Esta es otra de las bandas que descubrí gracias a mi amigo José Pavón, y su eterno proveer a través de las aplicaciones de mensajería. Esta agrupación ya cuenta con once Lps anteriores y por ende tuve que ponerme a hacer los deberes.
En fin, el pasado 13 de septiembre, al momento de esta reseña, por cierto, la última con 47 años, salió a través del sello AFM Récords, el disco número doce en el más que respetable glosario de estos alemanes.
Abre la placa, la pista “Tonigth We Rock” uno de los video clips de la placa y es una canción que va a los bifes de una, un riff sencillo pero contundente, como suele ser en el buen Hard Rock, con el vocalista Gianni Pontillo, haciéndose protagonista con su voz un tanto más al frente con respecto a la banda, pero que con el correr del tema se va acomodando.
“American Girl”, es la canción que le sigue en el orden de la lista, además de ser otro del video clip de la banda, la misma baja un cambio muy acertadamente, con un track de bajo a cargo de Malke Burkert, que apuntala la media marcha del tema, que le da un aplomo y contundencia al tema, ayudado por los coros pegadizos, muy en esa onda del Hard actual.
“Count Of Me”, es otro de los video clips del disco, que continúa la misma línea del primer tema de la placa, un poquito más heavy quizá, pero en líneas generales va por el mismo camino.
El resto del álbum, va en la misma dirección que lo descripto anteriormente, y lo que quizá llama un poco la atención es la ausencia de baladas, o de temas que estén cerca de serlo, pero se suple con temas a una marcha menor, con bases más pesadas bien de los 80s, con bastante del Whitesnake de “1987”, como también es el caso de las pistas “Falling” y la bastante más machacante “Money”.
Luego encontramos a“Reason To Love”, que tiene un aire muy Def Leppard, de la época de “Hysteria” y la pista encargada de cerrar el retorno de estos alemanes después de tres años, volviendo a la esencia del disco y de los primeros temas, o sea una clausura contundente y precisa.
La producción a cargo de uno de los guitarristas (Herman Frank), continua como en el disco anterior, conjugando la potencia de la banda con un sonido bueno y potente, sin dejar de lado la correcta ejecución de los instrumentos por parte del resto de los músicos.
Esto es Hard Rock sin vueltas, con algunos matices de Heavy Metal, pero totalmente agradable al oído y muy fácil de digerir y escuchar, muy bien compuesto y armado para no caer en la redundancia o en lo reiterativo.
Simple, pero efectivo, además de ser tremendamente contundente, es admirable como un género se renueva y reinventa constantemente, con sonido fresco, pero sin perder la esencia.