Los Blackers germanos formados en 2004, liderados por el polifacético Torsten, han lanzado su sexto disco de post Black Metal con toques progresivos, Avant-Garde, y mucha ambientación dispuesta para adornar sus largos temas.
Lo suyo es generar atmósferas sin necesariamente hablar de partes lentas, sino haciendo que las partes ultraviolentas parezcan cargar con un mismo clima de sentimiento apesadumbrado. Con letras cantadas en su idioma, cargadas de nostalgia, ubicadas en paisajes de desolación, y dentro de un viaje ya sin retorno.
Un prólogo de melancolía y tensión musical nos lleva a «Wir Ertrunkenen». Entrará la distorsión y la carga pesada comenzará a sentirse, bifurcándose luego a métricas que varían en velocidades, y que por momentos dejan ver algo de melodía estilo Gotemburgo, entre tanta mala onda.
La desgarradora «Verwüstung» lleva mucha tristeza desde las guitarras, clavándose profundamente como puñales, sobre ritmos explosivos y furiosos.
«Am Ende der Welt – Teil 1» presenta cambios soberbios en el clima de la canción. Las guitarras van tejiendo trémolos para crear una de las piezas más admirables en esta metamorfosis, donde habrá tiempos de descanso para el baterista, como así también, descargas enérgicas insalubres.
Luego de un angustiante desmadre, «Skulptur aus Eis», va mutando en una pieza totalmente ambiental, que engancha perfectamente con el homónimo «Metamorphosis»; ya que este continúa la estela climática, aunque ahora convertida en ira. Vociferaciones extremas en un plano cansadamente desgarrador caen una tras otra como queja interminable, y se llamarán a silencio solo en los espacios adecuados.
El nombre «3327» da un toque futurista, y claramente esto esta llevado a la música, donde tendremos unos sintetizadores metiendo atmósfera sobre bellos arpegios y unas baterías tribales que nos irán introduciendo, como adormecidos, al mismísimo averno. Blast beats a diestra y siniestra se darán como castigo en la última parte de este viaje numérico.
Canciones como «Melatonin» o «Untergang» podrían llegar a fusionarse en una sola pista y ahorrarnos unos cuantos minutos, porque lo cierto es que no ofrecen demasiado. Inclusive muestran algunas notas de guitarras similares entre sí, y más de lo que ya hemos escuchado. A esta altura puede volverse algo repetitivo, pero son canciones que de todas maneras, funcionan muy bien para escucharlas sueltas.
Agrypnie se encuentra en la enorme ola de la vanguardia de la música más oscura, fusionada desde lo atmosférico o Avant-Garde, de una manera sublime. Música que no es para cualquiera, y que necesita su tiempo de escucha o adaptación. Con solo citar que el trabajo supera la hora de duración, más de uno va preferir pasar de largo. Y ya que de largo hablamos, podría citar una larga lista de bandas con quienes ubicarlos, pero aún teniendo mucho de otros en lo musical, no debemos olvidar que los de Torsten llevan más de quince años haciendo esto… y que aparte son alemanes.
Para los conocedores de su propuesta, tal vez esta metamorfosis no sea realmente una metamorfosis, sino una continuación de lo que venían mostrando. Encontraran elementos característicos en un hábitat oscuro y húmedo, donde su música fluye naturalmente, tanto en espacios abiertos, como en los rincones más claustrofóbicos y sofocantes.
Agrypnie son: Torsten (Voces, guitarras, teclados y programación), Marc (Bajo), y Flo (Batería).