Thunder “Dopamine” (BMG, 2022)

Los ingleses llevan más de una docena de álbumes de estudio, y sólo ha transcurrido un año desde su anterior trabajo “All the right noises”. Se podría decir que vienen cebados, porque encima esta nueva entrega es un álbum doble. Se ve que la pandemia los hizo activar y lo cierto es que así se los nota muy a gusto. La dopamina es conocida como la hormona del placer. Un título que les calza perfecto, y que también refleja el estado de la sociedad actual, como bien nos muestran desde su elegante pero reflexiva portada.

Tal vez muchos, como quien escribe, se hayan enterado de la existencia de esta banda en el año 1992, cuando Iron Maiden pisaba nuestras tierras por vez primera. Fue en el estadio Ferrocarril Oeste cuando los Thunder abrían dicho show de la doncella con un clima amenazante, pero no tan amenazante como el público local. Créanme que lo que sentí por esta agrupación fue pena. Un estadio casi completo abucheándolos, arrojándoles zapatillas, intentando escupirlos, y otras cosas que nunca volví a presenciar en un evento de tal magnitud, como la de organizar una sentada en todo el campo (generando algunos aplastamientos entre los presentes), o la de un gran puñado de gente obligando al resto a dar la espalda al escenario; cual barra brava obliga a agitar en un partido de fútbol desde la tribuna. A la distancia puedo decir que más que pena, hoy siento vergüenza. Pero cosas como estos boicots, tal vez han logrado generar desinterés hacia muchas de las bandas que venían a abrir shows importantes. Me vienen a la mente varias que han sido injustamente castigadas por las hordas metálicas de antaño, como por ejemplo The Almighty, o los bañados a escupidas Titãs, sin ir más lejos. En fin… otras épocas.

Si bien escucho música muy variada, habrán notado que lo que más consumo son las vertientes extremas. Pero también me gusta cada tanto meter algo distinto, inclusive hablando de reseñas… Lo pensé y casi lo dejo pasar, pero volví a escuchar el trabajo un par de veces, y me terminó convenciendo de que merecía ser comentado en este humilde pero acojedor sitio, llamado Darknessnews. De “Darkness” no hay mucho en este disco, pero de disfrute hay bastante; y eso es razón más que suficiente. Aquí vamos:

No abre el disco un tema, abre el disco un hitazo. “The Western Sky” es una demostración de cómo hacer una canción efectiva. Compuesta de partes que pueden sonar trilladas, como los arreglos de guitarras, los colchones de teclados dando ambiente, o los estribillos pegadizos. Pero poco va a importar cuando activen tu dopamina, porque vas a disfrutarlo y se volverá adictivo.

El clima positivo se transmite en casi toda la placa, “One Day We´ll be Free Again” suena a rockazo para revolear los barbijos al carajo. Mientras que “Even If It Takes a Lifetime” saca un lado country de Thunder, y “Black” toca otras fibras, poniendo en alerta nuestros sentidos para disfrutar de una composición sencillamente genial, que deja el clima óptimo para recibir la primer balada, “Unraveling”. Luego de esto será buen momento para poner otro rockazo. No tan arriba, pero sí con mucha onda, como “The Dead City”, seguido del magistral increscendo que se genera en “Last Orders”, y “All the Way”, para cerrar el disco uno con un mix que va desde AC/DC o ZZ Top hasta Deep Purple.

Sigue el baile (a lo Angus Young suavizado) desde el segundo disco, con “Dancing in the Sunshine”. Un tema que imagino muy divertido para el show en vivo, al igual que “Across the Nation”. En medio de estos dos agregan variedad con una pieza de Blues como “Big Pink Supermoon”, que contiene acentuaciones de música Soul, y el agregado de unos saxos que terminan de colorear la propuesta a lo grande. La variedad continúa desde la balada “Just a Grifter”, porque no es una balada así nomas. Esta contiene mucha musicalidad, e inclusive se animan a meter acordeones y violines, que van a contrastar muy bien con los pianazos secos de “I Don’t Believe The World”, haciéndonos notar que este segundo disco es bastante más experimental que la primera parte. Voces femeninas, mucho clima y unos solos de guitarra que nos ponen la piel de gallina, siguen subiendo la vara en esta nueva entrega de Thunder. Volverán a la onda rockera (casi glamorosa) desde “Disconnected”, con un muy buen trabajo vocal, sumado a baterías y guitarras pesadas, que se retirarán en la siguiente balada “Is Anybody Out There?” dejando el clima solo a manos de las teclas, la orquestación y la voz. Retomando la onda en la última “No Smoke Without Fire”, que contiene un poco de toda la dopamina presentada en esta nueva entrega.

Quizás con una vaga escucha el interés disminuya a medida que corren los minutos. Lo que ocurre es que el disco arranca muy arriba y es una obra larga. Pero ningún amante de las viejas formas de hacer música debería perderse de escuchar esto. Claro está que el sonido viene aggiornado a esta nueva era, con una gran producción y mucho brillo desde cada instrumento. Claro queda también, que no es un álbum para escuchar a la ligera, y que como un buen vino o un whiscacho, con el tiempo irá tomando más sabor. Y vaya que es un disco para disfrutar sentado con algún cristal que contenga alguno de estos líquidos. Aunque también se podría escuchar en un día soleado de picnic, o en un bar brindando con amigos. Estos ingleses tienen muchos matices de bandas como Heart, Diamond head, Deep Purple, o todas las que anteriormente he nombrado. Pero también tienen su etiqueta, y aquí han utilizado mucho de aquel Thunder tradicional, sin dejar de lado el Thunder experimental. Un disco sumamente recomendable para quienes aun tienen tiempo y ganas de viajar en la música. Elegante, Rockero, intrsopectivo, y sobre todo bien hecho.

Thunder son: Danny Bowes (voz), Luke Morley (guitarra), Ben Matthews (guitarra, teclados y percusión), Chris Childs (bajo) y Gary James (batería).