Se dice que una persona puede llegar a evacuar cuatro toneladas de excrementos durante toda su vida. Si compactamos dicha producción tendríamos un volumen aproximado al de un elefante o un hipopótamo. Sin dudas estamos ante un peso pesado… Hoy se me dio por hacer una reseña de mierda, sobre el nuevo lanzamiento (o deposición) de uno de los reyes de las temáticas escatológicas. Una banda que se las ingenia para hacer de la caca un mundo. Desde la República Checa hicieron fuerza para caer (como sorete al inodoro) en cantidad de f-estivales, llegando a ser uno de los platos fuertes (para los coprófagos) en eventos como el Obscene Extreme, donde obviamente juegan de local y convierten sus presentaciones en una fiesta repleta de inflables y gente que no tiene ningún descaro en hacer el ridículo.
El 2021 fue un año de mierda, ni vale aclarar por qué, así que era menester que los Gutalax dieran el presente con una tercera producción en lo que concierne a trabajos de larga duración. Tampoco debería ser necesario aclarar que esta banda carece de seriedad, y que la única manera de soportarlos es dejando aflorar nuestro niño interior. Entonces a tomarse un laxante (como el nombre de la banda indica) y a dejar que aflore, antes de que aparezca un Bad Milo.
Pedos y gritos nos llevan a «Diarrhero» entre bases machacantes de lo que ellos llaman «Gore ‘n’ Roll», que se asemeja a una mezcla de Pornogrind groovero, con algunos toques cuasi Hardocore y baterías que también pasan por ritmos de Skank y D-beats, como en el siguiente «Nosím místo ponožky kousek svojí predkožky». ¿Y qué quiere decir un título como ese? La verdad no creo que a nadie le interese, ya que ni siquiera entenderemos lo que cantan; aunque intuimos muy bien a que apuntan.
Las voces se manifiestan ultra cochinas, y suenan como si alguien estuviese destapando una cloaca. En su mayoría irán desde el uso del «pig squeal» (canto gutural que imita el sonido del cerdo) a algunas pocas guturales más clásicas, gritos histéricos infrahumanos o Hardcore-Punk como en «Duch Sratý», para el cual invitaron a De Sade, de la banda Sodoma Gomora.
Algunos temas como «Sweet and Sour the Coprophillic Soul» o «Backdoor Boys» van de lleno al Grindcore pero, por lo general, se mueven con bastante Groove, generando bases pegadizas como en «Vaginapocalypse» o «Heavyweight Fart».
Dentro de los treinta y tres minutos que dura esta cochinada agregaron un cover de la banda Rompeprop, y esto tiene el mismo efecto (para algunos bueno, para otros malo, o peor) que Exhumed haciendo un cover de Carcass… en fin… obviedades.
El trabajo suena bien y cumple su objetivo de entretener a base de riffs de guitarra sencillos pero efectivos. El bajo no destaca demasiado, pero actúa de pared en conjunto con una batería acorde a las circunstancias con un audio bastante natural y bien logrado. A pesar de haber transcurrido seis años desde su antecesor «Shit Happens!», Gutalax se mantiene bastante firme en su propuesta. Acá nadie va a exigir solos de guitarra ni melodía, como ningún granjero va a gastarse en barnizar o limpiar todos los días el corral de los puercos. No funciona así, porque ellos la pasan mejor en el barro. Y si hablamos de barro estos checos sí que saben de embarrar inodoros. Disfrútenlo o cáguense en ellos.
Gutalax son: Kojas (Guitarra), Kebab (Bajo), Mr. Free (Batería) y Maty (Voz).