Motörhead – Nacer Para Perder, Vivir Para Ganar

¡Amigas! ¡Amigos! Bienvenidos una vez más a esta gran casa de juegos, donde apostaremos a describir con palabras, las distintas sensaciones que agrupaciones musicales han causado en mi persona, y que adorablemente hemos dado en llamar Escrito Sagrado.

Hoy es el momento de dar cierre a este singular escrito, donde traté de transmitir todo lo que Motörhead significo en mi larga vida con la enorme cantidad de discos que editaron mientras el GRAN Lemmy estuvo entre nosotros.

Bueno, el whisky con coca ya está listo, así que sin más preámbulos, adentrémonos en esta tercera y última parte.

Con ustedes, Motörhead.

Capitulo III – “Nacer Para Perder, Vivir Para Ganar”

Seguimos desandando la gran discografía de Motörhead, que a mi criterio, ninguno baja de un 7 puntos en su calificación, según la percepción de este gran fanático que está escribiendo estas líneas.

Dicho esto, les digo que “Snake Bite Love” – 1998, es el trompazo con el que retomamos el camino de discos editados por esta aplanadora y  que inicia muy pero muy bien, con una guitarra bien pesada en distorsión abofeteándonos con un hermoso riff, y a continuación nos tiran otro para arruinarnos la cervical. “Love For Sale”, Snake Bite Love”, “Assassin”, “Take The Blame”, (temazo!), “Don’t Lie To Me”, “Better Off Dead”, son los destacados para mi!.

“We Are Motörhead” – 2000, comienza y a mí me nace esta simple y sencilla reflexión mientras recojo los dientes del piso, como van a arrancar así, muchachos? ¡Por favor! ¡Es una maldita locura! Un discazo más que esta poderosa formación nos tira por la cabeza. Y mientras escucho este gran disco me pregunto, cómo puede ser que nunca cambien de estilo y aunque sepamos más o menos lo que nos podemos encontrar, este trío nos sorprende disco a disco? No lo sé, me respondí, sin poder parar de mover la cabeza al ritmo del sucio y pesado  rock de Motörhead. “See Me Burning”,(una a-pla-na-do-ra!),  “Stay Out Of Jail”, “Out To Lunch”, “Wake The Dead”, Stagefright/Crash & Burn”, “We Are Motorhead”, lo mejor de esta bomba atómica.

“Hammered” – 2002, con un inicio tranquilo, marchoso, pesado, nos adelanta como va a ser el resto del disco, que no es malo, por supuesto pero al venir de una bomba como We Are Motorhead, más rápido, sobre todo, hace un contraste que lo deja un poco atrás en el resultado final, aunque contiene una gran cantidad de muy buenos temas, como ser  “Walk a Crooked Mile”, (con el que abren el disco y es mi preferido de este buen disco), “Down The Line”, “Brave New World”, “Shut Your Mouth”, (ese riff del comienzo es igual al comienzo de “Atravesando Todo Límite”, de Hermética! Díganme si no! Lo escucho…),  “No Remorse”, “Red Raw”, lo mejor de un disco que esta un escalón abajo de sus antecesores, pero que no decepciona ni un poco.

“Inferno” – 2004, viene a poner las cosas en su lugar. Directo y potente, los reyes del sucio rock lo vuelven a hacer. Un enorme disco con una muy buena portada. El comienzo con un uno-dos prácticamente letal. Abre “Terminal Show”, (con Steve Vai en el solo) y a continuación “Killers”, y el partido ya está ganado. “In The Name Of Tragedy”, (lo mejor del disco!), “Down On Me”, (también con Vai), “Fight”, “In The Year Of The Wolf”, “Smiling Like a Killer”, “Whorehouse Blues”, (excelente tema!), lo destacado  de un disco que volvió a retomar el paso.

“Kiss Of Death”- 2006, es un disco que me gusta pero no como el anterior. Tiene buenas canciones, pero no me mata. Hay algo en el sonido que no me deja disfrutarlo como tal vez debería. “Sucker”, “Devil I Know”, ”Under The Gun”, (gran tema en tiempo de blues),  “God Was Never On Your Side”, “Sword Of Glory”, “Be My Baby”, “Going Down”), son los temas más destacables del  disco.

