Cynic – «Ascension Codes» (Season of Mist, 2021)

Imágenes gráficas imborrables se me presentan cada vez que me topo con el nombre Cynic. Incluso percibo el color de la luz en la habitación desde unas bombitas que hoy ya no existen. Asombrado por volver a escuchar a aquellos músicos que habían dejado su aura en el magistral trabajo «Human» de Death, que ocuparon horas y horas de vida útil del lente láser del viejo centro musical. Focus (1993) fue para muchos una revelación, una forma distinta de percibir a la música extrema. Sus trabajos siguientes aparecieron luego de estar diez años separados y continuaron en una mutación progresiva, que aunque nos permitía reconocerlos, fue fagocitándose todo rastro que los aunaba a sus inicios. Inclusive, (salvando las distancias) podríamos comparar esto con el camino de los suecos Opeth, pero reducido en solo tres discos. Imagínense lo difícil de asimilar esto.

Algo muy importante a citar, para tratar de comprender el trabajo que hoy nos ocupa, es el hecho de que este llega atravesado por la tragedia. Comenzando el 2020 nos enteramos del fallecimiento de Sean Reinert, ex-baterista, y compañero de vida del ahora único líder del proyecto, Paul Masvidal (voz y guitarra). Esto tomó más vuelo ya que la voluntad de Reinert era que donasen sus órganos, y el gobierno al parecer le negó este deseo por ser homosexual. Así lo declaro su pareja. Las malas noticias volverían a golpear en diciembre del mismo año, cuando el bajista Sean Malone decidiera quitarse la vida a la edad de 50 años.  

El presidente del sello Season of Mist, encargado de editar el trabajo, dijo: “Ya he lanzado cerca de mil álbumes. Ninguno ha sido más dramático, ninguno ha sido más difícil que éste. No puedo escuchar «Ascension Codes» sin la piel de gallina, un sentimiento mixto de orgullo, porque es un hito musical, pero también contiene una capa persistente de tristeza. Escucho el dolor de Paul en este disco. Puedo sentirlo, puedo tocarlo».

Un total de 18 tracks comprenden el trabajo, intercalando pequeños pasajes entre tema y tema. Desde «The Winged Ones» vamos a notar que este disco viene cargado de sensaciones. Musicalidad finísima con patrones progresivos que juegan con el jazz entre sintetizadores que lo llevan al futurismo, donde no faltará espacio para que se luzca cada instrumento. El joven guitarrista australiano Plini es el encargado de los solos en «The Winged Ones» (aparecerá en varias ocaciones), y resulta ser la clave para que esto tome otro color (a mi entender), junto con Dave Mackay, que es quién maneja los sintes y el bajo, también creado a partir de secuencias de sintetizador (intuyo que esto se grabó así para no ocupar, de cierta manera, el lugar de Malone). 

Canciones como «Elements and Their Inhabitants», «6th Dimensional Archetype» o «Architects of Consciousness» nos recordarán el camino recorrido por Cynic, haciendo hincapié en sus dos anteriores trabajos. Aunque también notaremos rasgos que casi nos acercarán a «Focus» desde la percepción de algunos detalles guturales, como en «Mythical Serpents».

Hay mucho de meditación trascendental tras Cynic, lo que puede resultar de no tan fácil escucha para los tiempos que corren. «Aurora» puede ser un buen ejemplo de esto, mientras que canciones como «In a Multiverse Where Atoms Sing» o «Diamond Light Body» resultarán más trabadas y cambiantes. Cargadas de detalles sonoros, voces limpias y vocódicas, entre patrones de batería a cargo de Matt Lynch, que prácticamente se salen de lo humano.

No diría que sea para festejar, ya que la carga que contiene esta obra te inducirá al silencio y necesitarás ampliar los sentidos. No hay espacio para el festejo, hay espacio para hacerse con el espacio y disfrutar de esto… relajados para tratar de comprender una mente que, pese a los obstáculos, puede seguir creando arte. Un arte único.