¡Amigas! ¡Amigos! Bienvenidos una vez más a este maremagnum palabrero donde trataré de describir las distintas sensaciones causadas en mi persona por las diversas agrupaciones que han sabido corroer con su música mis sentimientos forjados en acero, en este punto de encuentro que sesudamente hemos dado el nombre de Escrito Sagrado.
Los invitados de hoy, Biohazard.
Una calurosa tarde de 1993 me encontraba en una sesión de tatuajes con mi entrañable amigo Hernán, el Polako para todos los que lo conocían, cuando pone un cd y me dice, “Escucha esto, vas a ver que te va a gustar” y pone a este pendenciero cuarteto Hardcore de Brooklyn y mientras él llenaba de tinta mis costillas, la música de estos muchachos hacía estragos en mi cerebrito. Pero vayamos por partes. Formados en 1987, la alineación era Bobby Hambel, Guitarra; Billy Graziadei, Guitarra, Voz; Evan Seinfeld – Voz, ,Bajo; y
Anthony Meo, perdón, voy al baño y vuelvo…, Batería, quien pronto sería reemplazado por Danny Schuler, para así empezar a escribir la historia de esta gran banda.
“Biohazard” – 1990, su álbum debut ganaba la calle con una escasísima difusión por parte del sello. Con un sonido acorde a un álbum debut, con cosas por mejorar, pero dejando ver que el Biohazard que pronto conoceríamos estaba ahí. Buen debut. “Retribution”, “Blue Blood”, “Wrong Side Of The Tracks”, que sería incluida en el próximo trabajo, “Hold My Own”, también formara parte del nuevo disco, “Panic Attack”, “Scarred For Life”, los destacados de este debut.
Cambio de sello mediante llegaría la primera gran bomba atómica detonada por los cuatro de Brooklyn. “Urban Discipline” – 1992, ganaba la calle para mostrarle al mundo que el Hardcore es cosa seria. Un discazo de punta a punta, con un tema que obviamente fue el corte, pero además es uno mi favorito de toda su discografía. Una obra atemporal que sigue sonando fresca 32 años después.
«Chamber Spins Three», «Punishment», el tema del disco! Una de las mejores Intro que este vejete pudo disfrutar en su álgida existencia, cambio de ritmo, recitado, un solo perfecto, cuya última nota queda colgada mientras el tema sigue su curso, otro cambio, una verdadera joya musical. Por lo menos, así lo veo yo!, «Shades Of Grey», «Black and White And Red All Over», (otro temazo!), «Disease», «Urban Discipline», «Loss», «Wrong Side of the Tracks», «Mistaken Identity», «Tears of Blood», que pedazo de tema, por favooooorrr!!, «Hold My Own», las bombas elegidas de este enorme segundo disco de Biohazard. Es asombrosa la evolución de la banda de un disco a otro, parece que hubiesen pasado diez años y pasaron solamente dos. Se ve que además de talento, había hambre de mostrar lo que tenían estos muchachotes.
Dos años y montones de shows después, “State Of The World Address”- 1994, sale al ruedo y para alegría de todos es otro gran disco. “Is the state of the world address, motherfuckeeeeeeeerssss!!!!” nos escupe el buen de Evander y al toque empezamos a saltar como resortes! ¡Madre santa! ¿Si así comienza que es lo que sigue? Y lo que sigue es un discazo. El nivel compositivo no solo no decae un milímetro, sino que eleva la vara aún más superando, en mi criterio, al disco anterior. «State Of The World Address», “Down For Life”, un uno/dos casi letalmente destructivo, que te deja al borde del k.o., «What Makes Us Tick», una suave intro de piano que es arrasada por la garganta de Billy, “How It Is”, otro de mis preferidos de toda su excelsa discografía.
