Solo una vez pude ver al pequeño gigante teutón sobre las tablas, y también fue en el Wacken open air del 2018, con su proyecto llamado Dirkschneider. Recuerdo que fue una calurosa tarde de agosto europeo a las 17 horas, con unos 33 grados al rayo del sol de Renania del norte.
El viejo panzer alemán, con 70 años recién cumplidos no para nunca, nos trae esta vez un disco de estudio lleno de versiones desde nuestro viejo y querido heavy metal, hasta temas de Frank Sinatra, dicho trabajo, toma el nombre de la canción adaptada al inglés por el artista nacido en Ottawa, Paúl Anka en 1941, y fue lanzado al mercado por la discográfica Atomic Fire Records, el pasado 22 de abril.
Como mencioné anteriormente, dicha placa es un salpicón de versiones que en algunos casos no nos sorprenderían demasiado, tal es el caso de “Hell Bent for Leather”, “No Class” o incluso “Man on the Silver Mountain” (uno de los puntos sobresalientes sin ninguna duda), “He is a Woman, She is a Man” de sus coterráneos Scorpions y por su puesto “Rock N´ Roll” de los inmortales Led Zeppelin, que ya de movida nos hacen mover indefectiblemente la cabecita al son del golpe del redo o el machaque de los riffs, tal es el caso de “No Class”.
Lo que no nos esperábamos y nos termina sorprendiendo (muy gratamente por cierto), son esas increíbles versiones de Tina Turner, con el tema “They Call it Nutbush”, con una soberbia base combinada genialmente con un instrumento de viento, “Paint it Black” de los Stones un poco más a medio tiempo incluso con respecto a los británicos, pero muy lograda.
Sin embargo, para mí la cereza de la torta se la lleva la pista con el título de la placa “My Way”, que siendo muy afín a la original, no deja de ser una interpretación estupenda, emotiva y que te hace poner la piel de gallina, más incluso que el corte de difusión que es el cover de los inmortales Queen “We Will Rock You”, con un Udo pasando el lampazo a lo Freddy en “I Want to Break Free”
Son 17 canciones que la verdad te levantan el ánimo en cualquier mal día, es el incuestionable Udo, que puede hacer lo que se le antoje y lo va a hacer bien, que puede agiornar cualquier estilo de música al suyo, sin quedar en el aire o hacer mamarracho, aunque dicho sonido este muy lejos de lo que comúnmente hace, ahí caemos en la cuenta de lo bien que lo logra.
En resumidas cuentas, el buen gusto del pequeño gigante, mejora con los años, esperemos viva otros 300, lo banco de acá, hasta Katmandú.
Formación: Udo Dirkschneider (Voces), Andrey Smirnov (Guitarras), Dee Dammers (Guitarras), Tilen Hudrap (Bajo) y Sven Dirkschneider (Batería).