Me había olvidado completamente de esta banda. Husmeando por ahí reconocí el logo y recordé que el trabajo “Charnel Passages” (Disco debut del 2015) me había agradado bastante. Así es que procedí a re-investigarlos mientras escuchaba su nueva producción, salida hace algunos días.
Cruciamentum es una especie de under-super-grupo conformado por miembros de bandas no tan reconocidas de Estados Unidos e Inglaterra. Igualmente estamos hablando de gente que la tiene muy clara, por ende, en este 2023 afirmamos que nos vuelven a entregar un álbum completito de excelente Death Metal, que continúa en la línea del anterior, pero que a mi gusto mejora con creces su sonido y algunos otros detalles. Por ejemplo: Ambos discos comienzan con un halo de suspenso. Acordes densos y pantanosos nos van metiendo de a poco en una catacumba de muerte sónica, en la cual van aumentando su energía, como si de nutrirse de la oscuridad fuese el medio vital para tomar formas expansivas de brutalidad. Así es que “Charnel Passages” muestra esa mejora en el audio de la batería y las guitarras con relación al trabajo editado hace ya ocho años atrás.
El audio en general nos puede recordar que el origen de esto está en Inglaterra, pero también notaremos matices del Death Metal estadounidense, e inclusive algunos tonos escandinavos o polacos en su propuesta. Digamos que no hay un derroche de originalidad, ni tampoco es tan remarcable el sonido de los países citados. Pero sí podemos decir que este material se encuentra cargado de buenas atmósferas en largos minutos, que parecen achicarse por lo variado y entretenido en las estructuras de las canciones.
La pieza más corta (“Abhorrence Evangelium”) se acerca a los cinco minutos, y siendo esta la más directa, no logra hacer diferencia en cuanto a la percepción del tiempo. Tal vez la cercanía al Death Metal más tradicional no me atrae tanto como cuando mixturan esto con la pesadez cavernosa de temas como “Necropolis of Obsidian Mirrors”.
El clima denso se mantiene a lo largo de toda la placa, aunque estén disparando blast beats a discreción. “Scorn Manifestation” es un claro ejemplo de esa mezcla de violencia con bases y solos veloces, en contraposición a tiempos matizadores, donde inclusive agregan algún teclado para sumar suspenso. Las bases en sí no conllevan dificultad técnica, pero todo se encuentra armado de una forma que hace parecer que sí la tiene. Tal vez la batería asesina con sus fills majestuosos, los cambios de ritmos y los detalles de teclados, hagan parecer que Cruciamentum roza el Death Metal técnico, pero solo se trata de música sencilla armada en la justa medida. Lo más complejo tal vez sea la batería, reitero, y temas como “Interminable Rebirth in Abomination” así nos lo demuestra. Aunque como decía antes, la composición en general es bastante buena y genera que nuestra atención no se deposite en un solo instrumento. El aspecto climático es fundamental y ayuda a que piezas de diez minutos sobre el final del disco (“Drowned”) no decaigan. Inclusive me atrevería a decir que cuanto más se estiran las canciones más entretenidas se ponen. Otro punto a favor, más allá de las baterías o el audio motosierra de las guitarras, es la voz. ¿Y que tiene la voz de especial? Pues nada, pero sirve para aunar la propuesta y darle este toque de Death Metal cavernoso que no muchos pueden hacer sonar bien. Ellos lo logran sin salirse demasiado del molde, y eso en este tipo de música no es cosa fácil. Obsidian Refractions es un disco entretenido, headbangero, puro, pútrido, seco, oscuro y brillante. Recomendadísimo para cualquier amante del metal de la muerte.