Hooded Menace – «The Tritonus Bell» (Season of Mist, 2021)

Los Deathdoombetas fineses presentaron hace unos días su sexto trabajo de estudio, el cual cuenta, nada más ni nada menos, que con el gran Andy LaRocque como ingeniero y productor del álbum. Sumemos otra frutilla al postre desde la portada, que estuvo a cargo de Wes Benscoter. Un artista reconocido que ha dejado su estilo plasmado en tapas de bandas como Amorphis, Mortician, Cattle Decapitation, Hypocrisy, Autopsy, Crypta, o el tan tatuado Divine Intervention de Slayer, solo por citar algunos. 

Si bien, quien escribe, había escuchado algunos trabajos previos, no había podido llegar a fanatizarme del todo con ellos. Solían basar su propuesta en un Death Metal vieja escuela, muy marcado por el Doom sepulcral con cadencias pesadas y arrastradas, que a veces desembocaban en partes más rápidas (siempre con tonos sombríos y cavernosos), donde las guitarras se movían como en el viejo Paradise Lost (por acercar un ejemplo). Ahora, con este trabajo han agregado más melodía y muchísimo de Heavy Metal. No sé cuánto habrá influido la figura icónica del productor, pero esta vez lo he disfrutado mucho más y aquí se los resumo: 

Desde el inicio, con la introducción «Chthonic Exordium» van a notar eso que les comentaba sobre la melodía y el Heavy Metal, cuyas guitarras dan paso a «Chime Diabolicus». Esta pista arranca cargada de Metal, al estilo de Mercyful Fate, pero va transformándose en un Death Doom con reminiscencias escandinavas, donde también se incluyen arreglos semejantes a «Shades of God» de los ingleses antes citados. Poco más de ocho minutos donde van y vienen mágicamente de un lado al otro haciendo que el tema jamás se torne aburrido.   

Tenemos que hablar de Shermann y Denner tanto como de Greg Mackintosh, porque en eso se basan las estructuras rítmicas de «Blood Ornaments». Los machaques y el doble bombo harán mover las paredes, y tendremos excelentes solos de guitarra conjugados con detalles en los platos, más algunos arreglos de arpegios con leves voces corales, que nos pueden ligar un poco más a la portada; mientras que «Those Who Absorb the Night» nos manda al fondo de la cripta y nos recuerda lo oscuros que pueden llegar a ser estos muchachos. Los matices góticos no se hacen desear, y se abren espacio entre telarañas o la tierra de cementerio, para generar una buena variedad a la mitad del disco. Así le dan el entre a las paladas de Metal con «Corpus Asunder», en el cual también sentiremos aires góticos por la melodía y el agregado de algunas voces que nos hablan del estilo.  

«Scattered into Dark» es el tema más largo del disco, superando los nueve minutos para desplegar mucho de lo que venimos escuchando. A pesar de tener nuevos matices, como algunas guitarras estilo Chuck Schuldiner o cortes donde queda el bajo ultra podrido con voces femeninas encima, podemos, recién aquí, sentir que se está haciendo extenso; así que en el momento justo llega el final con el instrumental «Instruments of Somber Finality», cargado de solos sobresalientes.  

El trabajo «The Tritonus Bell» está amparado por un buen sonido; pesado y cargado de melodía, con voces cavernosas pero legibles, en el cual solo me hubiese gustado que la batería suene más vieja escuela, ya que tanto enfatizaron en rememorar viejas épocas. Si bien no es un disco que vaya a romper con nada, ni destaque más que trabajos como el de Asphyx, podemos decir que es sumamente recomendable y llevadero, con su mix Heavy 80s fundido con el Death Doom. Inclusive hay una versión con Bonus Track para los que se quedaron manija de las bases retro, que contiene el cover «The Torture Never Stops» de W.A.S.P. ¡Atajate esa!

Hooded Menace son: Lasse Pyykkö (Guitarra, bajo y teclados), Pekka Koskelo (Batería), Teemu Hannonen (Guitarra) y Harri Kuokkanen (Voz).