Napalm Death – «Throes of Joy in the Jaws of Defeatism» (Century Media Records. 2020)

Hablar de Napalm Death no es sencillo. Son muchos años, muchos discos, varios cambios (musicales y de formación); pero podemos decir que en este milenio el rumbo estuvo un poco más marcado. Con algunas diferencias, podemos alinear desde ahí una prolífera discografía que se sabe como marca registrada de banda. Si queremos hacerlo más puntual subdividamos desde «Smear Campaign» (2006) hasta la fecha. Que no se interprete que son todos los discos iguales, porque no lo son, pero que se entienda que tampoco hay diferencias exageradas como sí ha habido entre finales de los 80s y 90s.

Ese rumbo que marcaba antes, está más apuntado al género hardcore punk o el crust. Al menos eso se percibe en lo que quieren transmitir detrás de la etiqueta de banda grindcore/death metal.

Lo que hace especial a esta nueva entrega son los aderezos que le agregaron a esa ya nombrada y conocida fórmula. Esos aderezos no solo saben a otras épocas de la banda, sino que también saben a algo fresco.

El disco arranca agresivo, a los gritos, blast, grindcore, hardcore, riffs geniales y un montón de matices a los que los ingleses nos tienen acostumbrados en estos últimos años. Esto se va a dar más menos en los primeros cuatro temas. Cuando ya lo escuchaste un par de veces vas a notar que atrás de toda esa rabia y violencia hay algo angustiante; se perciben detalles en algunas notas que forman otro clima dentro de la tormenta. Esto es algo importantísimo dentro del concepto del disco, porque lo que parece una mezcla de canciones distintas (ya llegaremos a eso), se aúna a medida que sumamos escuchas, y eso no solo es destacable, sino que es parte del arte y el concepto de Napalm Death.

La primer sorpresa llega con «Joie de ne pas vivre» y no solo por el francés. Aquí aparecen elementos industriales, arte corrosivo que nos recuerda a proyectos de algún ex miembro y hacen de antesala a «Invigorating Clutch». Con un clima oscuro y aterrador, nos guía a ritmos descolocantes y pegadizos de tintes Celtic Frost, donde Barney nos grita con latiguillos al estilo Niklas de Shining.

«Zero Gravitas Chamber» podría partirse en dos y tendríamos un tema de los últimos Napalm Death con otro, que a no ser por el sonido actual, podría estar en cualquiera de los discos de comienzos de los 90s. Mientras que en «Fluxing of the Muscle» esa ecuación se aplica con la etapa de finales de los 90s.

A esta altura del álbum ya mostraban indicios de que había cambios, pero nadie podía esperar algo tan abrupto como en «Amoral». Post punk, new wave? Así es, algunos podrán poner el grito en el cielo pero yo, al menos, estoy de festejo. Napalm Death esta más allá de rótulos y encierros mentales. Es, y siempre fue, una expresión artística. Contestatario y vanguardista. Bailen con esa!

Pulmones reventados por el último suspiro

Último suspiro, último suspiro! Nos grita el que le pone nombre al álbum. Violento, ensordecedor, tajante. Vas a suspirar cuando termine y esto significa que cumplió su objetivo.

La furia con pinceladas entre 90s y modernas continúa en «Acting in Gouged Faith», y dejan para el final un sombrío y apocalíptico pasaje industrial donde la voz parece divagar.

Tenemos aquí una placa interesantísima, llena de descontento y crítica social. La saturación en los gritos es algo que nos separa del viejo concepto de death metal, pero eso es algo que vienen mostrando desde hace rato. Aquí la frescura se da en la mezcla e incorporación de otras músicas con el grindcore. Así que depende de cómo esto le llegue a cada uno. Yo, como decía antes, estoy de festejo. 

Napalm Death es: Shane Embury (Bajo), Mark Greenway (Voz), Mitch Harris (Guitarras, Voz) y Danny Herrera (Batería).