Soulfly – Experimentación, climas, percusión y mucho metal

¡Amigas! ¡Amigos! Bienvenidos una vez más a este enjambre de palabras que buscaran describir las sensaciones causadas por distintas agrupaciones musicales en el alma de este agradable ser humano.

En esta oportunidad, los invitados de hoy son Soulfly.

De más está decir que, cuando el querido Max Cavalera se fue de Sepultura me costó bastante asimilar el golpe. Se me complicaba pensar en un Sepultura sin Max y viceversa. Y así fue como ese maldito 1998 me encontró escuchando el primer disco de la gran S sin su frontman de siempre, dejándome un gusto a poco y al primer disco de Soulfly, que aunque me gusto más que los de Belo Horizonte, tampoco me volvió loco.

Pero distinta fue la cosa entrando el año 2000, con la salida de “Primitive”, al que conseguí ni bien lo vi disponible en esa maldita rockería de siempre.

¡Acá se puede escuchar lo que estaba buscando Max! ¡Experimentación, climas, percusión y mucho metal!

Con un sonido de guitarra muy en la vena de “Roots”, la apertura del disco esta a cargo de “Back To he Primitive”, tema que podríamos denominar como primo lejano, pero no tanto, de “Ratamahatta”. Esta canción para mí es como si Max nos mostrara realmente donde quería llevar a Sepultura después de Roots.

La placa continúa con “Pain”, un tema para saltar al ritmo de ese riff unicuerda. Este tema cuenta con los primeros invitados, Will Haven y Chino Moreno, este último de Defstones.

“Bring It” toma un poco más de velocidad. La batería entrecortada como base de la estrofa queda muy buena, para luego entrar en un clima tranquilo, suave, que termina con el vozarrón enojado de Max gritándonos con toda su furia.

El cuarto tema es uno de los platos fuertes, con una letra gritada por Max, que nos deja un pasaje lento cantado con la tensa calma de Corey Taylor. No solo es un gran tema, sino que la mezcla de estas dos bestias encaja muy bien.

“Mulambo”, nos lleva una vez más a esas mezclas que solamente Max podría hacer que queden bien. Percusión, guitarras chillonas, coros gritados, zamba Brasilera y Metal. Tema que hacia el final levanta. A continuación, “Son Song”, junto a Sean Lennon, aporta algo diferente a lo que veníamos escuchando, más que nada por la suave voz del hijo de Jhon.

Luego aparece “Boom”, que llega con un ritmo a medio tiempo y con un estribillo para cantar en vivo mientras saltamos como si tuviésemos resortes en los pies.

Ahora sí, llega el tema del disco! Señoras y señores, de pie! Tom Araya y Max juntos en un tema.¡Y qué tema! “Terrorist”, se lleva las palmas del disco. Bien ganchero en su comienzo, levanta velocidad llegando al estribillo, con un sonido de guitarra muy agresivo que detona de manera criminal promediando la canción, es lo más cercano al Thrash que vamos a encontrar en esta placa, con estas dos leyendas turnándose para gritarnos la letra. Párrafo aparte para el guiño de Max, cantando unas líneas del clásico “Inner Self”, de ya saben quién.

El disco sigue con “The Prophet” y la climática e hipnótica “Soulfly II”.

El disco cierra con “In Memory Of…” y “Flyhigh”, dándole fin a una placa variada, pesada, con mucha percusión pero con mucho metal e ideas de las buenas. Max Cavalera, gente. ¡Una fuente inagotable de música!

Y así nuestra alma regresa marcando al final de este vuelo. Esta batucada de palabras ha intentado describir las distintas sensaciones causadas por nuestra banda invitada.

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Nos leemos en la próxima salida. ¿Donde? ¡Acá, claro! ¡En los Escritos Sagrados de Yunque!