“Motorizer” – 2008, ya me atrapa desde el comienzo. Esta vez el sonido no es inconveniente para mi disfrute, (ojo, tal vez sea solamente mi oído, pero yo encuentro diferencias). Casi 30 años después de su disco debut, Motörhead seguía a paso firme, editando muy buenos discos. Los años pasan y yo no pretendo que las bandas saquen material a la altura de sus mejores discos, pero sí que mantengan un nivel que siga atrapándonos, cosa que si me ha pasado con otras agrupaciones a las que ya no salgo desesperado para conseguir su último material. Pero Motörhead siempre mantuvo el nivel, a veces más alto, a veces un poco más bajo, pero siempre estuve esperando el “disco nuevo”.

Los temas que recomiendo de este álbum son “Runaround Man”, ”Teach You How To Sing The Blues”, “Rock Out”, (temazo!), “Buried Alive”, (bomba!), “English Rose”, (rockazo, que empieza con la aguardentosa voz de Lemmy en soledad), “Time Is Right”.

“The World Is Yours” – 2010, es la siguiente entrega. Un disco más irregular que su anterior, más desparejo y que en el balance final, es de los que menos me gusta de su trayectoria. ¿Es malo?, no, por supuesto que no, pero es que Motörhead nos malacostumbró durante todos estos años, que uno siempre espera más y después de todo, Lemmy era humano. “Born To Lose”, “Devils In My Head”, “Brotherhood Of Man”, “I Know What You Need”, las canciones que asoman su nariz apenas sobre las otras.

Sin que pudiésemos darnos cuenta, Lemmy ya empezaba a sufrir un lento deterioro físico, pero claro, Lemmy is God, nada puede hacerle daño, se toma un vodka con naranja y todo pasa. Mientras tanto nos tirarían por la cabeza otro disco, “Aftershock” – 2013, que está un escalón arriba del anterior. Una buena entrega, sin grandes estridencias, que más adelante tal vez apreciaríamos un poco más por la carga de ser uno de los últimos trabajos de la gran M. “Heartbreaker”, “End Of Time”, “Death Machine”, (gran riff del comienzo), “Going To México”, “Queen Of The Damned”, “Knife”, (mi favorito del disco), “Paralyzed”, son lo mejor de otra buena entrega.

Un par de meses más tarde llegaría “Bad Magic” – 2015, y en ningún lugar del librito que acompaña el cd, nos avisaba que ese sería el último disco de Lemmy y compañía.  Lejos estábamos, (todavía), de imaginarnos que el sucio rock estaba a punto de dejar de sonar. Sinceramente, no esperaba mucho de este disco, por lo expresado sobre Lemmy aquí arriba. Pensaba yo, como va a poder afrontar la parte vocal, si cuando habla se lo nota bastante agitado y con la voz cansada de tanto trajín y sin embargo, cuando lo escucho decir a este prócer del Rock en el comienzo del disco, “Victory Or Die”, me deja en claro que este tipo era un extraterrestre y que yo era un simple pusilánime que había aventurado un veredicto.

Y fue como si las enseñanzas que me dio la infinidad de veces que vi Rocky no hubiesen servido para nada. O acaso el gran Mickey Goldmil no le espeta al Garañon Italiano su emblemática frase “Stand up, son of a bitch! One more round! Because I haven’t heard the bell yet! “, y se puso de pie para noquearnos, como nunca, como siempre… Temazo para arrancar el disco, firme, con un tempo contundente que te hace cabecear desde que arranca hasta que termina.

“Thunder & Lightning”, es una bomba que nos hace rebotar contra las paredes de la habitación cual bola de flipper (acá deje ver lo antiguo que es quien escribe). Son ese tipo de canciones que te aplastan el cráneo como si te toparas con una estampida de rinocerontes enojados y con hambre. “Fire Storm Hotel”, un rockazo bien pesado, fiel al estilo de la banda. Es a mí entender ese tipo de canciones que solo Motörhead supo hacer y encajar en su mugriento estilo.

“Shoot Out All Of Your Lights”, comienza con Mikkey mostrando su destreza y contundencia. Sentado en su banqueta tras infinidad de toms y platos, supo sostener y elevar la bandera de la banda, siendo su ingreso de las decisiones más acertadas que tomo Lemmy en toda su carrera. El estribillo de esta canción es buenísimo!

