En pocos días saldrá a las pistas el tercer disco larga duración de los Heavy-Thrashers de José C. Paz, Buenos Aires, Argento. La banda de Ezequiel Carrillo (guitarra líder) y la familia Gianfrancesco; con los hermanos Jonatan (guitarra y voz), Marcos en batería (muchacho de buen currículum: batería en Serpentor, también ex-Cabral, ex-Opresor, ex-Tungsteno), y Charly (el padre) en bajo. Este nuevo trabajo fue grabado en el Estudio Águila Magnética por César Poggio y en R.E.C. Estudio por Ezequiel Carrillo, entre enero y agosto de 2022. Mezclado y masterizado en Estudio Águila Magnética por César Poggio y Argento, entre septiembre y diciembre de 2022.
Entre las influencias más notorias de la banda tenemos a pilares del Thrash como Megadeth o Metallica, y otras eminencias como Motorhead o Mercyful Fate. Tal vez la menos notoria sea esta última, pero si prestamos atención, por ejemplo, al tema que abre la placa “Flores negras” sentiremos algo del aura de Mr. Diamond. Los teclados oscuros y el audio nos lo recordarán al instante y volveremos a percibir su presencia en la parte de los solos, mientras que el resto del tema se mueve por los caminos del viejo Metallica o Testament. En cambio, “Oscurece” se inclina un poco más hacia el lado de Megadeth. Estas comparaciones son sólo para entender dónde estamos parados, y a partir de qué lugar podremos ir disfrutando cada matiz y color que los muchachos ponen en sus composiciones. Con una voz que suena agresiva en un punto justo (una mezcla muy refinada entre Lemmy y Larry Zavala, adherida a Chris Astley de Xentrix), machaques a la vieja usanza y una batería que suena al frente con mucho juego de bombos en temas como “El apostador”, o más a tierra en canciones mid-tempo como “Testigos”, donde también se lucen los solos de guitarra, con el bajo apuntalando detrás.
Las “Melodías del mal” pueden sonar algo trilladas desde sus bases, pero Marcos se encarga de entretenernos a puro golpe, bajando algunos rpm para “Sombras inertes”, donde se mezclan en dosis justas todas las influencias citadas, y las alinean en un formato más cancionero (oscuro, claro). Un tema que se irá volviendo adictivo con la suma de escuchas, y que sirve de bisagra para “Enterrado vivo”, en el cual podremos linkear a los Thrashers locales Serpentor y no sólo por la labor del baterista que, demás está decir, es un músico extraordinario.
Los detalles que Argento suma en cada track nos muestran que los muchachos han pensado en todo, y “Drogainepto” es un buen ejemplo de esto a pesar de ser el más corto del trabajo. Tanto desde las guitarras como en los fills de batería tendremos momentos para parar la oreja, que nos será castigada a martillazos en la siguiente “Merece castigo” (primer tema adelanto del disco, con video lyric incluido). No faltarán las guitarras acústicas para ponerle una apasionante intro a la Thrasher “Manicomio”, o al final de “Adicto al crimen”, donde agregarán más violencia desde música y letra. Dejan alguna pequeña cuota de sorpresa para la última “Mi lamento”, con algún detalle más groovero (cencerro incluido) que podría acercarlos a un mix entre Pantera y Alice in Chains, porque si enfatizo en un Carnival of Souls de Kiss me pueden putear.
El álbum está muy bien ordenado, es de fácil escucha y entretenido hasta el final. Con un sonido seco y agresivo de batería (como los que suele utilizar Ghost, por ejemplo) que en primeras instancias puede sonar chocante, pero que con el correr de los minutos nos irá corporizando esta “Psicosis”, y entenderemos el porqué del todo. Generando un punto a favor en el arriesgado concepto, que termina por embellecer con agresividad una placa de más de cincuenta minutos que se pasan bastante rápido. Sin dudas se proyectará a estar entre los mejores discos nacionales de este año que (y aunque) recién comienza.