Necrophobic “In the Twilight Grey” (Century Media, 2024)

Si tenemos que hablar de uno de los primeros cultores del Blackened Death Metal sueco, tenemos que nombrar a Necrophobic. Sus primeras obras son consideradas piezas de culto, aunque no hayan logrado trascender tanto como otras de la región. La banda fue formada por Blackmoon (impulsor de otros proyectos de renombre como Dark Funeral, Infernal o War), quién decidiese acabar con su vida hace más de diez años, y el baterista Joakim Sterner, responsable de que el proyecto continúe hasta el día de hoy. Pero hay algunos miembros importantes que han entrado y salido de la banda, como el vocalista Anders Strokirk (Voz en el mítico “The Nocturnal Silence” de 1993) o los guitarristas Sebastian Ramstedt y Johan Bergebäck que demuestran estar en un punto alto de su carrera, si nos referimos a las cuestiones técnicas.  

Este nuevo décimo trabajo de larga duración fue producido por Fredrik Folkare, de los coterráneos Unleashed. Y no lo nombro solo por qué sí, sino porque de alguna manera notaremos pequeños detalles de acercamiento sónico en sus propuestas. Esta reciente entrega continúa en una buena línea compositiva con relación a sus discos anteriores, y aún durando algunos minutos más que aquellos, me atrevería a decir que hasta se me hizo más corto. Nada mal para una pieza de música extrema que araña la hora de duración, en una época donde muchos prefieren simplificar las cosas.  

“Grace of the Past” introduce los primeros momentos de suspenso en este trabajo, llevando todo a la violencia lacerante en poco tiempo. Regresan en el fuego del infierno después de cuatro años con tramos musicales pulidos y guitarras sumamente entretenidas, que se manifiestan en todos los temas. “Clavis Inferni” cuenta con capas de musicalidad y solos melódicos de primer nivel que pueden permitirnos pensar bandas como Dissection. Aunque si no les pareció así, solo esperen hasta la siguiente “A Stars Collide” para corroborarlo; un temón con todas las letras. Épico, oscuro y frío como la nieve.  

Después tenemos piezas más directas como “Stromcrow”, donde Necrophobic parece haber tomado nota de antiguos trabajos para retorcerlos a puro tremolo pickings y baterías asesinas. Aun así, se hacen lugar para colar algo de clima. Lo bueno es que, dentro de esos climas o atmósferas, los cuales también existen en la siguiente “Shadows of the Brightest Night” (o en casi todo el trabajo), podemos separar cada tramo del disco con su punto de diferenciación. En esta pieza, claramente destaca la voz de Anders Strokirk con sus distintos matices de monstruosidad, y los solos de guitarra que desparraman chispas y melodías para todos lados. Siete minutos y medio de duración para un tema que nos deja la sensación de que dura la mitad.    

“Shadows of the Brightest Night” destaca por incorporar ritmos más pegadizos, aunque se encuentre plagada de cambios y secciones climáticas; mientras que “Mirrors of a Thousand Lakes” vuelve a traer la parte gélida del Black Metal, y “Cast in Stone” se apega más a la violencia rítmica de bandas como Marduk (también sueca, obvio). La siguiente “Nordanvind” deja espacios más abiertos para que se luzca el bajo de Tobias Cristiansson, y la pista que le da nombre al álbum (inspirada en “Into The Twilight” del poeta irlandés William Yeats), cuenta con casi ocho minutos de epicidad que reúne prácticamente todos los elementos fundamentales del trabajo. Si a todo esto le sumamos un bonus track que reversiona a el clásico de W.A.S.P., “The Torture Never Stops”, dejará más que claro que este nuevo álbum de Necrophobic me ha caído muy bien.