Los holandeses Pestilence, comandados por Patrick Mameli pisaron suelo argentino por tercera vez. Al igual que en su primera visita, el lugar elegido fue el Roxy Live, ubicado en la zona de Palermo, C.A.B.A. Allá a lo lejos, por febrero de 2011 presenciamos un concierto inmejorable, en el marco del “Resurrection Macabre Tour”. Era el resurgir de Pestilence con otros dos miembros fundamentales (además de Mameli), como lo fueron Patrick Uterwijk y Jeroen Paul Thesseling. Habían dejado la vara muy alta, y en su segunda visita al país no terminaron de colmar mis expectativas. Para esta ocasión los acompañaron los coterráneos Sinister, y lo cierto es que le habían dejado el escenario demasiado calentito. Si a esto le sumábamos una formación totalmente renovada, con caras poco conocidas, un recinto que, si bien no estaba mal, distaba un poco al del Roxy… y si también sumábamos que no estaba lleno, podremos recordar que el sabor de aquél primero de abril de 2018 había sido algo agridulce.
Esta vez, ya mostraban un punto a favor directamente desde el marco de la gira, que no es nada más ni nada menos que el “Testimony of the Ancients – Latin America Tour 2023”, repasando por completo el que para mí es su trabajo más importante.
La banda local que abrió esta velada fue V.I.D.A. (los ganadores del último Wacken Metal Battle Argentina, que viajaron a Alemania el pasado 2022). Este trío de Zárate, Bs. As. se caracteriza por dar shows aplastantes, y por suerte los agarré justo al comenzar. El primero de mayo es feriado en Argentina, y no tuve en cuenta que el transporte público funcionaba con una frecuencia (muy) reducida. Por suerte para mí el evento se retrasó unos treinta minutos y pude llegar justo a tiempo para disfrutar del poderío de estos tres.
El sonido fue óptimo y como es costumbre dieron un show demoledor desde el minuto uno. Desplegaron un arsenal de temas que podríamos enmarcar dentro del Death melódico/Metalcore, aunque hay mucho de Thrash en su propuesta y una actitud que roza el Hardcore.
Luego llegaría el turno de los veteranos Avernal, quienes también dieron un show demoledor. Con su vistoso logo de fondo comenzaron a sonar algunos temas de su última placa, Tzompantli. Aunque también hubo lugar para alguna vieja gloria de su discografía como “Desmembrado en vida” presentado cual tema más corto que llevan compuesto, o “La tormenta después de la calma” para cerrar un show que brilló tanto desde las guitarras de Fede y Gonzalo con su sonido tirando al sueco, como por los graves de Francisco “Mini Dan Lilker” Cañardo, el demoledor baterista (vaya que el término le aplica de maravillas) German Rodriguez, y la voz inmaculada de Cristian Rodriguez que se lució, más allá de algunos destiempos, tal vez adjudicables a algún problema en el monitoreo. A esta altura el recinto estaba con capacidad completa. Bastante respetada, ya que uno se podía mover por el lugar sin sentirse hacinado, y respirando aire dentro de todo fresco. Cosa que no ocurrió, por ejemplo, en el show Napalm Death unos días antes, donde sufrimos peor que vacas yendo al matadero (estas cosas tienen que cambiar de una vez). Así que por ese lado tenemos que poner el pulgar arriba para la productora. Vamos a usar las dos manos, ya que también debemos subir el otro pulgar para agradecer por las bandas soportes, que no fueron detalle menor. Bien podrían haber puesto cuatro o cinco grupos pudientes, y obligados a vender entradas con tal de ahorrarse unos pesos (como hacen muchos), pero no… y eso ya nos habla de cuidar los detalles.
Pestilence salió a comerse al público con un sonido al taco (banda a banda fue subiendo levemente el volumen; innecesario a mi gusto) y fueron desmenuzando el “Testimony” tema por tema, con sus pasajes incluidos. Sabíamos que esto iba a suceder de esta manera y aun así lo disfrutamos con total sorpresa. El viaje en el tiempo había comenzado y se notaba en la cara de los espectadores. Sonrisas de oreja a oreja hacían evidenciar más algunas arrugas, aunque también se hizo presente algo de público más joven, al cual Mameli también agradeció por apoyar a la vieja escena del Death Metal, remarcando que en su país esto ha sido opacado por la mierda del Deathcore (palabras suyas), felicitando a la productora por la organización y arengando por el “sold out”.
Después siguieron un par de temas de su última placa, “Exitivm”, algunos clásicos como “Dehydrated, Process of Suffocation”. “Horror Detox” de Resurrection Macabre, y los bises “Antropomorphia” pegado a “Out of the Body”. Acompañan a Mameli desde hace algunos años Rutger van Noordenburg en guitarra y Joost van der Graaf en bajo. Ambos músicos fueron un total acierto en la banda, y aunque se hace imposible equiparar a esta formación con la citada al principio, podríamos volver a usar nuestros pulgares para dar el visto bueno. El último (pero no menos importante) va para el baterista (con remera de Avernal) Michiel van der Plicht, ya que hizo un trabajo técnicamente extraordinario. De hecho, podríamos meter en ese pulgar arriba, a todos los bateristas de esta noche. Hermosa velada, donde si tengo que buscar el pelo al huevo, capaz lo encuentro en el sonido. No por estar mal, sino por lo fuerte (más que nada en la voz de Mameli), inclusive un par de veces se cortó el P.A. (un segundo), supongo que por algún limitador de volumen. Pero realmente es un detalle menor donde se cuidó todo, hasta los precios del merchandising.
Gracias Heresy Metal Media por la invitación al evento.