A esta altura sabíamos que estábamos ante un gran disco! “The Devil”, pesado como pocos y con una hermosa marcha en la estrofa, otro gran tema de un comienzo infernal de disco. “Electricity” le sigue y a mí me suena a un tema que encajaría en cualquiera de sus primeros discos, ya que trae consigo el ADN original de la banda, aunque con un mejor sonido por supuesto. Para escucharlo una y otra vez.”Evil Eye” sigue en esa vena, Motorhead old school. Otro tema para escuchar cincuenta mil veces agitando la cabeza como los gatitos de adorno que van en los autos.”Teach Them How To Bleed” arranca con Rickembacker mostrándonos el sucio camino que viene a continuación. Un tremendo rock rápido y furioso, (nada que ver con esa porquería  Hoolywoodense….).

Bajamos un poco los decibeles para darle la bienvenida a una bella composición,”Till The End”,  lenta, tranquila, pero no por eso menos pesada. Lemmy siempre supo mostrarnos que se pueden hacer temas “lentos” sin caer en la melosidad, como algunas otras bandas. Gran canción. “Tell Me Who To Kill” nos pega un cachetazo a mano abierta para despojarnos de toda sensibilidad en la mejilla y zonas aledañas. Esa bajada que tiene de cuatro notas que tiene el riff es todo lo que está bien, en un tema intenso, de lo mejor de esta magnífica entrega. “Choking On Your Screams” nos va acercando al irremediable final. Un Lemmy casi susurrando con su rasposa voz le da clima a esta buena canción, que contiene un grandísimo solo del Sr Campbell.

“When The Sky Comes Looking For You”, es la siguiente bomba, (no podemos decir que el título es premonitorio, porque Lemmy no está en el cielo, esta enseñándole a rockear al mismísimo Satanás). Un temazo, intenso, rockero, pesado, con Mikkey marcando doble bombo, con solos disonantes, y un Lemmy impecable, en lo que sería la última composición de este ENORME disco que publicó Motörhead. Y digo la última, (que cuando termina se va yendo ese acorde de guitarra), porque lo que sigue es un cover de los Rolling Stones, que vaya uno a saber porque lo incluyeron, pero, claro, quien demonios soy yo para siquiera intentar preguntármelo? Si Lemmy así lo quiso, está bien.

Y así terminaba este discazo de la gran M. Sin saber nosotros que este era su último puñetazo. Meses antes de la salida de este gran disco, se habían embarcado en una gira que los traería por estas castigadas tierras y donde pudimos ver antes que aterrizaran aquí, como nuestro querido Lemmy se retraba del escenario en un show porque no podía con su humanidad. Yo, en esta oportunidad no quise ir a ver el show, preferí quedarme en casa recordando aquellos recitales en obras donde Lemmy entraba corriendo, no quería verlo padecer el show, y por ahí tener que soportar a algún que otro desubicado exigiendo algo. Porque giles hubo siempre, como aquella vez que, disconformes por la duración del show que habían dado en ese reducto de Liniers, que si fue corto, pero porque Lemmy no se sentí bien, así y todo dio cincuenta minutos de rock, y en clara demostración de estupidez y descontento, le robaron los equipos a la banda. Verlos correr por Rivadavia daba vergüenza.

El 28 de Diciembre del 2015, apenas cuatro días después de cumplir setenta años, nos dejaba en forma física. El dolor que me causó fue inmenso. Nunca habrá una banda igual. Y por supuesto, nunca hubo, hay o habrá alguien que se acerque a lo que fue y significo Lemmy para muchos de nosotros.

El vacío es enorme, pero mucho más grande es el legado musical que nos dejó. Por eso tenemos que sentirnos felices de haber vivido y crecido, (yo por lo menos), con su música. ¡Gracias por todo, Ian Fraser Kilmister, seguiremos celebrando tu música, siempre!

Y así, compañeros y compañeras, este vendaval de palabras hechas escrito han llegado a destino. Pueden dejar su comentario en las redes sociales del portal, sea en la publicación o en la historia. Se aceptan críticas y sugerencias.

Nos leemos en la próxima salida. ¿Dónde? ¡Acá, por supuesto! ¡En los Escritos Sagrados de Yunque!