Daeva “Through Sheer Will and Black Magic” (20 Buck Spin, 2022)

Desde Estados Unidos les traemos el disco debut de la banda comandada por el guitarrista Steve Jansson. Se trata de un proyecto bastante siniestro con músicos de primer nivel que han pasado por excelentes bandas, como Vektor, Crypt Sermon u Horrendous. Daeva es una banda de Thrash Metal totalmente ennegrecido y visceral. Una tendencia muy en auge desde hace un tiempo en la escena subterránea de la música extrema, que nos viene mostrando material de alto calibre. Estamos hablando de producciones que a simple vista (o escucha) suenan descuidadas y bizarras, pero están totalmente diseñadas para que esa, su capa externa, encierre un fruto de propiedades muy placenteras para el banger que se anime a entrarle. 

La “Intro (Emanations)” pretende relajarnos e hipnotizarnos para hacer más efectivo el golpe de “The Architect and the Monument”, donde seremos castigados a puro blast beat, y lacerados a tremolo picking. Una descarga sónica ultraviolenta que da paso a un tema con detalles más ochenteros del estilo Slayer, Venom, Sodom. “Arena at Dis” no pierde fuerza, es más, hasta nos hará recordar a un joven Dave Lombardo por algunos fills de batería, con un sonido bastante al frente que por momentos parece estar al límite de despegarse de la mezcla. Otra pista de similares características es “Passion Under the Hammer” evidenciando una mezcla prefecta entre Abbath y Slayer.

Canciones oscuras y explosivas como “Loosen the Tongue of the Dead”, “Fragmenting in Ritual Splendor” o “Polluting the Sanctuary (Revolutions Against Faith)” nos golpean sin cesar a puro Speed Metal, pero también se guardan un lugarcito para las partes climáticas. Mientras que en “Itch of the Bottle” deciden llevar la maldad al extremo, generando un torbellino sofocante de distorsión que destruye todo a su paso mientras lo incinera. No habrá piedad ni siquiera en el último acto, “Luciferian Return”. Es más, estos maníacos están tan lejos de querer poner un paño frío a la cosa que deciden terminar la placa arrasando con todo en un tema de siete minutos, que carga con un aire ritualista de celebración sobre el final… Prácticamente épico. 

Un disco lleno de guiños al pasado, a las viejas bandas entre el Thrash alemán y estadounidense fusionándose con el Black Metal europeo, pero que para nada suena a copy-paste. Es verdad que tampoco desborda originalidad en ningún aspecto, pero, aun así, puede sonar fresco y entretenido. Exponen un audio totalmente caótico y corrosivo cargado de reverb, que genera una atmósfera uniforme con buenos solos y riffs muy entretenidos a la vieja usanza, donde reina un mix de Thrash y Heavy Metal lacerador. Pulgares arriba para Steve Jansson con las seis cuerdas. También tenemos baterías aporreadas a energía pura, a cargo del músico de origen boliviano, Enrique Sagarnaga; con los bajos mugrientos, pero finamente apuntalados de Frank Chin, y la voz demoníaca de Eddie Chainsaw que le da el toque de Black Metal primigenio.

Vuelvo a remarcar que el tema del audio está buscado a propósito para darle ese clima vieja escuela. Quién estuvo a cargo de la mezcla es nada más ni nada menos que Arthur Rizk, y el muchacho sabe. Se ha encargado por ejemplo del último disco de Soulfy, de los últimos trabajos de bandas Thrashers como Kreator, Sacred Reich, Power Trip o Municipal Waste. Y también de bandas más extremas como Crypta, Uada o Inquisition.

En este vendaval sónico todo suena salvaje y maldito. Daeva es música del inframundo para el deleite de los demonios que moran en este plano terrenal de tiempo.