Una de las bandas más infravaloradas del Heavy metal canadiense está de vuelta, nada más ni nada menos que con toda su formación original. Y si tenemos en cuenta de que desde 1988 no nos presentaban material de estudio, diría que este tercer trabajo no sólo nos toma por sorpresa, sino que nos hace sentir obligados a brindarle nuestra atención. Quedará en cada oyente si cumple o no con las expectativas, pero nadie podrá decir que noticias como esta no merecen un brindis.
Su álbum debut 1986 (Metalized) se volvería una pieza de culto total para los fanáticos más radicales del Heavy Metal. Y lo cierto es que es una placa que debería haber contado con más suerte y apoyo. Estamos hablando de un disco que tal vez no haya resistido mucho el tiempo si hablamos del audio, pero en cuanto a composición es sin dudas una obra formidable. Por ende, si no lo tienes muy presente y lo tuyo es el Metal de los 80s, te diría que le pegues una escuchada. Y si de casualidad te cruzas con el disco físico a buen precio no dudes en comprarlo, ya que te harás de algo que cotiza en bolsa.
Treintaicuatro años pasaron desde su anterior trabajo, pero esta nueva portada continúa por donde habían dejado, ya que más ochentosa no puede ser. Hasta le pusieron marcas de desgaste como si fuese un vinilo. Un corazón atravesado por tres (III) espadas es toda una declaración de principios que hace referencia al puro amor al arte. No por lo simplista de la tapa, sino por lo profundo de cada corte.
Hace un par de meses aparecía el video «(I Am) In Kommand»… Canadiense y con ese título suena a mucho (los Thrashers entenderán por qué). Lejos de mis ridículas comparaciones, lo que aquí veíamos era una descarga de Heavy Metal a puro pulmón (tremendos los gritos de Rick Hughes, dicho sea de paso). Esto es algo que ponían sobre la mesa desde el primer instante también con el tema que abre el trabajo «Bad Blood». Pero a puro pulmón no era para referirme a la forma de grabar las cosas, sino al sentimiento de empuje que tiene este álbum. Si nos referimos al audio, este no es tan ochentoso. Diría que hasta suena algo sintético, pero no al punto de llegar a molestar el oído del oyente más longevo. «Dirty Pig» cuenta con un estribillo que parece haber viajado en el tiempo desde hace casi cuarenta años. La producción y algunos machaques más noventosos le agregan otro toque de recorridas por distintos tiempos, llegando hasta un presente algo artificial con algunos retoques en las voces que lo hacen parecer un cíborg híbrido entre Vince Neil, Sebastian Bach y Klaus Meine. Cosas que seguiremos notando en las cadencias pesadas de «Unleashing Hell». De hecho, la letra también nos llevará a los ochentas, con sus recuerdos desquiciados en Montreal. Sexo drogas y Rock ´n Roll se dice, por eso no es de extrañar que sintamos aquí algún aire de Motley Crue.
La genialidad en las guitarras de «Spread the Pain» lo pone como uno de mis temas preferidos en este nuevo trabajo. Los cambios de tónicas con detalles oscuros lo van cargando de mucho poder para estallar en coros a puro grito agudo. Es tremendo también como se mete el bajo, como va y viene la canción, como se respiran otras cosas… inclusive pueden traer hasta un leve aroma entre Savatage y Heavens gate. En cambio «Took my Chances» pasa de las bases de medio tempo estilo Dio a las cabalgatas típicas de la NWOBHM, mientras que la última pieza «Not Me No Way» retoma el formato de la primera mitad del álbum.
Un trabajo de treintaicuatro minutos y medio que a medida que vas sumando escuchas se van haciendo cada vez más cortos. Lleno de buenos riffs con arreglos simples y efectivos a cargo de Mike Plant, acompañado por el bajo de Mike Larock que parece estar disfrutando al máximo cada detalle que dispara de su mente a sus dedos. Una voz que por momentos suena retocada con autotune, y con algunas letras bastante tontuelas que no llegan a opacar la labor de Rick Hughes, ya que este se encuentra en excelente forma, al igual que su hermano, el baterista Dan Hughes.
Vale destacar que soy simplemente un oyente y fanático de la música, así que disfruto de ella sin fijarme en tendencias ni modas. Aclaro esto porque en otras épocas varios medios especializados destruían este tipo de álbumes, ya que es verdad que no hay mucho de nuevo aquí (salvo un sonido aggiornado a esta era) así que, si sólo eres de esa gente que busca sorpresa y novedad, sin importar calidad y sentimiento, aquí encontrarán solo esto último.