Desde Filadelfia, Pensilvania, estos seres se abren paso a pura garra. La zona geográfica nos transporta a un film clásico de los 70s, como lo fue Rocky. Sin que tenga realmente nada que ver, siento la excusa de hilar esto de alguna manera para graficar a los músicos de esta banda subiendo a toda velocidad los escalones frontales del Museo de Arte de Filadelfia, tal cual lo hacía Balboa en sus entrenamientos. Los Horrendous llevan catorce años en lo suyo, y han conseguido con este, unos cinco títulos. Paso a paso han ido solidificando un concepto que hoy puede llegar hasta lugares inhóspitos. El Death Metal ha tomado tantas formas como las imágenes de sus portadas, a tal punto que ya se vuelve difícil de encasillar.
Ubican el tema más largo (7:15 min.) para los inicios del álbum. Toda una declaración de principios. “Chrysopoeia (The Archaeology of Dawn)” es un delicioso paseo musical que contiene tantas cosas que se vuelve casi inclasificable, como decía antes. Si hay algo que sorprende al instante es el trabajo de guitarras y el bajo. Cada nota se encuentra en un lugar tan estratégico que logra transmitir altas dosis de emociones. Dentro del caudal de arreglos de guitarras nos llegarán aromas canadienses (Voivod o Rush por ejemplo), pero también podremos olfatear algo del Cynic de los 90´s. Meter este trabajo dentro del género Death-Prog. sería resumir muy vagamente el presente de Horrendous.
Canciones como “Neon Leviathan”, esconden detrás de un velo avant-garde-progresivo algunos matices de bandas que fusionan el Metal extremo con el Hardcore en países como Japón, inclusive desde el audio. A esto le suman el instrumental Jazzero “Aurora Neoterica” que se nos hará corto, pero nos muestra algunos grados más de sofisticación que se extienden en “Preterition Hymn”, con su mix del último Death y el Megadeth de etapas climáticas. Todo sigue su curso en “Cult of Shaad’oah”, e irá logrando un increscendo magistral que nos llevará a la furia total. De más está decir que las cuerdas son un deleite, de hecho, lo son a lo largo de los treinta y siete minutos y medio que dura el trabajo. No obstante, la batería también es un desparramo de genialidad, y tiene sus leves momentos en solitario para disfrutar dentro de esta canción.
También hay atmosferas envolventes en “Exeg(en)esis”, aunque las guitarras quieran enloquecernos con esos sonidos que son como pellizcar globos. Todo va tornándose progresivo en términos cuasi avant-garde, poniéndole así el acento vanguardista que continúa en “Ontological Mysterium”. Riffs bastante entretenidos van tejiendo la telaraña sónica que Horrendous forma para atraparnos. Voces desesperantes nos advierten que el clima esta hostil, cuando caen los solos como navajazos frenéticos sobre nuestros oídos… Nos arrastramos dentro de la última “The Death Knell Ringeth”. El bajo bombea el corazón y nos levanta para recibir otra paliza de extravagantes golpes técnicos. Aún quedan suspiros vivos de sorpresa al final del tiempo, que nos alientan para volver a repetir la experiencia.
Cinco años pasaron desde su anterior disco hasta este quinto trabajo, y lo único que deseo es que la próxima entrega nos llegue más rápido. Hay mucho para disfrutar acá, pero la incógnita y la curiosidad por cómo va a seguir evolucionando este proyecto se vuelve sumamente inquietante. Por más que se diga que ya está todo inventado, este disco de Horrendous me transmitió casi esa misma sensación que se sentía hace treinta años atrás, cuando salía un nuevo disco de bandas tales como Death, Atheist, o Pestilence, por citar algunas. Sin dudas esta obra va a estar en la cima de los lanzamientos del metal extremo en este 2023.
Horrendous son: Jamie Knox (Batería), Matt Knox (Guitarra y Voces), Damian Herring (Guitarra y Voces), Alex Kulick (Bajo).