Queridos lectores, debo pedir disculpas por mi ausencia en esta sección de Darknessnews en este último tiempo. Ciertamente he estado muy atareado, con muy poco tiempo disponible para escuchar los lanzamientos recientes y ponerme a escribir sobre ellos. Pero ya se nos va el año, y uno de los que no podía dejar escapar es el quinto trabajo de larga duración de los suizos Schammasch; banda que conocí con su tercer disco «Triangle» allá por el año 2016. Un álbum que en aquel entonces recomendaba a cuanto amigo amante de la música oscura me cruzara. Hoy existe esta página donde puedo contarles mi apreciación a ciertos trabajos discográficos, y si a alguien le gustó, le sirvió o empatizó, el objetivo está cumplido.
Andar con máscaras y capuchas ya no es nada original. Fusionar el Metal negro con cuanta cosa climática se nos ocurra tampoco lo es; de hecho, podría decir que hasta me está hartando. Pero hete aquí uno de esos ejemplos que a pesar de todo esto siguen sonando frescos e interesantes.
Schammasch no es una banda fácil de escuchar, y sobre todo habrá que ponerle mucha atención a esta última entrega para que el resultado sea satisfactorio. Este nuevo viaje se encuentra cargado de atmósferas y momentos de tensión que pueden tardar tiempo en surtir efecto. Si hablamos de tiempo les cuento que el tema que abre la placa «Crystal Waves» dura unos trece minutos y medio. Su aura fílmica nos lleva a unas frías costas marinas donde los arpegios nos van metiendo en una canción tan oscura como las de sus coterráneos Triptycon.
El pasaje siniestro «A Somber Mystery» sirve de introducción a una pieza más directa, como «Your Waters Are Bitter», aunque sus guitarras conceptuales nos mantengan amarrados inmóviles a los asientos del barco, mientras este se sacude durante nueve minutos.
La melodía es algo muy característico del disco, aunque está aplicada de una forma muy atmosférica. Esto se debe a la cantidad de capas de guitarras que a veces pueden hacernos pensar en géneros como el Shoegaze. De todas maneras su propuesta se enrola en el Avant-Garde Black Metal, y «They Have Found Their Master» es un claro ejemplo.
Las voces también aportan capas de dramatismo y agresividad. No resultará extraño pensar en Sakis Tolis de Rotting Christ, aunque las voces limpias nos lleven a lugares más extraños, ¿recuerdan Saviour Machine?. Prueben con «Image of the Infinite» antes de que «I Hail You, Old Ocean» les recuerde un poquito más a Noruega y Finlandia, con un cierre excelente donde no sólo reúnen todos los condimentos del álbum, sino también de la banda. Melodías más separadas, todas las voces, baterías que suben, bajan, y secuencias tribales épicas que ponen fin a una obra de poquito más de cincuenta minutos que se disfruta mucho dejándose llevar por las olas sónicas.