Es la segunda reseña que hago de estos legendarios muchachos oriundos de Arizona, tierra que suele dar de manera infatigable y continua, músicos de todos los estilos y de tremenda calidad, en definitiva, una inagotable cantera y semillero de artistas.
Pero bueno, tras tres años de pausa desde su último Lp “Blood In The Water” publicado en 2021, el pasado 13 de septiembre, y a través del sello AFM Récords, nos traen su último trabajo de estudio, el decimosexto en el amplio glosario de la banda, con el agregado que es el regreso al grupo del guitarrista de toda la vida, Ed Carlson.
La placa abre con “A New Kind of Hero” (uno de los video clips de la placa), que como todos esperábamos es un mazazo, con mucho de la Bay Área, pero a su vez con ese toque canadiense, con una batería imponente y una línea de bajo simple, pero muy contundente, un tema bien thrashero con mucho del sonido actual, sobre todo de Metallica.
Sigue en la lista, el tema que también fue uno de los sencilloa de adelanto del Lp , y estamos hablando de “Primal”, junto con “Burned My Bridges” y “I Am the Weapon” , o sea la primera mitad prácticamente de la placa, donde la contundencia alterna con interesantes medios tiempos, con una sólida base de batería y unos riffs asesinos, donde la capacidad vocal de Erik “AK “ Knutson , queda, más que manifiesta, demostrando una potencia y versatilidad más que envidiables.
“Cold Steel Ligths“, tiene mucho del Megadeth primigenio, aunque con más cambios de ritmos y por supuesto otro tratamiento de voces y aunque la segunda mitad del disco sigue más o menos la línea de la primer parte, velocidad, medios tiempos, machaques, tal es el caso en “The Head of Snake” y un tanto tirando a Heavy tradicional, como sucede en “Beneath the Shadows”, que no deja de ser entretenida y disfrutable por más que sea un tanto reiterativo (para mi es un disco para ocho temas).
Incluso el cierre, que se titula “Black Wings” no escapa de lo mencionado anteriormente, pero es un buen cierre a este retorno de los oriundos de Phoenix a las pistas.
Lo único que quizás criticaría de la placa, es quizá el sonido de las guitarras, sobre todos en los solos, que los siento un tanto detrás con respecto a la banda en la mezcla definitiva, este sería un detalle a corregir para la próxima producción.
Sin embargo, creo que el disco será del agrado de los incondicionales de la banda, que quizá no sea para ellos una pieza indispensable en su colección, pero si escucharán un álbum con un buen balance entre velocidad y armonía.
El disco fue producido por la banda misma, y el arte de tapa estuvo otra vez a cargo de Andy Pilkington.