Debo reconocer que no tenía conocimiento de esta banda, hasta que mi amigo José Pavón me la pasó.
Los alemanes están en carrera desde el 2001 y en actualmente ya cuentan con 6 discos, pero el que a esta reseña le atañe, salió el pasado 9 de junio a través de El Puerto Récords, y si bien la banda esta encasillada en el Power Metal clásico, creo que este trabajo se vuelva un poco más a lo melódico.
Es imposible no imaginar campos de batalla, armaduras relucientes, cargas de caballería y demás menesteres de Robert Howard con el correr del disco, ya desde la extraña y poco acertada intro “Overture Of Steel”, que da paso a la primera canción de la placa “Shajan-Legend Of the White Wolf”, un tema bastante más marchoso que lo que se podría esperar, pero interesante gracias a su buen machaque de guitarras y sólida base instrumental apuntalada por unos buenos coros.
La siguiente pista titulada “ Satan·s Plan”, es un cambio de sonido, casi orillando al Primal Fear de “Nuclear Fire”, con una base más lenta, solida y solos muchos más trabajados, una voz en un tono más abajo pero que afianza el tema de una manera agradable.
En “All Across The Universe”, subimos un poco más la velocidad y nos volcamos de lleno al Power Metal, que nos transporta al primigenio Gamma Ray, con un tema que dura menos de 2 minutos, pero que da sobradas muestras de potencia.
Luego “The Famine Year” y “Silesian Winter”, son sorprendentemente las más largas canciones del disco…más de nueve minutos cada una, la primera un poco más marchosa, con mucho del Maiden de “Dance Of Death”, y la segunda con muchos más cambios de ritmo, volcados al Rhapsody del primer disco.
El tema que da nombre a la placa es también a su vez, el sencillo de adelanto de la banda, con su correspondiente videoclip, filmado en un lugar que me recuerda al fuerte Josefov, donde pude asistir al Brutal Assault del 2018, un tema que va un poco por la senda del primer tema del Lp ,creo que hubiera sido una buena elección para la apertura del mismo, espero lo sea para un comienzo de algún recital.
“Heil The Hammer The Warrior Wind”, tiene la cuota más épica del disco, muy buenos coros, bases que van a la saga del tema, que quizá con una mejor producción hubiera sido más impactante, pero que sin duda es una buena pista para escuchar en una taberna, mientras se levanta la jarra rebosante de buena cerveza.
El cierre del trabajo discográfico corre por cuenta de “The Smoke That Thunders”, que comienza a todo trapo, siguiendo la veta de las canciones más rápidas de la palca, aquí para corregir, sería el trabajo de vocalista en cuanto a los agudos, que suenan entre muy forzados y a medio camino de un falsete, pero es un buen cierre ya de por sí.
Para el final del álbum, al igual que la introducción es una serie de palabras en alemán e inglés, que queriendo ser original, peca de ingenuo a mi gusto, dos personas hablando de la placa y de los menesteres de la misma.
Creo que estamos más que nada, ante un disco para cumplir, que no invento nada, sin vuelta de tuerca y con un déficit de producción, que tiene lo justo para agradarle a un oyente de Power Metal, y algún otro amante de los 80s, pero que sin duda, la banda podría dar un poco más si arriesgara en el tema producto final.