Desde la zona sur del Gran Buenos Aires, estos muchachos, comandados por su vocalista Cristian Rodríguez, se han transformado en un referente de la música extrema argentina. Una carrera prolífera de 27 años y contando, donde supieron mixturar el Death Metal más extremo con una pegada Rockera; basado en líricas de desencanto político/social y sentimientos personales. Este año nos presentan su octavo disco “Tzompantli” con una portada soberbia a cargo de Pablo Aschei, Claudio Hache y Nico Foresi.
El nombre viene de México, refiriendo a un altar donde se empalaban las cabezas de los enemigos como si fuese una brochette. La alusión a esto está en el primer tema, “Hilera de cráneos”. De a golpes violentos te agujerean la sien, despotricando contra el sistema corrupto de quienes nos manejan. Las influencias suecas en el sonido de la banda no son novedad, y acá lo imprimen de una forma aun más agresiva. La ira en la voz se siente muy real y se contagia.
Pedimos un minuto para asimilar los golpes, pero no, no hay respiro. Un “Kraken” de manipulación mental viajando en riffs y azotes vehementes vuelven a sacudir el sistema nervioso.
“Arquitectura pestilente” sintoniza un mensaje apocalíptico para quienes lo merecen. Sangre es una palabra que no puede faltar en Avernal. El clima ahora es más denso, reaparecen los solos de guitarra, esta vez viajando sobre bases hipnóticas.
“El ungido” se yergue con grandilocuente melodía que se volverá el alma de la canción, mixturándose con machaques grooveros y efectivos tan bien armados, que hacen que el tema más largo del álbum no lo parezca.
“La densidad” no lleva ese nombre por nada, es la parte más pantanosa y oscura del álbum. Resulta extraño en un principio pensar por qué eligieron este tema como primer corte de difusión, pero todo tiene un porqué. En sus sombras se mueven las figuras de todo, inclusive de la portada.
Vuelve la ira del comienzo, blast de batería, guitarras en plano Death Melódico, un wah-wah que se enciende en el solo, y la voz gutural desesperante de Cristian corporizan “Los desesperados”.
Se acerca el final con un pasaje angustiante de sonidos y guitarras acústicas donde podemos oir voces… “Frío despertar apocalíptico” nos recuerda toda la presión que resiste la mente, aún siendo tan frágil.
“Carne para la bestia” pone fin a esta nueva obra, donde todo tuvo relación, donde todo es real y tangible, cruel…
Otro corte violento, porque esto es así, extremo, como vivimos.
No puedo más que quedarme pensando, y no puedo obligar a creer que este disco es el mejor, o mejor que el o los anteriores. Pero puedo decirte que este material es importante y es de acá.
Avernal son: Fede Ramos (Guitarra), Cristian Rodriguez (Voz), German Rodriguez (Batería), Francisco Cañardo (Bajo), Sebastián Barrionuevo (Guitarra).