Debo reconocer que este es el primer trabajo que escucho de esta banda oriunda de Mesa, Arizona. El mismo fue lanzado el pasado 18 de agosto a través del sello Century Media Récords y este seria, el quinto trabajo en el palmarés de esta banda norteamericana, un gran logro si nos ponemos a pensar, todos los sucesos acaecidos desde el 2019, y el rumbo de los formatos de la industria musical hoy por hoy, pero según parece, las ganas de decir cosas y el empuje pueden más en estos muchachos .
Por lo que estuve escuchando, esta banda vendría de la escuela del Doom, con muchas cosas del primigenio Black Sabbath, que van incluso hasta Opeth, aunque sin encasillarse por supuesto, la banda salta de un estilo a otro con buen sonido y aplomo en sus canciones.
Tras una intro con sonido de lluvia, nos aborda la pista “Give Her To The River”, cortando el aire con un poderoso riff de heavy metal tradicional al galope que nos lleva a mediado de los 80s, muy buen trabajo con respecto a lo rítmico, destacando la batería compacta, sumada a la muy presente voz de Garret, rasposa y con fuertes matices emocionales.
A continuación, viene “Barn Burner”, que aparte de ser uno de los cortes de difusión del disco con su correspondiente clip, empieza con un arreglo muy a lo Maiden, que nos lleva a la época de “Seventh Son…”, con un trabajo de bajo excepcional, sumado a los contraritos de batería magistralmente ejecutados por Michael Arellano, quien está a cargo de los tambores.
“Hanged Man Revenges”, comienza como un tema de Running Wild de los 80s, bien de la época de “Soldiers Of Hell”, guitarras a todo vapor y una batería marcando el paso como se debe en esa cadencia del tema, solos muy bien logrados y sonido cada vez más consolidado.
Luego “Death Wont Stop Me”, es una pista con bastante más de los 90s que de los 80s en si, con mucho de Trivium, solos magistrales y cambios de ritmos muy al Megadeth post “Risk”.
Hasta aquí tenemos un álbum compacto, perfectamente ejecutado, quizá el tema vocal caiga en cierta monotonía debido a la falta de variantes, pero sin embargo les da a los temas lo que ellos necesitan, ni más ni menos.
La cancion “I Shall Return” arranca símil “Crazy Train” de Ozzy, e incluso la ejecución y de sonido de las guitarras tiene mucho de esa etapa del príncipe de las tinieblas, más que nada por el sonido a Jake E. Lee de las violas.
La parte de semi balada, estaría en la canción “These Two Hands”, muy en la veta de “Forbidden” de los sempiternos Black Sabbath, buena modulación de voz y punteos muy logrados que llegan a lo más profundo.
El cierre de este trabajo está a cargo de la pista homónima al disco, empieza bien Doom, con cosas más modernas de la veta Stoner incluso, cambios de ritmos muy pronunciados, con atmosferas densas hasta oscuras, como así también muy buenas partes acústicas, que resaltan todavía más, la parte atmosférica y oscura antes mencionada, pero con un sonido muy logrado, teniendo la particularidad que es la canción más extensa del Lp, un buen cierre, un buen trabajo que sabe agiornar los sonidos viejos con los actuales. Excelente producción, ejecución y sonido, sin duda, un paso adelante el de estos muchachos de Arizona.