Con Sean Dog de Cypress Hill de invitado, hacen un tema bien pesado, perfecto de principio a fin. Tiro un dato, en el video del tema hay un parte donde se ve a parte de los Biohazard hablando con un patrullero, esa toma es real. Se acercaron al ver gente “sospechosa” en un lugar “sospechoso”. En fin, «Five Blocks To The Subway», «Each Day», «Lack There Of», «Human Animal», clasicazo!, «Love Denied», otro temazo! Que pasados unos segundos descubre un mini track escondido, “Ink”, con Bobby como voz principal, en un coro como ese que pudimos ver en Rocky, cuando vuelve a su casa con Adrien y están cantando alrededor de un barril con fuego. Sublime, los destacados de este gran disco!
Booby inesperadamente dejaba la banda, que seguiría como trío para lanzar “Mata Leão” – 1996, en otro disco que a mi me gusta muchísimo. Con temas que en su gran mayoría apenas pasan los dos minutos de duración, encontramos un disco crudo, directo y con temas jugados, por su concepción y desarrollo. «Authority», «These Eyes (Have Seen)», «Control», como me gusta esta canción!, «Competition», «Better Days», «A Lot to Learn», “A Way”, «True Strengths», los destacados de este cuarto disco. Se suma Rob Echeverria en guitarra y con el editan “New World Disorder” – 1999, no es un mal disco, pero está por debajo de lo que nos venían ofreciendo. Tengo que aclarar que en mi parecer Biohazard no tiene discos malos. Mejores o peores pero todos son escuchables. «Resist», «End of My Rope», «Abandon in Place», «Decline», «Cycle of Abuse», “Dogs Of War”, los destacados.
“Tales From The B-Side” – 2001, es un álbum que recopila los lados B de la banda. Un par de demos y “Judgment Night” se destacan sobre el resto. El mismo año se despachan con “Uncivilization” – 2001, con Leo Curley reemplazando a Echeverría en guitarra. Acá parecen retomar el camino, ya que este disco es notablemente superior a New World. Un tanto más oscuro y pesado, levanta la cabeza y arrasa con todo a su paso. «Sellout», «Uncivilization», «Get Away», «HFFK», con Anselmo, «Domination», con Corey Taylor, «Cross the Line», con Pete Steele, los destacados.
“Kill Or Be Killed” – 2003, es no solo la edición de un nuevo disco sino también de un nuevo guitarrista, ya que Carmine Vincent reemplaza a Curley. Un disco más agresivo, con un comienzo bien jodido. Obviamente el Hardcore sigue estando, nunca Biohazard abandonó sus raíces, su esencia. Todo un logro a pesar del constante cambio de guitarristas. Este disco en mi criterio es ampliamente superior a los anteriormente editados y se sienta en la mesa de los adultos, junto a los de la primera época, sí señor. Discazo!
“World On Fire”, que comienzo! ¡Madre mía! Una suave intro y después inicia a cachetazo limpio!, “Kill Or Be Killed”, «Beaten Senseless», «Make My Stand», «Open Your Eyes», «Hallowed Ground», los destacados de este trompazo en el medio de la pera.
“Means To The End” – 2005. ¿Es la nueva entrega y adivinen que? ¡Siiiiii, un nuevo cambio de guitarrista! Afuera Vincent, adentro Scott Roberts. Dejan de lado el sonido más agresivo del disco anterior y van donde más cómodos se sienten. Un comienzo y una portada que nos remite a principios de los noventa, y nos ilusiona con lo que vendrá. Y aunque el camino tomado en el disco anterior es de mi completo agrado, con un resultado altamente logrado, este camino que vuelven a andar me entusiasma mucho. «My Life, My Way», un excelente comienzo!, «The Fire Burns Inside», «Devotion», «Break It Away from Me», gran canción, «Don’t Stand Alone», «Set Me Free», los que más me gustan de este buen disco.
