Los estadounidenses Suffocation irrumpieron en la escena extrema a finales de los ochentas. El auge del género Death Metal comenzaba a infectar ciudad tras ciudad, país tras país, y si bien las cepas iniciales contenían una genética determinada, muchas comenzaron a mutar tratando de alcanzar una evolución única. En el caso de la banda que hoy nos ocupa podríamos decir que fue una de las responsables en poner en el mapa al Brutal Death Metal fusionado con riffs mecánicos y grooveros que servirían de inspiración a cantidad de bandas futuras. Géneros como el Metalcore, el Deathcore, o inclusive algunas ramas del Hardcore (no olvidemos que Suffocation se gestó en Nueva York, y de ahí también vienen sus influencias) han bebido de estas aguas. Personalmente debo aclarar que todos estos géneros recién nombrados, no son del agrado de un servidor. Si bien he logrado disfrutar de gran parte de su discografía, cuando Suffocation hace resaltar ese tipo de bases mi interés disminuye. Digo esto porque estoy a punto de escribir sobre un trabajo que contiene mucho de eso que no es mi onda, pero indudablemente es lo que le puso la onda a la banda, y donde para muchos radica gran parte de su belleza.
Este nuevo trabajo nos sorprende desde la impactante portada a cargo de Giannis Nakos. Elementos ancestrales de los neoyorquinos se encuentran perfectamente plasmados acá, y a su vez se percibe un brillo que encaja muy bien en esta era del presente. Podríamos trasladar esto a la música sin ningún problema. Los breakdowns del tema homónimo que abre la placa se fusionan perfectamente con las bases más extremas del Death Metal. Todo bajo un audio moderno que nos permite diferenciar muy bien cada instrumento. Sin respiro empalman con “Perpetual Deception”, una canción directa, pero a su vez cambiante y llena de cortes que la hacen sumamente disfrutable.
“Dim Veil of Obscurity” aporta un poco más de musicalidad desde las guitarras, y las métricas van tomando distintos colores que acercan a Suffocation al lado más clásico del género sin perder un ápice de tecnicismo y brutalidad; mientras que en “Immortal Execration” retoman el uso de bases densas cargadas de doble bombo, mixturando esto con aniquilantes machaques al estilo de Cannibal Corpse.
La brutalidad es algo que Suffocation sabe manejar a la perfección. “Seraphim Enslavement” y “Descendants” dan claras muestras de esto, al igual que en “Delusions of Mortality” (con bastante mid-tempo) o “Embrace the Suffering”, donde las bases van tejiendo una telaraña monstruosa que nos engancha para ser picoteado por los solos de guitarra, mientras la voz Ricky Myers actúa de somnífero gutural. No lo digo de una forma despectiva, tal vez sea la manera adrede que encontraron para generar lo que acabo de describir. Supongo que algunos lectores estaban esperando el momento en que escriba algo acerca de esto. Bueno… finalmente el vocalista original Frank Mullen terminó dando un paso al costado, siendo este noveno disco el primero en no contar con su icónica voz… No del todo en realidad, ya que al final incluyeron una regrabación de “Ignorant Deprivation” del clásico Breeding the Spawn, con sus vociferaciones.
Hymns From The Apocrypha es un disco que recoge algunos latiguillos clásicos de la agrupación. Supongo que esto tendrá de parabienes a sus fanáticos más nostálgicos, pero también hay que aclarar que la producción suena bastante moderna, al punto de que tranquilamente podemos olvidar lo que acabo de decir. De igual manera debemos agregar que el cambio de vocalista puede generar un conflicto con el viejo fan, pero tenemos que ser objetivos y también decir que el trabajo de Ricky se encuentra a la altura de las circunstancias. ¿Es un cantante que vaya a sorprendernos? Yo creo que no. Pero si podemos decir que encaja bien, y que técnicamente hasta podría encontrarse por sobre Frank Mullen. Aunque por el momento también debemos citar que carece del elemento carismático y único que personalidades como Mullen supieron mostrarnos. Suffocation continúa bajo el mando del guitarrista Terrance Hobbs, y así han logrado dar otro paso en su historia. Un paso firme que muestra una propuesta firme, pero que espero pueda volver a mostrarnos alguna mutación que realmente nos sorprenda en el futuro.