay un concepto que se despliega a lo largo de cuarenta y seis minutos del más puro Heavy. Tarea más que loable teniendo en cuenta la dificultad de los tiempos que corren, donde la tendencia es lanzar temas sueltos e inconexos, con producciones paupérrimas, ritmos y pronunciaciones caribeñas.
Para cerrar hay que decir que la banda obtiene un resultado híper satisfactorio en todos los aspectos, sonoro, gráfico y lirico. Logrando un sonido pulido y trabajado, despojado de ornamentas innecesarias. Puro optimismo de la voluntad contra el pesimismo de la razón. Dejen sangrar sus oídos junto a estas escrituras, el castigo vale la pena.