Los griegos cuentan con más de treinta años de carrera, que podríamos dividirla en dos o tres partes, musicalmente hablando. La última se dio desde el lanzamiento de Communion en el año 2008. Esta nueva etapa apareció luego de un receso, con las energías totalmente renovadas. El disco anterior a este, Sumerian Daemons (2003) había mostrado un posible camino, el cual lograron andar como si fuese desde ahí, a otra línea temporal, creando una paradoja que nos dejaría anonadados. Un buen punto de quiebre fue la incorporación de orquestaciones a cargo de nada más, ni nada menos, que la Orquesta Filarmónica de Praga, con la cuál continuaron trabajando hasta el día de hoy. Estos últimos seis discos (de once) tienen muchísimo en común, y no sólo por la filarmónica. Habían transformado a Septicflesh, antes de esto llamados Septic Flesh, en una de las bandas extremas más inteligentes de la historia. No sólo por la manera de componer su música, o inclusive escribir todas y cada partitura de cada instrumento de la orquesta, sino también por confeccionar sus trajes, realizar sus portadas, o toda la carga letrística que en conjunto hacen de Septicflesh un todo. La proyección de sus ideas va más allá, porque han llevado el arte musical al extremo, conjugándolo con estas y otras artes, creando así una banda sonora única para su propia e imaginaria película.
El tema que abre esta nueva entrega, “The Collector” es un pantallazo a esta última era de la banda. Una paleta de colores en su estilo, con un sonido sublime tras las perillas de Jens Bogren (con quien habían trabajado en su anterior disco Codex Omega de 2017) nos pone en aviso de que tal vez no haya demasiados cambios dentro de su propuesta. Algo que ya nos habían anticipado con su primer video clip de difusión, “Hierophant”. Algunos matices de este podrían trasladarnos a aquel glorioso Communion de 2008, donde la mezcla de voces limpias y guturales fueron otro de los puntos magistrales en esta nueva era. Orquestaciones precisas, blast beats de batería (un poco escasos en el álbum) y un sin fin de sensaciones en apenas cuatro minutos logran mantener la atención, por más que tengamos el presentimiento de que nada ha cambiado con respecto a sus anteriores trabajos. Y eso es algo que en un punto llegué a plantearme. ¿Hasta cuándo van a seguir sorprendiéndonos con la misma fórmula? Lo cierto es que lo siguen logrando… después de todo, para que cambiar la táctica de un equipo que viene ganando por goleada. ¿No?
“Self-Eater” continúa por la senda marcada, con el aporte de algunas voces interesantes, mientras que “Neuromancer” posee un enfoque más groovero. Esta canción también cuenta con un video, donde podemos verlos maquillados, aportándole más misticismo al asunto. Toques de oriente medio, voces limpias grandiosas y golpes contundentes pondrán a esta pieza entre mis preferidas; pero por detrás de la siguiente “Coming Storm”. Acá sí que se la jugaron. Plantado a mitad del disco como si fuese la punta de la pirámide (de oro), contiene toda la locura sinfónica en su máximo esplendor. Bajadas, subidas, violencia, clima… Todo lo que quiero escuchar en su siguiente paso evolutivo esta acá. Es para sacarse el sombrero. Estos tipos tienen sangre Anunnaki de verdad. Y la siguiente “A Desert Throne” no se queda atrás, ya que contiene tremendas voces guturales, estribillos pegadizos, un muy buen ritmo, y algunas guitarras que logran despegarse un poco de la media de Septicflesh.
“Modern Primitives” va de lleno al título de la obra. Contiene un poco de todo, pero no necesariamente es la pieza más llamativa. En cambio “Psychohistory” a pesar de no salirse del molde, logra contener matices más dispares aun siendo el track más corto del trabajo, con tres minutos y medio.
El final llega con “A Dreadful Muse”, donde la batería consigue lucirse un poco más, en un tema de los más frenéticos y a la vez más sentimentales de esta nueva entrega. Pulgares arriba para otro grandioso trabajo de los hermanos Antoniou y sus secuaces.
Septicflesh son: Spiros Antoniou (Bajo y Voz), Christos Antoniou (Guitarras y Orquestraciones), Sotiris Vayenas (Guitarras, Voces limpias, Letras), Kerim “Krimh” Lechner (Batería), Psychon (Guitarras).