La fría noche de la ciudad se prestaba para encerrarse en un hermoso antro porteño a escuchar Death Metal, y lo de antro va con cariño. No es más que para nombrar a esos ya clásicos reductos urbanos donde la birra no es tan cara y hasta te podés clavar una hamburguesa en la terraza.
«In Nomine Satán», (y no Satanas) era el nombre de dicho evento. Creo que después entendí el por qué, o creí entenderlo, y ahora todo me cuadraba perfecto… Ya llegaremos a eso.
Con una escasa asistencia de público (remarquemos que fue una fecha relámpago), la gente de Envelopped salía a escena. A formación tradicional (batería, guitarra, bajo y voz) pero mixta, fueron desplegando su set de clásico Death Metal al estilo sueco de comienzos de los 90s. Bases directas, baterías a puro blast y skank beats con voces de ultratumba, coloreaban una propuesta que, a pesar de estar tan quemada, les quedaba fresca. Tengo entendido que es una banda bastante nueva, pero vienen brindando cantidad de shows; por lo que se los (y las) notó con mucha práctica, y sonando a pleno. Hace poco estuve en otro evento donde la banda había tocado, pero en esa ocasión no pude llegar a tiempo para verlos, por lo que para mí fueron toda una novedad, y una muy buena forma de arrancar la velada.
El siguiente asalto lo daría Dislepsia. Un poco más de Death Metal (con alguna pinceladita de Thrash y Black Metal) en una banda hoy conformada por ex miembros de Devastación, como Gustavo Quiroga en batería y Nicolás Oliva en guitarra. Más la nueva incorporación de Nicolás Wolf (Cadaver Putrefacto) en guitarra, Leandro Cabrera (también vocalista en Morferus) en voz, y el incansable Ramón «Macabro» Farias, como bajista y líder del proyecto. Gran parte de su set se basó en temas de su última producción (ya del 2018) «Engendrando a Satán», y vaya que este show directa o indirectamente lo anunció. El invocado e invitado a vociferar en un par de temas sería el engendro Darío «Satan» Bentresca. Un personaje muy querido en la escena under local, que se encontraba alejado desde hacía un tiempo por algunos problemitas de salud. Lo cierto es que reapareció a cantar con su vieja banda y se lo notó renovado (no por la pinta, porque es un croto), cargado de alegría y vitalidad, con su voz intacta. De hecho, para quien escribe, Darío es uno de los vocalistas extremos más infravalorados del país. Inclusive Lea (la voz actual de Dislepsia), al volver al escenario dijo: ¿Ahora como hago para cantar yo después de esto? Al rato Darío volvería a subir a escena para compartir un tema de Obituary a dos voces y cerrar su set bien arriba.
La tercera y última banda volvía a pisar tablas después de algunos meses de inactividad, y acusan que serán muy pocas las fechas donde podremos verlos en lo que queda del año. Así que ténganlo en cuenta, ya que Rigor Mortis también es otra banda histórica e infravalorada de nuestra vapuleada escena extrema. La cantidad de convocatoria prácticamente no se movió de treinta personas en toda la noche. No puedo asegurar que es lo que pasa. Entiendo que haya sido una fecha relámpago y con poca publicidad. Trataría de justificarlo con que estas bandas ya han tocado juntas varias veces en este mismo lugar, y que ninguna de las dos posee disco nuevo para presentar, etc. Excusas poco convincentes… en fin. Leo (bajo y voz), Pablo (batería) e Iván (guitarra) salieron a dar un show como para centenares de personas (creo que poco les importa igual), repasando temas de toda su discografía con clásicos como «Masacre», «Predicadores de la mierda», «Misa negra» o «Necrofagia», más algún tema del reciente split «Death Metal Advance II» y «El gran agitador». El buen sonido también fue una constante en toda la noche, al igual que la incursión al escenario de Darío, quién para esta ocasión fue invitado a rendirle homenaje al Brujo, cantando el tema «Teatro de vampiros» de la banda Angkor. El clima de camaradería entre las bandas también fue otra constate (varios de los músicos en cuestión compartieron proyectos en distintas épocas). Las tres bandas mostraron lo suyo, y todas se disfrutaron por igual. Una ceremonia más en el Pana Rock… en el nombre de Satán!!!