Los finlandeses Insomnium se formaron a finales de los 90s, y llevan editados nueve parejos discos de larga duración (más algunos EPs), que se mueven por los caminos del más oscuro Death Melódico, incorporando en ocasiones algunos matices del Doom y el Folk.
Para esta ocasión nos traen un disco cargado de oscuridad, como notamos ya desde su portada (prácticamente siempre es así). Una oscuridad fría y extrema, donde las melodías de las tres guitarras aportan ese rayo de luz cálida que los etiqueta dentro del género antes citado. Anno 1696 gira en torno a la persecución y asesinato de brujas a manos de la iglesia, por ende, notaremos un clima espeso (combinado con mucho gancho) a lo largo del trabajo.
La placa inicia de manera homónima con «1696» mostrando la delicadeza que maneja la banda desde las partes acústicas, generando un clima introductorio al torbellino de sonidos de Death Melódico donde la preponderancia de baterías asesinas es proporcional a la melodía que Insomnium sabe manejar. Pero todo cambia en «White Christ», ya que cuenta con la voz de Sakis Tolis (Rotting Christ) que juega un papel fundamental en la parte ritualista del tema, dejando una sensación de hipnosis tal cual acostumbra a hacer con su banda griega; mientras que en los espacios que él no aparece, la melodía se apodera de la canción. Otra de las voces invitadas se hace presente en «Godforsaken», con la dulzura encantadora de Johanna Kurkela (esposa del tecladista de Nightwish, Tuomas Holopainen) quien va generando contraste entre las partes más extremas y las más calmas. Aunque la cosa va y viene de un lado al otro, nunca pierde su halo de melancolía matizada por el Folk. Todo el trabajo está conectado por un leve manto de teclados y sintetizadores (a cargo del tecladista de Epica, Coen Janssen) que aúnan la propuesta bajo un mismo tono monocromático, inclusive en temas donde el Death Melódico toma más presencia, como en el hitero «Lilian». Mientras que en la siguiente «Starless Path» nos juntan el todo de Insomnium; melodía, violencia, partes calmas con acústicas, teclados, voces sacadas, baterías con mucho doble bombo y unos solos de guitarras impresionantes, para dar paso a otra pieza cancionera de melodeath como «The Witch Hunter», con sus acústicas rasgueando en el fondo de la distorsión y unos estribillos a voces limpias ultradherentes.
«The Unrest» actúa como pasaje calmo introductorio a la última pieza del álbum, «The Rapids». Tal como su nombre sugiere, la cosa se irá poniendo rápida. Un increscendo abrazador nos deposita en un frenesí de blast y skank beats donde las guitarras y los teclados tienen mucha participación. Las capas vocales van de guturales extremos a susurros aterradores, y la canción en sí cuenta con un montón de partes entretenidas que hacen volar sus siete minutos y medio, poniendo fin a una obra de poco más de cincuenta minutos muy bien lograda.
Uno de los puntos a favor en este trabajo es también el punto que para algunos oyentes podría jugar en contra. Me refiero al sonido en sí, ya que se encuentra tan cargado (y aunado, como describí más arriba) que puede resultar algo denso si no ponemos atención al peso que tienen las partes acústicas, ya que estas son las que suelen generar el balance adecuado en el resultado final. Más allá de este pequeño detalle que para muchos será algo intangible, esta nueva entrega de Insomnium se mantiene muy en alto, y logra el objetivo de ser agrupada junto a sus mejores trabajos.
Insomnium son: Niilo Sevänen (Bajo y voces), Markus Hirvonen (Batería), Ville Friman (Guitarras), Markus Vanhala (Guitarras y voces limpias), Jani Liimatainen (Guitarras y voces limpias).