Fue trás este último lanzamiento que Biohazard pone fin a su existencia, cosa que seria verdaderamente por muy poco tiempo, ya que en el 2008 volverían a juntarse Billy, Evan, Danny y Bobby con el objetivo de dar sendos shows y giras. Y con la intención que el cuarteto de Brooklyn volviese a grabar trás más de quince años. Y ese disco finalmente vió la luz. “Reborn In Defiance” – 2012, de él estoy hablando. «9:IIIX6.941» es la intro que acelera los latidos del corazón para adentrarnos en «Vengeance Is Mine» y la felicidad es completa. Un temazo para arrancar el disco y darle la bienvenida a casa a Bobby. Aunque en estos años sin el histórico guitarrista los muchachos lo hicieron bien, ¡igual te extrañabamos, Bobby! Temazo para abrir el disco. “Decay” es el siguiente paso, que llega con un riff bien pesado y ese ritmo que nos hace pensar que estamos caminando por las calles de Brooklyn, agitando como en el video de “Punishment”. Cambio de ritmo, aceleración, gritos, un muy buen estribillo. Todo en poco más de cuatro minutos. Otro gran tema.
“Reborn”, acelera a fondo con ese toque que solo Biohazard puede dar y meter esos ritmos característicos para agitar y saltar. Amo a esta banda. Por siempre y para siempre. ¡Si señor! ¡Otro piñazo y ya estamos seguros que este es un discazo como los de los ya lejanos noventas! ¡Pero para Yunque entusiasmo! Faltan nueve temas. Dirán ustedes. No importa, diré yo. No creo equivocarme. “Killing Me”, es más íntima aunque están esos gritos de Billy poniendo condiciones. El tema viaja en un medio tiempo trayendo calma y otro buen estribillo. El solo le da ese toque de emoción que necesita la canción. Una vez más, gracias Bobby por volver. «Countdown Doom», es el siguiente tema con un comienzo marca registrada que desemboca en un riff pesadísimo, con una ritmo de batería marca Schuler. Buena canción.
Luego “Come Alive”, desparrama velocidad y Hardcore por todos lados. El estribillo es bien para agitar en vivo, si sobrevivís al pogo, claro. A mitad del tema todo se pone espeso, para volver a la velocidad. ¡De lo mejor del disco! Temazo! «Vows Of Redemption» llega con la “rapeada” que todo disco de Bio debe tener. Cambia en el estribillo yendo hacía un pesado Hardcore, para volver hacía el final al ritmo del comienzo, pero sin rapeada. Gran canción. «Waste Away», viene tímido en un medio tiempo pesado, que cambia a mitad de tema, agarrando una pesada velocidad. ¿Ya me van a dar la razón que está a la altura de las ediciones de los noventa? Bueno, seguimos con lo que queda entonces. «You Were Wrong» es el tema más largo del disco. Con su carga emotiva resulta en un medio tiempo con mucho sentimiento, como el solo de Hambel. ¡Muy buena canción!
“Skullcrusher”. Perfectamente elegido el título de esta canción, porque es exactamente eso, trituracráneos. Cambiante, pero siempre arriba. Nos hace agitar todo el tema. Una bomba! “Never Give In” nos acerca al final del disco, con un gran riff. Con un buen estribillo y un gran final. Justamente hablando del final llega “Season The Sky”. Un tema instrumental intimo, con mucho sentimiento. Y llegó el final nomás. Les dije ni bien terminado el cuarto tema que estábamos ante un gran disco. Y no les mentí. Sacando Urban Discipline y State Of The World Address, este disco le da pelea a cualquiera. Y gana.
Es una lástima que fuese el último hasta hoy. Lamentablemente Biohazard entró en esa rueda en la que están muchas bandas, que se juntan a hacer giras y festivales, pero no para grabar. Una lástima. Igual siempre les voy a estar agradecido por su música y porque nunca dejaron de ser esos cuatro jóvenes pendencieros de Brooklyn, con más códigos que muchos de sus pares. Como muestra vale esa gran anécdota que atesora nuestro gurú Nanreh Alzamora, que supo caminar las calles porteñas con los Biohazard. ¡Larga vida para ellos! Y para su enorme legado.
Hasta acá llegamos compañeros de este viaje por las crudas calles Hard Core de Brookly ha llegado a su fin. Pueden dejar sus comentarios y sugerencias en las redes sociales del portal, sea en la publicación o historia. Nos leemos en la próxima salida. ¿Dónde? ¡Acá, por supuesto! ¡En los Escritos Sagrados de Yunque!