Hacia rato que no escuchaba un disco entero de los suecos, que ya de por sí, nos tienen acostumbrados, desde su aparición en 1997, estuvieron a la vanguardia del Power, salvándolo de un ostracismo y hasta quizá olvido, muy debido a las modas imperantes en los 90s.
Así que el pasado 9 de agosto y a través del sello Nuclear Blast, estos cruzados coterráneos de Malmsteen, Europe e incluso Entombed, nos traen su último trabajo de estudio, el numero 15 en su holgado palmar.
Abre el disco, la canción homónima a la placa, que a su vez es uno de los sencillos de difusión con su correspondiente video clip y lo hace a plena marcha y riffs contundentes, con coros bien pomposos y potentes que caracterizan a la banda, “Legacy Of Kings”, buen sonido, contundencia y coros pegadizos, formula infalible y correcta elección para abrir la placa, y por qué no, un show en vivo.
“The End Of Justice”, nos acerca al Hammerfall de “Crimson Thunder”, al igual que la pista que continúa en la lista, que es “Freedom”, uno con la velocidad característica de la banda cuando pisa el acelerador y la otra con la clásica marcha en sus medio tiempos, apuntaladas por sus potentes coros.
Es menester que cada álbum esta banda tenga al menos una balada, y aquí la susodicha es “Hope Spring Eternal”, con un sonido muy a lo “Legacy Of Kings” (para mí el mejor disco de la banda), dando a ver que la banda no perdió el toque en lo más mínimo en lo que respecta a los temas lentos tampoco, una canción cargada de emotividad y talento, con la voz de Joacim Caans más limpia que nunca y mostrando lo bien que le calzan las canciones lentas.
Con “Burn It Down”, la banda pisa un poco el acelerador nuevamente, volviendo a lo que mejor sabe hacer, Power Metal, esta vez con bastante de Running Wild en la marcha de sus guitarras.
“Rise Of Evil”, tiene un parecido sospecho al empezar con “Hearts Of Fire”, aquel tremendo himno del ya citado “Crimson Glory”, pero que termina siendo una buena canción, (como no serlo).
Cierra la placa, la canción “The Immemorial”, un tema con mucho del Judas Priest actual, pero sin perder el sello Hammerfall jamás, distinta a las demás, al tener varios cambios de ritmos y un poco más de arreglos acústicos, un excelente cierre para un buen retorno.
Este es sin duda un muy buen disco, buen sonido, buena producción y que tiene el toque y buen gusto necesario para no caer en lo reiterativo y a veces tedioso, que supo caer la banda en alguno de los trabajos anteriores a este, con un Joacim Caams más a punto que nunca, y que, para mí, es uno de los vocalistas menos valorados.
Si bien, no es “Crimson Glory “o “Legacy Of Kings”, “Avenge The Fallen“es una batalla innegablemente ganada por la banda.