Este teutón, es una máquina de publicar discos y nos tiene acostumbrados a uno por año por lo menos, ya sea de estudio, algún Ep o rejunte de baladas, tal es el caso del disco a reseñar en esta oportunidad, con la diferencia que aparte de ser una entrega con temas lentos, se trata de canciones reversionadas de otros grandes de la música.
Así que el pasado 21 de abril del corriente año, el guitarrista germano nos trae la sexta entrega de sus “baladas”, a través del sello Spv / Steamhammer que lo edita en los formatos ya conocidos, e incluso digital, el número diez en cuanto a recopilatorios teniendo en cuenta que su palmarés en estudio llega a una veintena de discos.
Podría decirse que es como un Ep o versión de lujo “aparte” de su predecesor, “Lost XIII”.
Abre el disco la canción instrumental “Revelations”, con una apertura tranquila como suelen ser las intros de los trabajos del teutón, para darnos paso a la archi conocida y versionada “Diamonds And Dust “ de la inmortal Joan Báez, que quizá no aporta nada nuevo a las ya realizadas anteriormente, pero la voz de Johnny Gioeli parece encajar como un guante, con alguno que otro arreglo de teclados y acústicos muy bien insertados, el sonido es característico de esta banda lo que la hace muy escuchable y disfrutable.
Lo mismo podríamos decir del clásico “Dust In The Wind”, netamente acústico, sin percusión alguna, solamente con arreglos de guitarra o teclado para preservar ese sonido atemporal y a su vez personal que la banda transmite.
“Morning Star”, fue en principio una canción craneada para un futuro álbum del 2024, pero decidieron (sabiamente a mi parecer) incluirla en esta entrega, es de hecho la pista más larga de la placa donde la banda saca a relucir todas sus atmosferas sin perder su identidad.
La otra composición original de este álbum es la también instrumental “Hidden Secrets”, que junto a las mencionadas, son las tres canciones novedosas incluidas aquí.
El resto del disco se retrotrae a lentos de por lo menos cuatro placas anteriores, es más que nada un recorrido en el tema melódico de la amplia trayectoria de Axel Rudi Pell y es el mismo músico que nos dice lo importantes que son las baladas para el rock, mostrando el lado emocional y muchas veces introspectivo del artista.
Creo que el álbum es más que nada una pieza fundamental para los incondicionales del alemán, que si bien, es solo una vuelta de tuerca, ha evolucionado como compositor sin perder su esencia. Además, de obvia admiración por el sempiterno Ritchie Blackmore, la cual vemos plasmada desde los albores de su carrera allá con “Wild Onsession”.
Ideal para escucharlo muy tranquilo con una copa de buen vino del Valle del Uco.